Seguir a Jesús

Lucas 9:57-62
 57  Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 
 58  Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 
 59  Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 
 60  Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú vé, y anuncia el reino de Dios.
 61  Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
 62  Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. 


Tres personas, que quisieron seguir a Cristo, pero se encontraron con algunos problemas. El primero tenía un problema de interés, en los beneficios personales seguía a Jesús, sus ambiciones, sus deseos de grandeza y reconocimiento eran una mala motivación para seguir a Cristo, por eso el Señor le advirtió que debía renunciar a sus ambiciones materiales, seguir a Cristo aceptando sus demandas es lo más importante. 
El segundo hombre fue llamado por el Señor, pero él no estaba dispuesto a dejar su vida atrás, tenía una herencia que cobrar, y dejaba el llamado más importante de su vida para después, Jesús le dice: el que se ocupa de las cosas muertas, pierde el tiempo, su vida se vuelve un despropósito, porque el verdadero sentido de la vida es dedicarse a servir al Señor.

Por último un hombre decide seguirlo, con la única condición de que pueda despedirse de su familia. La respuesta es que si tomamos la decisión de seguir al Señor, ya no podremos volver atrás. 
Cada uno de estos personajes, manifestaron el problema en su primera reacción a la posibilidad de seguir a Jesús, el primero quiso ser condescendiente con Jesús, pero el Señor no ve las apariencias el mira dentro del corazón. El segundo no tenía interés en el Reino de Dios, pensaba en su herencia, no valoraba el Reino de Dios. Y él tercero, ponía sus afectos por encima de la obediencia a Dios.

¿Cuál es tu excusa? ¿Qué es lo que te impide dejarlo todo y servir de lleno al Señor? ¿Son tus seres queridos? ¿Son tus ambiciones personales? ¿lo material, el dinero? ¿Tus negocios? Nada es mayor que Jesús, no hay propósito más alto, más valioso, y más importante para una persona que seguir a Cristo!
Qué estás esperando, el Señor te está llamando, acude pronto, deja todo, y sigue Jesús!

P. Aldo.

La unidad

Marcos 3:24-25
 24  Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. 
 25  Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.

La división es la estrategia que usa satanás para destruir familias, parejas, iglesias y naciones completas. Hay un dicho popular que dice: "divide y triunfarás" y Jesús  lo reveló, en estos versículos del evangelio de Marcos. Hoy vivimos en un mundo dividido, socialmente, políticamente y espiritualmente; hay guerras entre países, y todo tipo de violencia por causa de las divisiones que hay en el mundo. Las últimas décadas con los cambios culturales, aumentó drásticamente el número de familias ensambladas, parejas que se divorcian de sus primeros matrimonios para formar otra familia es algo común. Los problemas ideológicos, con el aumento de las comunicaciones aumentaron, la palabra de Dios se cumple. Debemos luchar contra la división, claro que no podemos pensar todos de la misma forma, hay diferentes pensamientos y culturas, pero las diferencias comunes no son un obstáculo para la unidad. El Apóstol Pablo habló de la diversidad que existe en la iglesia, hay hermanos que tienen diferentes dones, ministerios, culturas, idiomas, pero todos ellos forman la unidad del cuerpo de Cristo, que es la iglesia. El diablo divide para destruir,   el Señor Jesús unidad, en Dios por medio del Espíritu Santo. Jesús declaró que sus discípulos deben estar unidos para que el mundo crea en Dios. 
En este día debemos orar por todas esas cosas que nos dividen, en nuestra familia, y en cualquier ámbito, identificar las causas y buscar en oración las estrategias divinas para erradicar las divisiones.
En la unidad está la estabilidad, la paz, el bienestar, y la bendición de Dios por sobre todas las cosas.

