Desierto

Salmo 50:15 E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás. Así es el Señor, nuestro salvador siempre dispuesto, dando seguridad y ayuda solo con llamarlo. Por eso no debe faltar la adoración a Dios en nuestra vida, tenemos ayuda, consuelo, salvación, alguien que siempre está listo para venir a rescatarnos, y más aún en el tiempo de la angustia, cuando ya no quedan fuerzas, y la esperanza se apaga en nosotros, solo debemos llamar a nuestro Dios y él responderá. Qué bendición es tener está confianza, saber que no estamos solos, que nuestro Dios siempre está presente, es más que un buen amigo, es más que un hermano, es un Padre que no duda en dar todo por sus hijos. Jesús es todo para nosotros, y esto no lo puede entender cualquier persona, solo los que lo conocen pueden entender que Jesús es todo para la vida de cualquier persona, la biblia dice que "estamos completos en él" o sea que sin Jesús, nos falta una parte importante en nuestro ser que nos hace vivir insatisfechos, inseguros, con un vacío interior permanente. Pero lo más importante es su promesa, "invócame" en el día de la angustia! En la vida pasaremos por días de angustia, yo comparo este estado, con la idea de estar en el desierto, dónde no hay nada, solo vacío, no hay ayuda, ni alivio, el frío y el calor la soledad y la incertidumbre, de no encontrar la salida es muy fuerte, lo mismo se siente cuando ataca la angustia. Es un momento decisivo, quedarnos atrapados en la trampa de la angustia, o clamar a Dios, no hay otra opción. Allí suceden los grandes cambios, en el corazón humano, bajo presión, así como el carbón se convierte en diamante, en el proceso y bajó una fuerte presión. Por eso nunca olvides que Jesús está contigo, aún en tus desiertos, y si no tienes a Jesús, o no estás seguro de que el este en tu corazón, es hora de comenzar a buscarlo, llámalo invoca su nombre, pide que viva en tu corazón, y cuando pases por angustia siempre estará allí para librarte y llevarte a un lugar mejor. ¡Alabado sea Dios por siempre, amén!

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