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Un día como mil años

Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
2 Pedro 3:8

Dios es Eterno, está sobre el tiempo, está sobre todo, nuestra mente limitada no alcanza a entender la dimensión de la grandeza del Creador. El hombre es limitado en muchas áreas, y una de ellas es que su existencia en la tierra está limitada por el tiempo, son pocos los años de nuestro paso por la vida, que tiene un promedio de ocho décadas, aproximadamente.
Cuando confiamos en Dios y sus promesas nos desesperamos por recibir lo que pedimos al Señor en Oración, y al pasar el tiempo parece que la bendición tarda en llegar al punto de perder la esperanza de recibir aquello que pedimos, y que nos fue prometido por el Señor, pero su bendición vendrá. Esta palabra nos enseña que los tiempos de Dios no son los nuestros, el Señor vive en un eterno presente, su tiempo no pasa y no tiene fin, sus promesas llegarán, a nosotros, en el tiempo perfecto de Dios.
Así también el día del Señor vendrá, el regreso de Cristo es inminente, aunque pasen los años y parezca que está todo igual, su palabra se cumplirá, como si fuese ayer que Jesus entregó su vida en la Cruz, porque un día es como mil años y mil años es como un día para el Señor.
Pero Dios en su misericordia quiere que todos se salven, y cada día es un regalo una oportunidad de acercarse y ponerse a cuentas con el Creador.
No te desesperes tu bendición vendrá a tu vida, Dios no se olvida, a su tiempo su promesa se cumplirá, vive cada día como si fuera el último, recuerda cada mañana dar gracias a Dios por una oportunidad más, y aprovecha el tiempo que Dios te regaló al máximo, corrige tu  vida, pon por obra la palabra y ayuda a tu prójimo, vive una vida que agrada al Señor, y sus bendiciones lloverán sobre ti.

Ptr. Aldo