Hageo 1:3-7
3 Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:
4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?
5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.
La palabra de Dios por medio del profeta Hageo, le declara al pueblo que la causa de la escasez que estaban sufriendo, estaba en la desobediencia a Dios. En ese tiempo Israel estaba en plena restauración, después de muchos años de exilio, y tenían la oportunidad de volver a su país y un gran trabajo por delante, edificar la nación comenzando por el templo. Pero la gente tenía condiciones desfavorables, y pensaban que no era el "tiempo de Dios" para edificar la casa de Dios, así que trabajaban en sus tierras y construían sus casas, con mucha dedicación, la palabra "artesonadas" significa lujosas, pero todo lo que ganaban no les alcanzaba, "su jornal cae en saco roto". La prosperidad viene de Dios, no de la cantidad de dinero que alguien puede ganar, en Israel había gente de mediana condición económica y personas muy pudientes, pero tanto unos como otros estaban en escasez, el dinero se les iba de las manos, por no poner primero a Dios. El centro del pueblo de Israel es Dios, el templo en ese momento significaba el corazón de la nación, por eso la prioridad era el templo. Hoy en día no hay templo físico, solo los lugares de reunión, el verdadero templo es espiritual y lo estamos construyendo día a día, así ponemos en primer lugar a Dios en nuestras vidas, llevando una vida de adoración y testimonio, colaborando con los hermanos y los líderes crecemos en estatura espiritual y construimos el cuerpo de Cristo que es la iglesia, porque somos parte de ella, si no estamos en la iglesia estamos fuera del cuerpo de Cristo.
Como en el tiempo del profeta Hageo, hoy en día sucede algo parecido, muchos se olvidan de la tarea asignada, dejan la iglesia y se dedican a sus cosas, así comienza el descenso espiritual y material, la escasez financiera y la falta de victoria espiritual.
Algunos trabajan mucho, y ganan poco, otros ganan mucho pero no lo disfrutan, y algunos acumulan y son despojados; esto le sucede a muchos hijos de Dios, y se preguntan ¿Porque?
Porque se dedicaron a sus cosas, darse sus gustos, edificar sus casa, con la bendición que Dios les da, pero se olvidaron de Dios, "mi casa está desierta". Esta palabra no habla solo de las finanzas, habla de la fidelidad y constancia en el servicio a Dios, el tiempo que dedicamos al Señor, asistir a las reuniones, ser parte de las actividades de la iglesia, comprometerse con Dios, los hermanos y los líderes. Claro que lo financiero es parte del servicio a Dios, cuando damos a Dios estamos manifestando fidelidad, compromiso amor a la obra, amor a Dios, evidenciamos que no tenemos avaricia, y demostramos que nuestra confianza no está en el dinero sino en la bendición del Dios que prospera a sus hijos. Es ser agradecidos con Dios, saber que nada es nuestro y todo es de Dios, sembrar semillas financieras constantes, diezmos y ofrendas asegura una gran cosecha y genera tesoro en el cielo.
Si tomamos en cuenta está ley espiritual, nunca sufriremos escasez, por eso el Profeta dice: "meditad en vuestros caminos" cuanto recibiste de Dios sin pagar un centavo, Dios no cobra por su bendición, y no necesita de nuestro dinero porque él es el dueño del mundo y su plenitud.
Pero hay que "edificar su casa" extender el reino de Dios, requiere recursos, Dios es el proveedor, por eso cuando oramos por trabajo, Dios abre puertas de trabajo, cuando oramos por negocios Dios concede contactos de oro para los emprendedores, Dios da semilla al que siembra, pero si no hay siembra no habrá cosecha, Jesús dijo: dad y se os dará. Como ustedes recibirán, el que siembra escasamente, tendrá una cosecha pobre, y el que siembra abundantemente cosechará en abundancia. Por causa de la fe del dador no por causa de lo material.
Así que el Profeta termina diciendo nuevamente: " meditad en vuestros caminos".
