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Dios nos hace descansar

Salmo 127:1-2
1 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.
2  Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño.

La prosperidad y el Progreso vienen de Dios, todo lo que hacemos sin Dios se lo llevará el viento, desde edificar una casa, a preocuparnos por la seguridad, hasta el exceso de trabajo por buscar una mayor ganancia de dinero, todo es una pérdida de tiempo, si no entendemos que es Dios quien prospera cada cosa que hacemos. Pensar que cuanto más se trabaja, más se próspera, es un engaño del diablo, es ignorar el significado de la verdadera prosperidad que viene de Dios. No significa que no debemos esforzarnos por trabajar, y ser personas laboriosas, esto significa que no debemos confirmar en nuestros esfuerzos, ni en otras personas para conseguir el alimento, el vestido, o el dinero, debemos entender que todo esto proviene de Dios, "pues que a su amado, dará Dios el descanso". Si Dios no es la prioridad todo lo que hacemos hasta nuestros más nobles esfuerzos, son una pérdida de tiempo.
Es bueno que la ciudad tenga seguridad, pero es mejor confiar en la protección de Dios, es una bendición tener un buen trabajo y ganar dinero, pero más benditos son los que esperan en Dios, y confían en él para suplir sus necesidades. Trabajar de sol a sol, es por demás, trabaja confiando en Dios porque él es tu verdadero jefe, es quien aumenta tu sueldo, y te provee de todo lo que necesites, si aprendes está verdad, entonces descansarás en él.
La prosperidad viene de Dios, la gente se esfuerza por ganar dinero, pero la vida no se compra con dinero, la paz, la salud, la familia, los hijos, la alegría, la bendición son bienes dados por Dios. Trabaja, descansando en tu Creador.

Ptr. Aldo

Amistad con Dios

Salmo 25:12-14 (NTV)
¿Quiénes son los que temen al SEÑOR? Él les mostrará el sendero que deben elegir.
Vivirán en prosperidad, y sus hijos heredarán la tierra.
El SEÑOR es amigo de los que le temen; a ellos les enseña su pacto.

El temer a Dios es reconocer su santidad, su omnipotencia, el temor de Dios es reverenciar al Creador y obedecer  incondicionalmente, entender que sin él no hay salida, que el es todo para nosotros y darle el lugar de honor en nuestra vida. El rey David sabía que Dios no lo abandonaría, él vivió muchas experiencias en su relación con Dios, y aunque muchas veces cayó y desobedeció a Dios, sabía que siempre le daría una nueva oportunidad si se arrepiente de corazón, así aprendió que Dios es misericordioso, con los que le buscan.
En este salmo de David, la palabra dice que hay tres cosas que Dios le facilita a los que le temen, y una cuarta que es invaluable. La primera es que Dios guiara cada paso de aquel que busca refugio en su presencia, Dios mismo le mostrará el camino que debe seguir. La segunda es prosperidad divina, para los que temen a Dios no hay escasez, hay prosperidad y abundancia, la tercera es una herencia eterna, para toda la familia, en especial como legado a nuestras futuras generaciones, y la cuarta es, la amistad con Dios, y Él ofrece su amistad a los que le temen, y promete hacerles conocer su pacto eterno.
No hay nada más maravilloso que caminar en amistad con Dios, la Biblia dice en el libro de Génesis, que Enoc caminó con Dios y no vio muerte porque lo llevo a su presencia sin morir, Abraham caminó con Dios y creyó a cada palabra que el Señor le dió, por lo tanto el Señor llamó a Abraham "mi amigo". Jesús dijo a sus discípulos: ustedes son mis amigos si hacéis lo que yo os digo.
No hay mayor privilegio que tener al Creador de todo como nuestro amigo! El primer paso es temer, David pregunta: ¿Quienes son los que le temen al Señor? Parece que en este tiempo, escasean los hombres y las mujeres que temen al SEÑOR, pero Dios aún sigue buscando amigos, y hoy te está llamando a caminar en amistad con Él, porque quiere bendecirte. Acércate hoy a Dios con temor y reverencia, vuelve a tu Creador, y conocerás su pacto, sus bendiciones te seguirán y te alcanzarán.

Ptr. Aldo

Los pecados ocultos

¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
Salmo 19:12

Reconocer nuestros errores es señal de madurez Espiritual, por naturaleza le es difícil al hombre reconocer sus pecados, la Biblia nos enseña sobre este error común a todos los hombres. Jesús enseñó a quitar la viga de nuestros ojo para ver bien y sacar la paja del ojo ajeno, ver el defecto en los demás es casi un deporte para nosotros, pero a veces es tan grande nuestros error, nos negamos a verlo,  y hasta lo justificamos.
El salmista David dice: "límpiame con hisopo y seré limpio" y en otro salmo dice : " examinarse o Jehová", la enseñanza de los apóstoles en las cartas y el libro de los hechos también nos habla de vernos a nosotros mismos y corregir los pecados ocultos.
El pecado oculto es un gran problema para la vida espiritual, cuando no recibimos Bendición, y nuestras oraciones no tienen respuesta, cuando notamos que algo anda mal, tenemos que pedir al Espíritu Santo que nos examine, para ver si hay pecados ocultos en nosotros, que puedan ser una puerta abierta para lo malo en nuestra vida.
El salmo 14 dice "no hay justo ni aún uno", el libro de proverbios dice: "no seas sabio en tu propia opinión" creer que no hay errores en nosotros en el principio de la soberbia, y es pecado, Dios dice que "el mira de lejos a los soberbio pero da gracia a los humildes".
Ser humilde es reconocer que no somos perfectos y necesitamos a Dios para que nos ayude a santificarnos y librarnos del pecado, de los que sabemos que están en nosotros y de los que son ocultos.
Hay dos tipos de pecados los de comisión son los que sabemos que nos debemos hacer y los repetimos deliberadamente, y los de omisión, son los pecados ocultos, las cosas que hacemos o decimos sin saber que a Dios no le agradan, y son un obstáculo en nuestro caminar con Dios.
Oremos para que el Espíritu Santo señale y revele lo que tenemos que quitar de nuestra vida, recordemos que no somos perfectos, y dejemos que Dios nos transforme reconociendo nuestros errores y arrepintiendonos para recibir perdón y corrección de parte de nuestro Señor.
Entonces nuestros caminos serán agradables a Dios, y él añadirá todo lo que nos falte, según sus riquezas en gloria en Cristo Jesús Señor Nuestro.

A. D. Monegal