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La gran provisión

Lucas 12:22-23
22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.

En este tiempo de anciedad y preocupación está palabra es para nosotros. La crisis económica mundial amenaza el bienestar económico de todos, pero los que confían en Jesús debemos estar en paz. Jesús pronunció está palabra hablando a sus discípulos, a todos aquellos que le siguieron, y hoy nos habla a nosotros, la ansiedad es una plaga en éstos días, que enferma a la gente, pero también es causa de la falta de fe. Los incrédulos sufren la ansiedad y la crisis, pero los discípulos están enseñados para no sufrir la ansiedad porque saben que el Señor los guarda. El nos enseña que cosas son importantes y cuáles no, solo sus discípulos oyen y actúan en su palabra. La razón principal para no estar preocupado, es el cambio de valores que el Señor nos revela en su enseñanza, la vida es más que la comida, y el cuerpo es mas que el vestido, la vida y el cuerpo dependen de Dios. La crisis pasará, lo malo pasará, pero los que confiamos en el Señor permanecen confiados para siempre, porque él nos sustenta, así como sustenta al mundo y todo lo que en el habita, así nos proveerá todo lo que nosotros necesitamos para vivir. Dios sostiene al mundo en perfecto equilibrio, la naturaleza, la creación todo lo hizo perfecto. Y también tiene abundante provisión para nosotros que somos sus hijos, los que llevamos la imagen y semejanza del Creador. Cambia tu escala de valores, y cree en el Señor tu Padre y nada te faltará.

Buen domingo!!

P. Aldo

Pequeños hábitos

Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.

Salmo 5:3


Orar de mañana, presentarse delante de Dios al abrir los ojos, es una acto de adoración, es decir con nuestros hechos que Él ocupa el primer lugar en nuestras vidas.

Estás actitudes, son las que cultivan nuestra relación con Dios, incorporar a nuestros hábitos la oración matutina, la oración de los alimentos, apartar un momento para leer una palabra y meditar en ella. Asistir a las reuniones, escuchar música cristiana, buscar la compañía de personas que compartan nuestra fe, nos ayuda a fortalecer nuestra vida espiritual. La oración, la palabra, las actividades cristianas, son cosas que nos ayudan a estar más en comunión con Jesus.

Estás pequeñas actitudes, generan grandes beneficios, fortalecen nuestra fe, para que estemos firmes frente a las dificultades diarias. Aleja de nosotros al enemigo espiritual, y nos convertimos en testigos de Cristo, dando gloria a Dios con nuestra vida. Si tenemos fe y confesamos con palabras que amamos a Dios, tenemos que confirmarlo con nuestros hechos, cambiar hábitos que no glorifican a Dios, cambiar formas de hablar, y de pensar.

La vida de fe debe dar fruto, y esos frutos comienzan por cambiar pequeños hábitos, como orar de mañana.


Pastor Aldo.

El plan B

El cristianismo moderno ha tenido una larga aventura amorosa con el concepto de que los seguidores de Jesús son personas de destino. Hay demasiados sermones como para enumerarlos cuyo mensaje ha sido que a los fieles les esperan cosas grandes, ya sea bendiciones financieras o éxito en sus relaciones y carreras. Más allá de la creencia de que Dios da materialmente a aquellos que lo aman está la idea de que no sólo los cristianos, como pueblo, son especiales. Dios ha definido un mapa de ruta para cada uno de los creyentes, para que hagan un impacto único en el mundo. ¡Fuimos hechos para algo especial!

Hablando de manera práctica, esto ha significado llegar a ser un misionero o pastor o hacer el compromiso fiel de vivir bíblicamente y cosechar los beneficios. Nada se interpondría en nuestro camino. A pesar de que el enemigo haría lo posible para hacernos descarrilar, Dios no lo permitiría.

Así que los planes se hacen a partir de los sueños. Los recursos y la energía están dirigidos a prepararnos para el plan A, nuestro “llamado” a ser el próximo Rick Warren, una súper mamá o el hombre de negocios cristiano del año. ¿Qué ocurre cuando las cosas no salen como esperábamos?

