1 Corintios 15:57-58
57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
El Apóstol Pablo llega a esta conclusión, después de enseñar sobre la resurrección de Jesús, y la promesa de resurrección que nos espera a nosotros los creyentes, para poder entender que la victoria de la cruz es mucho más profunda de lo que podemos imaginar.
Había hermanos en la iglesia de Corinto que estaban confundidos, por escuchar a falsos maestros que negaban la resurrección de los muertos, apelando a su razonamiento y a creencias falsas, y poniendo dudas en los corazones, de los hermanos, pero está palabra aclara que nuestra fe no está puesta en un hombre que murió solo como un héroe, Jesús no fue un hombre nada más, él ES (porque aún vive) el hijo de Dios, que murió y resucitó, venciendo a la muerte, Jesús es nuestra fe.
Por eso nuestra fe en Cristo, no es en vano, el creer en Jesús con todo lo que eso implica, a veces nos provoca trabajo, sacrificio, contrariedad, porque el cristiano vive nadando contra la corriente, las cosas de Dios son contrarias al mundo en el que vivimos.
En un mundo donde reina el odio, nosotros proclamamos el amor, dónde hay mentira nosotros hablamos la verdad, en este mundo que abraza, cultiva y teme a la muerte, nosotros declaramos que la muerte está vencida, en un sistema que rechaza a Dios, nosotros nos declaramos siervos de Jesucristo, en dónde el mundo ve sólo desesperanza nosotros decidimos hay victoria en el nombre de Jesús.
Claro que nadar contra la corriente, a veces es agotador, y las dudas atacan tu fe, pero recuerda que tú trabajo en el servicio a Dios no es en vano, una gran victoria nos espera al final del camino.
Las tres claves que nos enseña la palabra de Dios son: firmes, constantes y careciendo, siempre en la obra del Señor, hay victoria en el nombre de Jesús.
Ap. Aldo
57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
El Apóstol Pablo llega a esta conclusión, después de enseñar sobre la resurrección de Jesús, y la promesa de resurrección que nos espera a nosotros los creyentes, para poder entender que la victoria de la cruz es mucho más profunda de lo que podemos imaginar.
Había hermanos en la iglesia de Corinto que estaban confundidos, por escuchar a falsos maestros que negaban la resurrección de los muertos, apelando a su razonamiento y a creencias falsas, y poniendo dudas en los corazones, de los hermanos, pero está palabra aclara que nuestra fe no está puesta en un hombre que murió solo como un héroe, Jesús no fue un hombre nada más, él ES (porque aún vive) el hijo de Dios, que murió y resucitó, venciendo a la muerte, Jesús es nuestra fe.
Por eso nuestra fe en Cristo, no es en vano, el creer en Jesús con todo lo que eso implica, a veces nos provoca trabajo, sacrificio, contrariedad, porque el cristiano vive nadando contra la corriente, las cosas de Dios son contrarias al mundo en el que vivimos.
En un mundo donde reina el odio, nosotros proclamamos el amor, dónde hay mentira nosotros hablamos la verdad, en este mundo que abraza, cultiva y teme a la muerte, nosotros declaramos que la muerte está vencida, en un sistema que rechaza a Dios, nosotros nos declaramos siervos de Jesucristo, en dónde el mundo ve sólo desesperanza nosotros decidimos hay victoria en el nombre de Jesús.
Claro que nadar contra la corriente, a veces es agotador, y las dudas atacan tu fe, pero recuerda que tú trabajo en el servicio a Dios no es en vano, una gran victoria nos espera al final del camino.
Las tres claves que nos enseña la palabra de Dios son: firmes, constantes y careciendo, siempre en la obra del Señor, hay victoria en el nombre de Jesús.
Ap. Aldo