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La importancia de la santidad

Levítico 16:3-4 (NTV)

 3  »Cuando Aarón entre en la zona del santuario, deberá seguir fielmente estas instrucciones: deberá llevar un becerro para una ofrenda por el pecado y un carnero para una ofrenda quemada.
 4  Tiene que vestirse con la túnica de lino y la ropa interior de lino que se usa directamente sobre la piel. Amarrará la faja de lino a su cintura y se pondrá sobre la cabeza el turbante de lino. Estas son vestiduras sagradas, por lo que deberá bañarse con agua antes de ponérselas.


En el antiguo testamento, el servicio al Señor fue algo muy sagrado, una de las palabras que más describen está demanda de Dios es: "Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios" (Levítico 19:2)
La palabra que leemos en el inicio, son las instrucciones de Dios, para los sacerdotes de la orden de Aarón sobre como servir en el santuario, y entrar en el "Lugar Santísimo" que es un sector del templo, en donde estaba el arca del pacto, y se manifestaba la presencia de Dios. 
La santidad es lo más importante en el servicio a Dios, desde el antiguo testamento, hasta el día de hoy, se puede percibir en el grado de detalles que da palabra de Dios, que la santidad es una condición fundamental para poder acercarse a Dios. Es un error creer que está demanda disminuye en el nuevo testamento, porque la verdad es que Dios no cambia, él es Santo y exige que su pueblo sea santo desde los días del antiguo testamento hasta el presente, en el nuevo testamento encontramos una palabra del Apóstol Pedro: "porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo" ( 1 Pedro 1:16) 
La reverencia, el temor a Dios, la santidad son cosas que no cambian en las exigencias de Dios para su pueblo, alabar a Dios y servirle requiere santidad. 
Lo que es diferente es que ahora la santidad que debemos tener es mucho más profunda, porque Dios habita dentro de nosotros, ahora somos el templo de Dios. En la antigüedad todo tenía que ver con lo externo, lo visible, la ropa sacerdotal los objetos sagrados en el templo, los sacrificios de animales, y todos los rituales de adoración, la biblia dice que fueron: sombra de lo que estaba por venir (Hebreos 8:5)
Pero ahora en el nuevo pacto, el Espíritu Santo está dentro de nosotros, al ver lo que Dios exige al Sacerdote Aarón para poder entrar en su presencia, podemos darnos cuenta de la gran bendición que tenemos como hijos de Dios, porque el sacrificio de Jesús, y su sangre fue suficiente para hacernos santos, y poder entrar en la presencia de Dios. Nuestras vestiduras sacerdotales son dadas por Dios en el espíritu, la limpieza con el agua de la palabra de Dios, y la sangre de Cristo hacen que podamos entrar en la presencia del Señor, ¡Gloria a Dios!

Pero esto no significa que vivamos como queremos, somos justificados y salvos por Gracia de Dios, pero estamos en un proceso llamado Santificación, que dura toda la vida, en el vamos perdiendo la antigua naturaleza pecaminosa, y vamos creciendo en santidad, gracias a la nueva naturaleza que Dios creó en nosotros, y con la ayuda del Espíritu Santo. 
Hoy no podemos descuidar la Santidad, en todas las cosas, cuando leemos el antiguo testamento debemos recordar lo importante que es servir a Dios, con temor, con reverencia, en Santidad y siguiendo sus instrucciones.
Nuestro Padre es Santo, y nosotros debemos ser santos, en toda nuestra manera de vivir, y en la adoración a Dios sobre todo. Efesios 5:25b al 27 dice:
" 25 b ....así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 
 26  para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 
 27  a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha."
Oremos pidiendo a Dios que nos transforme, que podamos crecer en santidad, y vivir en bendición.
"Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Hebreos 12:14)

Ofrenda y Sacrificio

Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; (Deuteronomio 16:16b)

