En esta palabra Dios nos hace una pregunta poderosa, él mismo dice ¿Habrá algo imposible para mí? La respuesta es para nosotros mismos. Cuando nos enfrentamos a las dificultades de la vida, debemos tener presente la respuesta a la pregunta del Señor, cuando vienen las dudas, cuando la fé se debilita, la biblia una y otra vez confirma: "porque nada hay imposible para Dios."
El camino angosto es difícil, dijo el Señor, pero la recompensa es gloriosa. Hoy debemos saber que no hay nada que Dios no pueda hacer, su poder no tiene límites, y está a disposición de los que creen, si oramos al Padre Celestial en su voluntad creyendo que nada es imposible para Él, estamos a las puertas de recibir un milagro. Deja de mirar lo grande del problema, ¡enfócate en la grandeza de Dios!

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