El centro del universo

Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 


Vivimos para la gloria de Dios, Jesús es el centro de nuestra vida, ahora que somos hijos de Dios. Ya no estamos preocupados por nuestra conveniencia, no buscamos ser alguien buscando la gloria de este mundo, todo eso hacíamos antes de conocer a Dios. 
En la antigüedad los observadores del cielo pensaban que el sol giraba alrededor de la tierra, pero con el tiempo descubrieron que estaban equivocados, porque la verdad es que la tierra gira alrededor del sol. 
Así el ser humano piensa que Dios está fuera de nosotros, que Dios es algo secundario, el egocentrismo es la base de todas las conductas  erróneas, que llevan a las personas a vivir equivocadamente, vacíos en su interior, pensando que ellos son el centro del universo, eso es vanagloria. Pero en Cristo entendemos quién él es el centro del universo, y nosotros giramos en torno a Él. Desde la postura correcta, podemos corregir nuestra escala de valores, y entender que todo gira alrededor de Dios, el centro del universo.
Solo desde esta perspectiva es posible caminar alineados a la voluntad de Dios, y vivir en unidad con nuestros hermanos. El egoísmo,  no permite vivir en unidad, pero cuando Dios es el centro, ya no hay motivos para la rivalidad, en Dios todos somos primeros en él.
Consideramos a los demás como superiores que nosotros, porque vemos en ellos la imagen de nuestro Señor y podemos vivir en unidad, dejando que Dios ordene todas las cosas, no tenemos cuidado de que alguien pueda levantarse sobre nosotros, porque Dios dice que todos somos iguales delante de Él.
Esa es la base de la convivencia en la iglesia del Señor, Jesús es la Cabeza, el centro de la iglesia, el Espíritu Santo es el que da vida al cuerpo, y vivifica a cada miembro, ordenando a cada uno en el lugar que Dios determinó para ellos. La unidad depende de sujetarse a Dios, y al hermano que Dios puso para que nos sometemos a él, y así bajo la autoridad de Dios, vivimos en perfecta bendición, y podemos disfrutar de los anticipos del Reino de Dios. 
Cambia el centro de tu vida, destrona tu yo personal, y entrona a Jesús el centro del universo en tu corazón.

Una palabra para valientes

Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? (Juan 11:40)

Está pregunta de Jesús se dirige a tí, en cada mal momento de tu vida, cuando te detienes en tu avance hacia la menta que te propusiste alcanzar, cada vez que bajas los brazos, y miras al cielo pensando: no puedo más, ayúdame Señor.
Cuando oras diciendo: ¡no puedo más! Cuando dices a Dios ¿porque no puedo lograrlo?
Una de las más grandes bendiciones que disfrutamos los hijos de Dios, es el don de la fe, tan pequeño como un grano de mostaza, pero tan poderoso que traslada montañas, y tú lo tienes. Las limitaciones de nuestra mente y emociones, y la oscuridad de este mundo nos presentan una realidad negativa, si dejamos que estas cosas nos dominen, ahogarán nuestra fe en aquel que dijo: todo es posible para aquel que cree (Mateo 9:23) Dios te dió talentos, tienen virtudes y habilidades, que son tesoros de Dios, además de la presencia del Espíritu Santo, es hora que despiertes del sueño y te veas como Dios te ve, para poder ver y creer plenamente en Jesús, para dejar de bajar los brazos, y llenarte de de esa fe que impulsa a la meta de tus sueños en todas las áreas de tu vida. Si hoy estás ante un imposible (para tí) Jesús te dice: no te dije que si crees verás la gloria de Dios?

La semilla

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
(Mateo 18:20)