P. Aldo Daniel Monegal.
3 Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:
4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?
5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.
La palabra de Dios por medio del profeta Hageo, le declara al pueblo que la causa de la escasez que estaban sufriendo, estaba en la desobediencia a Dios. En ese tiempo Israel estaba en plena restauración, después de muchos años de exilio, y tenían la oportunidad de volver a su país y un gran trabajo por delante, edificar la nación comenzando por el templo. Pero la gente tenía condiciones desfavorables, y pensaban que no era el "tiempo de Dios" para edificar la casa de Dios, así que trabajaban en sus tierras y construían sus casas, con mucha dedicación, la palabra "artesonadas" significa lujosas, pero todo lo que ganaban no les alcanzaba, "su jornal cae en saco roto". La prosperidad viene de Dios, no de la cantidad de dinero que alguien puede ganar, en Israel había gente de mediana condición económica y personas muy pudientes, pero tanto unos como otros estaban en escasez, el dinero se les iba de las manos, por no poner primero a Dios. El centro del pueblo de Israel es Dios, el templo en ese momento significaba el corazón de la nación, por eso la prioridad era el templo. Hoy en día no hay templo físico, solo los lugares de reunión, el verdadero templo es espiritual y lo estamos construyendo día a día, así ponemos en primer lugar a Dios en nuestras vidas, llevando una vida de adoración y testimonio, colaborando con los hermanos y los líderes crecemos en estatura espiritual y construimos el cuerpo de Cristo que es la iglesia, porque somos parte de ella, si no estamos en la iglesia estamos fuera del cuerpo de Cristo.
Como en el tiempo del profeta Hageo, hoy en día sucede algo parecido, muchos se olvidan de la tarea asignada, dejan la iglesia y se dedican a sus cosas, así comienza el descenso espiritual y material, la escasez financiera y la falta de victoria espiritual.
Algunos trabajan mucho, y ganan poco, otros ganan mucho pero no lo disfrutan, y algunos acumulan y son despojados; esto le sucede a muchos hijos de Dios, y se preguntan ¿Porque?
Porque se dedicaron a sus cosas, darse sus gustos, edificar sus casa, con la bendición que Dios les da, pero se olvidaron de Dios, "mi casa está desierta". Esta palabra no habla solo de las finanzas, habla de la fidelidad y constancia en el servicio a Dios, el tiempo que dedicamos al Señor, asistir a las reuniones, ser parte de las actividades de la iglesia, comprometerse con Dios, los hermanos y los líderes. Claro que lo financiero es parte del servicio a Dios, cuando damos a Dios estamos manifestando fidelidad, compromiso amor a la obra, amor a Dios, evidenciamos que no tenemos avaricia, y demostramos que nuestra confianza no está en el dinero sino en la bendición del Dios que prospera a sus hijos. Es ser agradecidos con Dios, saber que nada es nuestro y todo es de Dios, sembrar semillas financieras constantes, diezmos y ofrendas asegura una gran cosecha y genera tesoro en el cielo.
Si tomamos en cuenta está ley espiritual, nunca sufriremos escasez, por eso el Profeta dice: "meditad en vuestros caminos" cuanto recibiste de Dios sin pagar un centavo, Dios no cobra por su bendición, y no necesita de nuestro dinero porque él es el dueño del mundo y su plenitud.
Pero hay que "edificar su casa" extender el reino de Dios, requiere recursos, Dios es el proveedor, por eso cuando oramos por trabajo, Dios abre puertas de trabajo, cuando oramos por negocios Dios concede contactos de oro para los emprendedores, Dios da semilla al que siembra, pero si no hay siembra no habrá cosecha, Jesús dijo: dad y se os dará. Como ustedes recibirán, el que siembra escasamente, tendrá una cosecha pobre, y el que siembra abundantemente cosechará en abundancia. Por causa de la fe del dador no por causa de lo material.
Así que el Profeta termina diciendo nuevamente: " meditad en vuestros caminos".
P. Aldo Daniel Monegal.