Dios mandó a su pueblo que no debía presentarse delante de él con las manos vacías, la verdadera adoración incluye el sacrificio, en el tiempo de la ley de Moisés el sistema de sacrificios era muy ordenado, y no se podía ministrar a Dios sin un sacrificio. Hoy la adoración también incluye el sacrificio, Jesús es el cordero de Dios que quitó el pecado, y es la ofrenda perfecta (Hebreos 10:12) el Apóstol Pablo dice que debemos presentar nuestro cuerpo en sacrificio vivo a Dios (Romanos 12:1) y también cuando adoramos a Dios con nuestra boca estamos ofreciendo una ofrenda de sacrificio al Señor.(Hebreos 13:15)
La iglesia sacrifica alabanza y adoración como una ofrenda a Dios en cada reunión, la vida del creyente tiene que ser de adoración constante, llevar una vida de buen testimonio, poniendo por obra la palabra de Dios, negarse a vivir en pecado, para vivir en santidad, es una ofrenda para Dios. Todo lo que hacemos y tenemos en esta vida debe ser una ofrenda para Dios, presentarse con las manos vacías significa llevar una falsa vida cristiana, es adorar a Dios con la boca, pero no con el corazón, es negarle a Dios lo que le pertenece, es no dar fruto para Dios.
Todo es de Dios, y nosotros mismos fuimos comprados por precio ( 1 Corintios 6:20) y esto incluye también nuestras finanzas, el dinero que percibimos por nuestros negocios o profesiones también pertenece a Dios. En el antiguo pacto el mandato de Dios era entregar los diezmos de todo, ahora no deben ser entregados los diezmos, más bien el cien por ciento de todo lo que tenemos debe ser entregado a Dios. 
En el presente no damos a la iglesia ofrenda de animales o vegetales, como en la antigüedad, nuestras ofrendas y diezmos son entregados en la iglesia para Dios, y con esa provisión se debe financiar la extensión del reino de Dios, esto incluye los gastos de la iglesia, la ayuda a los necesitados, el pago de impuestos, y todo lo que tiene que ver con el mantenimiento del edificio de la iglesia, el sonido, la climatización, etc .
Todo hay que pagarlo, hasta las biblias que tenemos en las manos fueron pagadas, la conexión de nuestros celulares para ver las aplicaciones cristianas se paga.
Y cuando damos para Dios estamos sembrando en su obra, estamos ayudando a los ministros que sirven las 24hs, si hacemos esto con la motivación correcta, Dios añada bendición a nuestras finanzas, el es fiel. 
No te presentes delante de Dios con las manos vacías, él abre su mano cada día para colmar de bendiciones nuestra vida, así que es imposible, si somos personas de fe, que no tengamos nada para ofrendar a Dios. La ofrenda o el diezmo es un principio Bíblico, que debemos practicar, no debemos dar lo que nos sobra, si sembramos escasamente cosecharemos escasez, si le damos al hombre en vez de a Dios, recibiremos maldición, aprende y práctica este principio de la palabra de Dios, y disfrutarás de todas las promesas de provisión escritas en la palabra de Dios. David dijo: "no daré al Señor ofrenda que no me haya costado nada" (1 Crónicas 21:24)


ADMonegal

Un principio espiritual

Malaquías 3: 8 -11
 8  ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
 9  Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
 10  Traed todos los diezmos al alfolí  y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 
 11  Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.

Dios es justo, no hay injusticia en él, y su palabra no se vuelve atrás, cuando Dios dice algo como, un mandamiento o una promesa, no hay forma de que esa palabra no se cumpla. Aquí Dios estaba enojado con su pueblo, porque vivían quejándose, decían que los incrédulos y paganos vivían mejor que ellos, que por demás era servir a Dios, porque los injustos tenían prosperidad y ellos no. 
Pero la promesa de Dios dice que todo aquel que sea fiel a su palabra será próspero, y ninguno de ellos se preguntaba porque esa promesa de prosperidad, no se cumplía en ellos. Creían que el Dios de Israel era como los dioses paganos, que no pueden cumplir nada de lo que le pidan porque no son dioses. Para ellos y para muchos hoy en día, es más fácil cambiar de Dios, o abandonar el camino de Cristo cuando no reciben lo que piden, y acudir a un falso dios, o a los brujos para tratar de lograr lo que ellos se proponen, aunque no sea la voluntad de Dios. Otros piden a Dios y cuando reciben la bendición, se alejan, porque no aman a Dios solo buscan su propio beneficio pasajero. 
La ley de Dios dice: "dad y se os dará" (Lucas 6:38) y es un principio espiritual que está desde Génesis hasta el Apocalipsis. En el principio la gente ofrecía presentes a Dios, ofrendas como alabanza y gratitud por su bendición en todas las áreas de la vida. Después Dios mismo por medio de Moisés estableció, todo el reglamento litúrgico, para que su pueblo le sirviera, incluyendo la ley de las ofrendas y los diezmos. Esto perduró en todo el antiguo testamento, hasta Jesús, los diezmos y ofrendas se entregaban a los sacerdotes que fueron los representantes de Dios, y el pueblo era bendecido.
Hoy en Dios el principio espiritual de los diezmos y ofrendas sigue vigente, aunque no esté el sacerdocio Aronico. En una ocasión Jesús fue al templo y vio a una mujer viuda que ponía su diezmo en el tesoro, y también a los ricos que dejaban sus ofrendas, pero Jesús dijo a sus discípulos está mujer viuda puso más que todos, porque aquellos dieron de lo que les sobra, pero ella puso todo su sustento.
Está claro que para que una ofrenda o un diezmo tenga valor delante de Dios, tiene que ser con un corazón dispuesto a adorar al Señor.
Hoy muchos dicen que ya el diezmo no está vigente porque el sistema del Antiguo Testamento dejó de existir, pero la biblia dice que Jesús no vino a abolir la ley anterior, el vino para cumplirla, por lo tanto el principio espiritual de entregar voluntariamente los diezmos y las ofrendas sigue vigente, y digo más, ya no hay que estrenar solo el diezmó, ahora deberíamos entregar todo a Jesús, el cien por ciento de nuestra vida y recursos le pertenecen, nosotros fuimos comprados a precio de su preciosa sangre. 
Por eso cuando veas que los negocios no te van bien, que el dinero no te alcanza para nada, que cuánto más ganas, más debés, cuando veas que te roban, sin poder recuperar lo que te quitan, no te quejes contra Dios, medita cuánto le has robado hasta este día!
Dios quiere bendecirte, quieres recibir más de Dios? No seas rebelde, cumple con los principios de su palabra, recuerda lo que dijo Jesús:Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.(Mateo 22:21)


