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Manos limpias

3  ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
 4  El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. 
 5  El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación.
 6  Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.

Desde el comienzo de la dispensación de la gracia de Dios, después de la cruz y la resurrección de Cristo, las puertas de la salvación se abrieron para todas las naciones. La nueva época de la gracia, es maravillosa porque Dios está perdonando los pecados y recibiendo a todo aquel que cree en Jesús. La gracia de Dios significa que el perdón y la salvación son un regalo del Señor, que no depende de nada que pueda hacer el hombre, solo Dios se reserva el hecho de salvar a los que él quiere, sin tomar en cuenta si son religiosos, o si no lo son, la salvación es un don de Dios.
Esto trajo algunas confusiones, entre los creyentes, algunos pensando que la gracia de Dios cubre todo, no se preocupen por cumplir con los mandamientos de Dios, no ponen por obra su palabra, y viven permitiendo casi todo, porque confían en la gracia.
Jesus dijo que él no vino para anular la ley, sino que vino para cumplirla, que tenemos que hacer entonces?
Debemos hacer el mejor esfuerzo por cumplir la palabra de Dios, sabiendo que ni nuestras obras, ni el ejercicio de la palabra de Dios son mérito para lograr la salvación, como si fuera un premio. La idea es que si Jesús dió su vida por nosotros, nosotros debemos entregar nuestra vida para servirle a él. Todos los mandatos de la palabra de Dios, del antiguo y del nuevo testamento siguen vigentes y hay que cumplirlos, recordemos que Jesús dijo aquel que me ama mi palabra guardará.
Entonces para habitar en la presencia de Dios, debemos ser santificados, esto lo hace Dios por medio de Cristo, y debemos tener las manos limpias, esto lo hacemos nosotros por medio de la vida que llevamos. Las personas que vivan rectamente, las que no se manchen con la suciedad de este mundo, los que guarden la palabra de Dios, son las que reciben bendiciones de parte del Altísimo.


Bendiciones a todos.

Ptr. Aldo Daniel Monegal