Confía

Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. 
Ellos flaquean y caen, Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.
Salmo 20:7-8

En el momento de la dificultad, debemos aprender a confiar en Dios por sobretodo, cualquier persona confía en su fuerza o en los recursos que están a su disposición, eso es fácil. Pero cuando la fuerza o los recursos no están disponibles, la gente cae, se desmorona en tristeza en desesperanza, porque aquello en lo que confía no está disponible para ayudarlo. Los recursos materiales, las fuerzas humanas, y la ayuda de los demás en el momento de la dificultad, son inciertos. El dinero con que disponemos para salir de apuros económicos, nos da cierta seguridad para el presente y el futuro inmediato, pero confiar en eso también es un error, hay gente que confía en su dinero, pero cuando el dinero le falta, cuando sus reservas están vacías, la desesperación invade sus corazones. Todo aquello en lo que confía el hombre es relativo, hoy puede abundar el dinero en tu cuenta, pero en un momento puede desaparecer, la ayuda de la gente también puede faltar en el momento que más se necesita, la fuerza física también puede desvanecerse, todo fluctúa y es relativo, nada es seguro.
Pero hay alguien que no cambia, que siempre está disponible, y sus recursos son inagotables, Dios es la roca eterna inconmovible e inmutable. Sin duda confirmar en Dios es lo más Sabio, en todo tiempo era disponible para proveer bendición, no hay nada imposible para Dios, y los que confían en el disfrutan de sus abundantes beneficios.
Una vez más la palabra de Dios delinea un contraste, entre los incrédulos y los creyentes, aquellos confían en lo que ven sus ojos, carros, caballos, pero los creyentes ponen su confianza en Dios. Confiar en carros y caballos tiene que ver con aferrarse a lo terrenal, confiar en todo aquello que es temporal, relativo y falible, poner la confianza en lo que ven tus ojos, confiar en el dinero, en la ayuda de la gente, confiar en uno mismo, ser autosuficiente. Confiar en Dios es creer plenamente, que más allá de todo, sin el no hay salida.
Los resultados de este contraste es contundente, los incrédulos flaquean y caen, pero nosotros los que creemos en un Dios de poder, aunque cargamos, nos levantaremos y estaremos en pié.

Pastor Aldo D. Monegal

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