¡Bendiciones !

Ptr. Aldo Daniel Monegal

Principios de prosperidad

Hageo 1:3-7

 3  Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:
 4  ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?
 5  Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
 6  Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. 
 7  Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.

La palabra de Dios por medio del profeta Hageo, le declara al pueblo que la causa de la escasez que estaban sufriendo, estaba en la desobediencia a Dios. En ese tiempo Israel estaba en plena restauración, después de muchos años de exilio, y tenían la oportunidad de volver a su país y un gran trabajo por delante, edificar la nación comenzando por el templo. Pero la gente tenía condiciones desfavorables, y pensaban que no era el "tiempo de Dios" para edificar la casa de Dios, así que trabajaban en sus tierras y construían sus casas, con mucha dedicación, la palabra "artesonadas" significa lujosas, pero todo lo que ganaban no les alcanzaba, "su jornal cae en saco roto". La prosperidad viene de Dios, no de la cantidad de dinero que alguien puede ganar, en Israel había gente de mediana condición económica y personas muy pudientes, pero tanto unos como otros estaban en escasez, el dinero se les iba de las manos, por no poner primero a Dios. El centro del pueblo de Israel es Dios, el templo en ese momento significaba el corazón de la nación, por eso la prioridad era el templo. Hoy en día no hay templo físico, solo los lugares de reunión, el verdadero templo es espiritual y lo estamos construyendo día a día, así ponemos en primer lugar a Dios en nuestras vidas, llevando una vida de adoración y testimonio, colaborando con los hermanos y los líderes crecemos en estatura espiritual y construimos el cuerpo de Cristo que es la iglesia, porque somos parte de ella, si no estamos en la iglesia estamos fuera del cuerpo de Cristo.
Como en el tiempo del profeta Hageo, hoy en día sucede algo parecido, muchos se olvidan de la tarea asignada, dejan la iglesia y se dedican a sus cosas, así comienza el descenso espiritual y material, la escasez financiera y la falta de victoria espiritual. 
Algunos trabajan mucho, y ganan poco, otros ganan mucho pero no lo disfrutan, y algunos acumulan y son despojados; esto le sucede a muchos hijos de Dios, y se preguntan ¿Porque? 
Porque se dedicaron a sus cosas, darse sus gustos, edificar sus casa, con la bendición que Dios les da, pero se olvidaron de Dios, "mi casa está desierta". Esta palabra no habla solo de las finanzas, habla de la fidelidad y constancia en el servicio a Dios, el tiempo que dedicamos al Señor, asistir a las reuniones, ser parte de las actividades de la iglesia, comprometerse con Dios, los hermanos y los líderes. Claro que lo financiero es parte del servicio a Dios, cuando damos a Dios estamos manifestando fidelidad, compromiso amor a la obra, amor a Dios, evidenciamos que no tenemos avaricia, y demostramos que nuestra confianza no está en el dinero sino en la bendición del Dios que prospera a sus hijos. Es ser agradecidos con Dios, saber que nada es nuestro y todo es de Dios, sembrar semillas financieras constantes, diezmos y ofrendas asegura una gran cosecha y genera tesoro en el cielo.
Si tomamos en cuenta está ley espiritual, nunca sufriremos escasez, por eso el Profeta dice: "meditad en vuestros caminos" cuanto recibiste de Dios sin pagar un centavo, Dios no cobra por su bendición, y no necesita de nuestro dinero porque él es el dueño del mundo y su plenitud. 
Pero hay que "edificar su casa" extender el reino de Dios, requiere recursos, Dios es el proveedor, por eso cuando oramos por trabajo, Dios abre puertas de trabajo, cuando oramos por negocios Dios concede contactos de oro para los emprendedores, Dios da semilla al que siembra, pero si no hay siembra no habrá cosecha, Jesús dijo: dad y se os dará. Como ustedes recibirán, el que siembra escasamente, tendrá una cosecha pobre, y el que siembra abundantemente cosechará en abundancia. Por causa de la fe del dador no por causa de lo material.
Así que el Profeta termina diciendo nuevamente: " meditad en vuestros caminos".


