Transparencia

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Salmo 32:3-5 (NTV)

 3  Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día. 
 4  Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. 
 5  Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al SEÑOR», ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. 

Es importante la oración en secreto con Dios, porque es allí donde podemos sincerarnos con Él, y confesar todo lo que hay en nuestro corazón. Dios libera de las cargas, de las culpas, que llevamos sobre nosotros, estas cosas ocultas son las que no nos permiten disfrutar de la bendición de Dios, y son puertas abiertas a espíritus de opresión.
Este Salmo nos enseña por medio de la experiencia del Salmista, que es necesario confesar a Dios todas nuestras transgresiones, también todo aquello que nos genera culpa, y las cosas que nos dañaron a tal punto que llegamos a anular nuestra memoria para no recordarlas. Es Dios mismo hablando por medio de su palabra, para darnos la salida y señalar el camino a la libertad y la bendición divina. La salud, la paz interior, el poder disfrutar de la vida cada día, es lo que Dios quiere para nosotros, y es posible si obedecemos a sus mandatos. 

Salmo 32:1-2 (NTV)
 1 ¡Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubre su pecado!
 2  Sí, ¡qué alegría para aquellos a quienes el SEÑOR les borró la culpa de su cuenta, los que llevan una vida de total transparencia! 


Bendiciones!

P. Aldo