Seguramente me escucharon en las reuniones de la iglesia, más de una vez repetir esta palabra, pero no es una frase del pastor, es palabra de Dios, Jesús la declaró para nosotros. La palabra de Dios tiene poder cuando la creemos, la hacemos nuestra, nos apropiamos de ella, entonces sucede el milagro y Jesús se manifiesta. Que maravilloso es saber que dónde hay dos, Jesús está,  que privilegio es tener acceso a Dios. Es importante que meditemos profundamente en la palabra de Dios, si la leemos y la repetimos como cualquier libro no pasa de ser solo un versículo más, pero cuando le damos lugar el Espíritu Santo, en medio de nuestra meditación, esa palabra se activa, y se deja ver el poder de Dios, que está inherente en ella, es como una semilla, que solo se activa cuando es sembrada en la tierra, y deja ver lo que está dentro de ella, puede se una semilla muy pequeña, pero en su interior puede contener un árbol gigantesco! 
Dónde hay dos o tres allí estaré yo en medio de ellos, entonces nos damos cuenta que importante es congregarse con los hermanos, que poderoso es ponerse de acuerdo con los líderes y orar juntos, allí está Jesús, el Todopoderoso. Es una promesa de Jesús, no importa dónde estés, en qué lugar del planeta te encuentres, si te unes con tu hermano allí está Jesús. Y si él está con nosotros, que contra nosotros, no lo dudes, busca alguien con quién unirte, únete a tu familia, tu pareja, tus hijos, amigos o hermanos, y dile a Jesús que se manifieste, el estará allí en medio para bendecir, para hacer milagros, para cumplir con su promesa porque Jesús es fiel.

¡Tiempo de recibir, tiempo de creer y estar en la presencia del Señor! 

Dios los bendiga.

Una promesa de Dios

"Dado que has obedecido mi mandato de perseverar, yo te protegeré del gran tiempo de prueba que vendrá sobre el mundo entero para probar a los que pertenecen a este mundo." (Apocalipsis 3:10 NTV)


El resultado de la perseverancia en las promesas de Dios es la salvación, los tiempos son difíciles y hay que permanecer, perseverar, no volver atrás. Está actitud es algo así como seguir avanzando en nuestro camino aunque el viento sea contrario, es levantarse aunque estemos caídos, es seguir bendiciendo aunque seamos rechazados, elegir creer a Dios en vez de correr con el mundo.
Está palabra nos dice que seguir a Dios no es fácil, pero vale la pena porque sus bendiciones son invaluables. La hora de juicio que viene sobre todos los habitantes de la tierra, tiene que ver con el fin de los tiempos, y nos habla de la justicia de Dios, que ejecutará contra todos los que viven haciendo maldad, ningún crimen quedará impune, hasta lo más oculto está a la vista de Dios, el juez de toda la tierra. Pero los que perseveran en su palabra, no serán condenados con el mundo, serán guardados por Dios.
El bien siempre triunfa sobre el mal, el amor siempre gana sobre el odio, la verdad no puede ser vencida por la mentira, hay una promesa de bendición para los que son fieles a Dios, y lo buscan, pero solo es para los que perseveran. Toma hoy este consejo, de la palabra de Dios, y cambia tu actitud, esfuérzate más, y avanza en tu caminar con el Señor.

No olvidemos el primer amor

»Pero tengo una queja en tu contra. ¡No me amas a mí ni se aman entre ustedes como al principio! (Apocalipsis 2:4 NTV)


Uno de los peligros de caer de la gracia de Dios, es perder el primer amor, ese enamoramiento que sentimos cuando vivimos la primera experiencia de fe, y hace que el amor a Dios y a los hermanos fluya sin obstáculo. La esencia de Dios es el amor, y el reino de Dios está basado en el amor de Dios, por eso es tan importante el amor, podemos comprobarlo al leer los dos mandamientos más importantes de la palabra de Dios (Mateo 22:36-40).

En esta porción de la palabra que corresponde a la carta de Jesús a la iglesia de Efeso, escrita por Juan en el Apocalipsis, el Señor reprende a la iglesia por haber abandonado su primer amor, y está reprensión del Señor debe ser también para nosotros, para que nos examinemos y comprobemos cómo estamos amando a Dios a nuestros hermanos, porque la falta de amor es algo que Dios no pasa por alto, y tiene consecuencias. Siempre debemos orar a Dios pidiendo que nos llene de su amor, debemos pedirle que el Espíritu Santo actúe en nosotros renovando su amor a cada paso que damos. La biblia dice que el cumplimiento de la ley de Dios es el amor, porque el amor no hace mal al prójimo, así que aceptemos lo que el Señor nos dice, revisemos si estamos en el primer amor, y si no es así oremos para que Dios nos restaure, en el nombre de Jesús!

Si amamos a Dios y a nuestros hermanos, las bendiciones de Dios vendrán sobre nosotros.