Los pecados ocultos

¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
Salmo 19:12

Reconocer nuestros errores es señal de madurez Espiritual, por naturaleza le es difícil al hombre reconocer sus pecados, la Biblia nos enseña sobre este error común a todos los hombres. Jesús enseñó a quitar la viga de nuestros ojo para ver bien y sacar la paja del ojo ajeno, ver el defecto en los demás es casi un deporte para nosotros, pero a veces es tan grande nuestros error, nos negamos a verlo,  y hasta lo justificamos.
El salmista David dice: "límpiame con hisopo y seré limpio" y en otro salmo dice : " examinarse o Jehová", la enseñanza de los apóstoles en las cartas y el libro de los hechos también nos habla de vernos a nosotros mismos y corregir los pecados ocultos.
El pecado oculto es un gran problema para la vida espiritual, cuando no recibimos Bendición, y nuestras oraciones no tienen respuesta, cuando notamos que algo anda mal, tenemos que pedir al Espíritu Santo que nos examine, para ver si hay pecados ocultos en nosotros, que puedan ser una puerta abierta para lo malo en nuestra vida.
El salmo 14 dice "no hay justo ni aún uno", el libro de proverbios dice: "no seas sabio en tu propia opinión" creer que no hay errores en nosotros en el principio de la soberbia, y es pecado, Dios dice que "el mira de lejos a los soberbio pero da gracia a los humildes".
Ser humilde es reconocer que no somos perfectos y necesitamos a Dios para que nos ayude a santificarnos y librarnos del pecado, de los que sabemos que están en nosotros y de los que son ocultos.
Hay dos tipos de pecados los de comisión son los que sabemos que nos debemos hacer y los repetimos deliberadamente, y los de omisión, son los pecados ocultos, las cosas que hacemos o decimos sin saber que a Dios no le agradan, y son un obstáculo en nuestro caminar con Dios.
Oremos para que el Espíritu Santo señale y revele lo que tenemos que quitar de nuestra vida, recordemos que no somos perfectos, y dejemos que Dios nos transforme reconociendo nuestros errores y arrepintiendonos para recibir perdón y corrección de parte de nuestro Señor.
Entonces nuestros caminos serán agradables a Dios, y él añadirá todo lo que nos falte, según sus riquezas en gloria en Cristo Jesús Señor Nuestro.

A. D. Monegal

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