Mateo 5:14-15
14 »Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse.
15 Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa.
Jesús es la luz del mundo (Juan 8:12) pero el dijo a sus discípulos que son la luz del mundo, esto quiere decir que los creyentes tienen el deber de ser luz, transmitiendo la luz de Cristo que está en ellos. No tenemos luz propia, la luz que hay en nosotros es Cristo, porque él es la luz. En este mundo de tinieblas debemos alumbrar en los lugares más oscuros, la luz no puede esconderse, debe ser puesta en un lugar muy visible para que cumpla su función.
En estos días el espíritu Santo me hablaba por medio de su palabra, diciendo que hay muchos que están tapando la luz, escondieron la luz debajo de una vasija, cristianos que no quieren decir que son creyentes en su entorno, son como Nicodemo que vino para hablar con. Jesús de noche y a escondidas. Muchos hijos de Dios se avergüenzan de decir que son cristianos, otros no quieren confesar porque sienten culpa de la vida que llevan y prefieren vivir como si no fuesen creyentes.
Jesús dijo que la luz no puede esconderse, pero si se tapa y se esconde se corre el peligro de apagarse para siempre.
El Apóstol dijo que los cristianos deben brillar como luminares en el mundo Filipenses 2:15, pero la idea de esta enseñanza es muy clara en 1 Corintios 11:1 ;Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
Jesús nos pone está carga, es un deber ineludible que tenemos los creyentes, de obedecer a la demanda del Señor, si tenemos a Cristo no podemos dejar de iluminar, si no somos luz quiere decir que no tenemos a Cristo, o estamos ocultando su luz.
Está palabra me recuerda a la parábolas de las diez vírgenes, dónde había cinco prudentes y cinco imprudentes, unas velaban esperando al Señor con sus lámparas encendidas, y una reserva de aceita, las otras tenían sus lámparas encendidas pero no tenían más aceite, el resultado fue que las prudentes logrando ir que Jesús, pero las imprudentes se perdieron en la oscuridad.
Hermanos no escondan la luz de Jesús que hay en ustedes, alumbren con su vida, sus buenos actos, el testimonio, porque esa es la tarea asignada por nuestro Señor Jesús, como él es luz nosotros también debemos ser luz, para que muchos sean salvos, y el mundo conozca a Jesús. Sal de tu casa, confiesa que eres cristiano en el trabajo, en ti barrio alumbra con la luz de Jesús, cumple tu asignación divina.
Ptr Aldo Daniel Monegal