P. Aldo Daniel Monegal.

El mayor mandamiento

"Estando Jesús sentado frente al arca del tesoro, observaba cómo el pueblo echaba dinero en el arca. Muchos ricos echaban mucho, y una viuda pobre vino y echó dos blancas, que equivalen a un cuadrante. El llamó a sus discípulos y les dijo: --De cierto os digo que esta viuda pobre echó mas que todos los que echaron en el arca. Porque todos han echado de su abundancia, pero ésta, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento."
Marcos 12:41-44

En el contexto de este capítulo de Marcos, un escriba le pregunta al Señor cual es el mandamiento más importante y Jesús respondió:
Marcos :12
(30) Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
(31) Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

Cuando nuestro corazón está alineado a la voluntad de Dios, entonces amamos a Dios de esta manera .. con todo nuestro ser, respondemos al amor del Señor porque entendemos que El nos amó primero, desde esa postura recibimos su amor. Entonces es posible cumplir con el segundo mandamiento: amar a nuestro prójimo...
Pero si intentamos amar al prójimo, sin poner en el centro de nuestro corazón a Dios, como primer amor y fuente de el, las fricciones y desgastes de la relaciones personales lograran que terminemos actuando de la misma forma que los demás, pagando mal por mal.
Si amamos a Dios nuestras intenciones son limpias, sabemos que el nos ve íntimamente, todo egoísmo desaparece, y ya no buscamos tener el primer lugar o hacer "grandes cosas" para ser vistos por los demás.
Todo lo que hacemos es por amor al Señor.. como ésta viuda pobre, que pasaba desapercibida para todos, que solo tenía dos monedas, pero su actitud demostraba amor a Dios... Y el Señor puso sus ojos sobre ella.
Actuemos como ésta viuda, por amor al Señor, amando a nuestro prójimo, siendo amables.. amando a nuestra esposa, hijos, siendo de bendición a nuestros vecinos y conocidos, y teneniendo buen testimonio entre los hermanos, todo lo que hagamos debe nacer de nuestro amor a Dios, porque El nos amó primero.

Comparto con ustedes esta oración:

Padre nuestro, clamamos con el Apóstol: "¡Oh profundidad de las riquezas, y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán impresionables son sus juicios e inescrutables sus caminos!" Al encontrarnos con este misterio, Padre, solo podemos responder con un corazón lleno de gratitud, de gozo y de acción de gracias por habernos dado la riqueza de tu amor. Ayúdanos ahora a darnos la vuelta y a transmitirlo a nuestro prójimo, por amor a tu nombre, Señor Jesús, a amar cuando nuestro ser clama por odiar, por amor a tu nombre a que reaccionemos con paciencia y con lástima en lugar de hacerlo con dureza y sarcasmo, por amor a tu nombre, Señor Jesús, que nos esforcemos más allá de lo que lo hacemos, para suplir las necesidades de otros en lugar de actuar con egoísmo, pensando en nosotros mismos. Señor, tú nos has llamado a esta forma de vida y tú eres el que nos puede dar el poder para hacerlo. Te damos gracias porque estás dispuesto a hacerlo cuando nosotros estamos dispuestos a obedecer Ayúdanos a tener gozo y paz, a ser instrumentos de tu amor, expresando tu clase y calidad de vida en este día, esta semana, este mes, este año. En el nombre de Jesúcristo te lo pedimos, amen

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