Salmo 10:11-14 (NTV)
11 Los perversos piensan: «¡Dios no nos mira! ¡Ha cerrado los ojos y ni siquiera ve lo que hacemos!».
12 ¡Levántate, oh SEÑOR! ¡Castiga a los perversos, oh Dios! ¡No te olvides de los indefensos!
13 ¿Por qué los perversos desprecian a Dios y quedan impunes? Piensan: «Dios nunca nos pedirá cuentas».
14 Pero tú ves los problemas y el dolor que causan; lo tomas en cuenta y los castigas. Los indefensos depositan su confianza en ti; tú defiendes a los huérfanos.
La maldad siempre existió desde la caída del hombre y la mujer en el Edén, pero en nuestros días es muy evidente que la maldad va en aumento. Las personas que niegan a Dios, y viven contra los principios morales esenciales, el odio de unos contra otros, se manifiesta en crímenes, injusticia, y toda clase de maldades.
Los hijos de Dios no están exentos de este mal, la palabra de Dios dice que los pobres, los huérfanos, los más débiles son víctimas de los malvados. El poder de este mundo está en manos de personas corruptas, injustas y malvadas, esa es su forma de vida, piensan que Dios nos nos ve, que nunca rendirán cuentas al Creador, pero se equivocan.
La vida del cristiano se hace difícil, en un mundo lleno de maldad, y a veces como el salmista nos preguntamos ¿Porque los malvados desprecian a Dios y quedan impunes? ¿Porque prosperan los que hacen maldad? Parece injusto, pero aunque no lo puedas entender, el malvado también cumple una función dentro de la obra de Dios.
Cada palabra, cada hecho de injusticia, no es pasado por alto, Dios registra cada acción y cada palabra, porque hay un juicio. También para los servidores de Dios, abra un juicio.
No te inquietes por causa de los malvados, no dejes que la tentación de devolver mal por mal, te rebaje al nivel de ellos. Confía en Dios y vive haciendo del bien, porque así como hay recompensa para los hijos de Dios fieles, también hay una sentencia sobre los que ignoran a Dios.
11 Los perversos piensan: «¡Dios no nos mira! ¡Ha cerrado los ojos y ni siquiera ve lo que hacemos!».
12 ¡Levántate, oh SEÑOR! ¡Castiga a los perversos, oh Dios! ¡No te olvides de los indefensos!
13 ¿Por qué los perversos desprecian a Dios y quedan impunes? Piensan: «Dios nunca nos pedirá cuentas».
14 Pero tú ves los problemas y el dolor que causan; lo tomas en cuenta y los castigas. Los indefensos depositan su confianza en ti; tú defiendes a los huérfanos.
La maldad siempre existió desde la caída del hombre y la mujer en el Edén, pero en nuestros días es muy evidente que la maldad va en aumento. Las personas que niegan a Dios, y viven contra los principios morales esenciales, el odio de unos contra otros, se manifiesta en crímenes, injusticia, y toda clase de maldades.
Los hijos de Dios no están exentos de este mal, la palabra de Dios dice que los pobres, los huérfanos, los más débiles son víctimas de los malvados. El poder de este mundo está en manos de personas corruptas, injustas y malvadas, esa es su forma de vida, piensan que Dios nos nos ve, que nunca rendirán cuentas al Creador, pero se equivocan.
La vida del cristiano se hace difícil, en un mundo lleno de maldad, y a veces como el salmista nos preguntamos ¿Porque los malvados desprecian a Dios y quedan impunes? ¿Porque prosperan los que hacen maldad? Parece injusto, pero aunque no lo puedas entender, el malvado también cumple una función dentro de la obra de Dios.
Cada palabra, cada hecho de injusticia, no es pasado por alto, Dios registra cada acción y cada palabra, porque hay un juicio. También para los servidores de Dios, abra un juicio.
No te inquietes por causa de los malvados, no dejes que la tentación de devolver mal por mal, te rebaje al nivel de ellos. Confía en Dios y vive haciendo del bien, porque así como hay recompensa para los hijos de Dios fieles, también hay una sentencia sobre los que ignoran a Dios.
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