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Un principio espiritual

Malaquías 3: 8 -11
 8  ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
 9  Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
 10  Traed todos los diezmos al alfolí  y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 
 11  Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.

Dios es justo, no hay injusticia en él, y su palabra no se vuelve atrás, cuando Dios dice algo como, un mandamiento o una promesa, no hay forma de que esa palabra no se cumpla. Aquí Dios estaba enojado con su pueblo, porque vivían quejándose, decían que los incrédulos y paganos vivían mejor que ellos, que por demás era servir a Dios, porque los injustos tenían prosperidad y ellos no. 
Pero la promesa de Dios dice que todo aquel que sea fiel a su palabra será próspero, y ninguno de ellos se preguntaba porque esa promesa de prosperidad, no se cumplía en ellos. Creían que el Dios de Israel era como los dioses paganos, que no pueden cumplir nada de lo que le pidan porque no son dioses. Para ellos y para muchos hoy en día, es más fácil cambiar de Dios, o abandonar el camino de Cristo cuando no reciben lo que piden, y acudir a un falso dios, o a los brujos para tratar de lograr lo que ellos se proponen, aunque no sea la voluntad de Dios. Otros piden a Dios y cuando reciben la bendición, se alejan, porque no aman a Dios solo buscan su propio beneficio pasajero. 
La ley de Dios dice: "dad y se os dará" (Lucas 6:38) y es un principio espiritual que está desde Génesis hasta el Apocalipsis. En el principio la gente ofrecía presentes a Dios, ofrendas como alabanza y gratitud por su bendición en todas las áreas de la vida. Después Dios mismo por medio de Moisés estableció, todo el reglamento litúrgico, para que su pueblo le sirviera, incluyendo la ley de las ofrendas y los diezmos. Esto perduró en todo el antiguo testamento, hasta Jesús, los diezmos y ofrendas se entregaban a los sacerdotes que fueron los representantes de Dios, y el pueblo era bendecido.
Hoy en Dios el principio espiritual de los diezmos y ofrendas sigue vigente, aunque no esté el sacerdocio Aronico. En una ocasión Jesús fue al templo y vio a una mujer viuda que ponía su diezmo en el tesoro, y también a los ricos que dejaban sus ofrendas, pero Jesús dijo a sus discípulos está mujer viuda puso más que todos, porque aquellos dieron de lo que les sobra, pero ella puso todo su sustento.
Está claro que para que una ofrenda o un diezmo tenga valor delante de Dios, tiene que ser con un corazón dispuesto a adorar al Señor.
Hoy muchos dicen que ya el diezmo no está vigente porque el sistema del Antiguo Testamento dejó de existir, pero la biblia dice que Jesús no vino a abolir la ley anterior, el vino para cumplirla, por lo tanto el principio espiritual de entregar voluntariamente los diezmos y las ofrendas sigue vigente, y digo más, ya no hay que estrenar solo el diezmó, ahora deberíamos entregar todo a Jesús, el cien por ciento de nuestra vida y recursos le pertenecen, nosotros fuimos comprados a precio de su preciosa sangre. 
Por eso cuando veas que los negocios no te van bien, que el dinero no te alcanza para nada, que cuánto más ganas, más debés, cuando veas que te roban, sin poder recuperar lo que te quitan, no te quejes contra Dios, medita cuánto le has robado hasta este día!
Dios quiere bendecirte, quieres recibir más de Dios? No seas rebelde, cumple con los principios de su palabra, recuerda lo que dijo Jesús:Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.(Mateo 22:21)


¡Bendiciones !

Ptr. Aldo Daniel Monegal