Confianza en Dios

Salmo 23:4 (RVR 1960)
"Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento."

La vida está llena de desafíos y momentos oscuros. A menudo, nos encontramos en situaciones difíciles que nos hacen sentir perdidos y temerosos. Sin embargo, el Salmo 23:4 nos recuerda que a pesar de caminar a través del valle de sombra de muerte, no debemos temer, porque Dios está con nosotros. Su presencia es nuestra fuente de consuelo y fortaleza.
Hay tres claves para aplicar esta palabra a nuestra vida, pongamos nuestra fe en acción!

1. Confianza en Dios: Enfrenta tus temores recordando que Dios está a tu lado en todo momento, incluso en tus momentos más oscuros. Confía en Su guía y protección.

2. Recuerda Sus promesas: Medita en las promesas de Dios en Su Palabra y encuentra seguridad en ellas. El Salmo 23 es solo uno de muchos pasajes que hablan de Su amor y cuidado por ti.

3. Comparte tu carga: No tienes que caminar solo por el valle de sombra de muerte. Busca apoyo en tu comunidad de fe y en amigos de confianza. Compartir tus preocupaciones puede aligerar tu carga.

Oración:
Amado Padre celestial, gracias por estar conmigo en los momentos oscuros de mi vida. Hoy, coloco mi confianza en Ti, sabiendo que tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Ayúdame a recordar tus promesas y a no temer mal alguno. Te pido que me guíes y me protejas en cada paso del camino. En el nombre de Jesús, Amén.

El perfecto plan de Dios

Hechos 27:22-24:
"Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, porque no habrá pérdida de ninguna vida entre vosotros, sino solamente de la nave. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios a quien yo sirvo, y a quien pertenezco, diciendo: 'No temas, Pablo; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.'"

Reflexión: En medio de las tormentas y desafíos de la vida, a menudo sentimos miedo y ansiedad. Pero, al igual que el apóstol Pablo, podemos encontrar consuelo en la promesa de Dios de que Él está con nosotros en todo momento. Aunque la nave de nuestra vida pueda verse sacudida y dañada, nuestras vidas están en las manos de Dios, y Su plan para nosotros se cumplirá. Como Pablo, debemos tener buen ánimo, confiando en que Dios nos guía y protege.

Oración: Querido Dios, en los momentos de tormenta y dificultad, te pedimos que nos des la fortaleza y la confianza que necesitamos. Ayúdanos a recordar que estás con nosotros, cuidando de nosotros en cada situación. A pesar de las circunstancias, confiamos en tu plan perfecto para nuestras vidas. Amén.

P. Aldo



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Llegó el tiempo de tú bendición

Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. 

Isaías 60:1

Más que un deseo es una orden de Dios a su pueblo, un pueblo que estaba en oscuridad, sentado o echado en el piso, quizá derribado. Un pueblo que había sido humillado, y dejado solo, sin ayuda y sin esperanza. 
Este versículo y el capítulo entero se dirige a Israel, con un mensaje que anuncia el comienzo de un nuevo tiempo, el cambio tan esperado ha llegado, la promesa antigua de gloria, prosperidad y bendición anunciada en el pesado ya había comenzado. Está palabra es profética porque anuncia que Dios estableció que Israel sea el centro del mundo, y de la adoración a Dios, con todo lo que ello implica, aunque hoy vemos que no es así, está escrito que así será en el futuro.
De alguna forma las escritura refleja el estado de las personas que viven sin Dios, están en oscuridad, derribados y humillados sin esperanza, pero Dios en su infinita misericordia quiere restaurar, cambiar el estado de fracaso y frustración en Bendición, solo que él ama la obra de sus manos.
Hoy la orden del Señor es para todos aquellos que se sienten identificados  con esta palabra, es tiempo de levantarse y resplandecer porque la presencia de Dios nació sobre tí.
Es un llamado al cambió de estado de ánimo, levántate! Quita el desánimo, abandona el pesimismo, deja la negatividad, sal del anonimato en donde te escondías, cambia tu apariencia, vístete de gloria y bendición, que tu rostro refleje la alegría del Señor!
Hoy es tiempo de resplandecer, tu Bendición ya comenzó, vívela por fé! 


P. Aldo

Seguir a Jesús

Lucas 9:57-62
 57  Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 
 58  Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 
 59  Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 
 60  Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú vé, y anuncia el reino de Dios.
 61  Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
 62  Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. 


Tres personas, que quisieron seguir a Cristo, pero se encontraron con algunos problemas. El primero tenía un problema de interés, en los beneficios personales seguía a Jesús, sus ambiciones, sus deseos de grandeza y reconocimiento eran una mala motivación para seguir a Cristo, por eso el Señor le advirtió que debía renunciar a sus ambiciones materiales, seguir a Cristo aceptando sus demandas es lo más importante. 
El segundo hombre fue llamado por el Señor, pero él no estaba dispuesto a dejar su vida atrás, tenía una herencia que cobrar, y dejaba el llamado más importante de su vida para después, Jesús le dice: el que se ocupa de las cosas muertas, pierde el tiempo, su vida se vuelve un despropósito, porque el verdadero sentido de la vida es dedicarse a servir al Señor.

Por último un hombre decide seguirlo, con la única condición de que pueda despedirse de su familia. La respuesta es que si tomamos la decisión de seguir al Señor, ya no podremos volver atrás. 
Cada uno de estos personajes, manifestaron el problema en su primera reacción a la posibilidad de seguir a Jesús, el primero quiso ser condescendiente con Jesús, pero el Señor no ve las apariencias el mira dentro del corazón. El segundo no tenía interés en el Reino de Dios, pensaba en su herencia, no valoraba el Reino de Dios. Y él tercero, ponía sus afectos por encima de la obediencia a Dios.

¿Cuál es tu excusa? ¿Qué es lo que te impide dejarlo todo y servir de lleno al Señor? ¿Son tus seres queridos? ¿Son tus ambiciones personales? ¿lo material, el dinero? ¿Tus negocios? Nada es mayor que Jesús, no hay propósito más alto, más valioso, y más importante para una persona que seguir a Cristo!
Qué estás esperando, el Señor te está llamando, acude pronto, deja todo, y sigue Jesús!

P. Aldo.