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¿Qué haremos?

"El le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos" (2 Reyes 6:16)

Aquel que tiene su fe puesta en el Dios de Israel, en el Señor Jesucristo, vive confiado todo el tiempo. Pero a veces puede fallar tu fe, por diferentes circunstancias, porque somos imperfectos en muchas áreas, y no siempre tenemos la respuesta correcta en cada situación. Por eso es importante llevar una vida de comunión con Dios, pero también es importante no estar solos en el camino. En el contexto de este versículo, hay dos personas, el profeta Elíseo, y su servidor, la palabra de este versículo está dirigida al sirviente de Elíseo, porque no podía ver el respaldo de Dios en medio de la crisis. Elíseo estaba tranquilo, sabía que su Dios estaba con él, no temió la amenaza del enemigo, que venía por él, porque pudo ver más allá de la crisis, con sus ojos espirituales que el poder de Dios era superior y estaba a su favor.
¿Cómo estás hoy enfrentado tu vida? Vivir no es fácil, a veces todo se complica y el temor, la inseguridad, la presión de la vida nos lleva a la desesperación. Si no tenemos un Elise que Ore por nosotros para que se abran nuestros ojos, estamos en dificultades. Podemos contar con un hermano en Cristo, con nuestro mentor o profeta en la iglesia, pero tenemos un Elíseo que está a nuestro lado todos los días, para dar respuesta a nuestra pregunta: ¿Qué voy a hacer? 

Ese Eliseo es Jesús, que hoy te dice: no temas, porque más son los que están con nosotros! Él te abrirá los ojos para que veas el poder de Dios a tu favor, hoy tu actitud frente a las dificultades será diferente, cambiará para siempre, porque está palabra te marcará para quitar la duda de tu corazón, y ver la victoria que Dios tiene preparada para tí.


©P. Aldo 

Reflexionemos!

Reflexionemos !!

La importancia central —y el poder— de la oración se han perdido en la iglesia de hoy. Si está entre aquellos que no saben cómo orar y con frecuencia depende de las oraciones de otros, usted necesita convertirse en una casa de oración. El propósito de este devocional es mostrarle qué es la oración y cómo orar. Los discípulos de Jesús tampoco estaban seguros acerca de cómo orar, por eso Él les tuvo que enseñar.
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. (Lucas 11:1)
Jesús les dio un modelo de oración. (Vea los versos 2–4). Les trajo la revelación de cómo orar de una manera nueva, reconociendo al Padre celestial, Su reino y a sus hermanos y hermanas. Esto es crucial para la iglesia, como cuerpo de Cristo, a fin de ser restaurada a su propósito original y recuperar su verdadera función. Cuando no tenemos una vida de oración continua y consistente, nos volvemos espiritualmente débiles y flojos, hasta que finalmente nos secamos.
Por lo tanto, para que la iglesia sea el genuino cuerpo de Cristo, necesita ser una casa de oración. Nuestro Padre celestial nos está llamando a regresar a este rol esencial. Para unirse a otros cristianos y convertirse en casa de oración, el creyente siempre debe tener la actitud y el espíritu de oración como un estado de ánimo. No se trata de orar solo cuando sentimos hacerlo, sino de orar continuamente, porque sabemos que es nuestro primer llamado y función. De esta manera siempre estaremos en la presencia de Dios. Todos los cristianos debemos ser una casa de oración, porque el cristianismo se trata de ser como Cristo, y Él siempre oraba. Incluso hoy, Él intercede por nosotros ante el Padre. (Vea Hebreos 7:25). De ahí que, cuando usted es casa de oración, se hace como Cristo.

Pensamiento: Una vida sin oración carece de actividad espiritual

Hagamos una oración al Señor Jesús para que entendamos está reflexión sabiendo que somos templos vivientes de Dios !
Nuestro Dios tiene que vivir en medio nuestro todo el día ,todo el año como dice su Palabra

Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. (2 Corintios 6:16)