La vida está llena de desvíos inesperados, tanto para los cristianos como para aquellos que no creen. Un accidente, una enfermedad, un embarazo inesperado, un aborto espontáneo, un divorcio, una economía débil, la pérdida del empleo y el aguijón del fracaso pueden dejarnos tambaleando. ¿Qué le sucedió al mapa? ¿Dónde está la carrera que iba a dejar una marca en el mundo? ¿Cómo puede permitir Dios que esto le suceda a su plan?

Hace poco escuché al pastor y autor Pete Wilson dar una charla sobre su libro llamado Plan B. Su interpretación de la historia de José (Génesis 37–50) dio apoyo a lo que había estado pensando. El plan B es a menudo el plan A de Dios. Nuestro plan A no incluye el fracaso, tiene la cooperación y la comprensión completa de los miembros de la familia, carece de obstáculos, dolor o sufrimiento. La experiencia de José era exactamente lo opuesto.

Luego de haber sido dado por muerto por sus hermanos, tomado en servidumbre, acusado falsamente y echado a la cárcel, finalmente se halló en posición de salvar a los mismos hermanos que lo traicionaron al igual que a su país de origen. Este no era exactamente el plan A que este niño favorito había concebido para sí mismo. Cuando la situación cambió, el plan B entró en acción y José le sacó provecho al máximo, obteniendo fama para Dios en la mente del rey egipcio.

Muchos de nosotros hemos quedado destrozados por sueños hechos pedazos. Esto es lo que aprendí al recuperarme de los míos: el plan de Dios para mi vida es muy diferente del mío. El mío tenía que ver con llegar a ser más. Quería mejorar mis capacidades, conocimiento y habilidad, y ser reconocido por ellos. Lo que empezó como un deseo de servir a Dios y verlo hacer grandes cosas se convirtió en la búsqueda de que Dios me usara para hacer grandes cosas para él. Quería dejar una marca.

Esto es lo que Juan el Bautista tiene para decir sobre todo esto en Juan 3:29-31.

“Es el novio quien se casa con la novia, y el amigo del novio simplemente se alegra de poder estar al lado del novio y oír sus votos. Por lo tanto, oír que él tiene éxito me llena de alegría. Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos. Él vino de lo alto y es superior a cualquier otro. Nosotros somos de la tierra y hablamos de cosas terrenales, pero él vino del cielo y es superior a todos.” (NTV)

La desilusión por las circunstancias de la vida puede ocurrir porque se supone que somos el amigo del novio, no el novio. Nuestro llamado no es a pelear, rasguñar y arañar en nuestro camino a ser famosos y tener impacto; en lugar de ello, tenemos simplemente que estar al lado de Dios y disfrutar de su éxito no importa a través de quién lo obtenga.

La historia de José nos dice que disfrutar el plan B de la vida y llegar a ser el amigo del novio tiene que ver con la aceptación y la fidelidad de los papeles que nos tocan. Es lo que Dios pensó para nosotros desde el principio.

Jack Radcliffe

Cambio de vida

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Colosenses 3:12-13

La gracia abundante de Dios suple toda necesidad, por gracia somos salvos, gracia es un don es un regalo inmerecido de Dios para la humanidad. La bendición del Señor cubre todos los aspectos de la vida, desde las necesidades básicas hasta la prosperidad o la salud, la bendición del padre es completa sobre la vida del hombre. Pero a veces pensamos que Dios es el que tiene la obligación de hacerlo todo por nosotros muchos malentiendan el versículo que dice: Yo pelearé por vosotros y vuestros estaréis tranquilos.
La verdad es que el Señor lo hace todo, pero no dejó exento de responsabilidad al hombre. Nosotros tenemos obligaciones y responsabilidades, por eso nuestro padre celestial nos dejó sus mandamientos, su palabra como guía, como un manual de la vida que no solo debemos entender y guardar, también tenemos que ponerlo por obra.
Lo que nosotros no podemos cambiar lo cambia Dios, pero hay cambios que debemos hacer nosotros. La palabra de Dios nos dice: "Vestíos, pues, como escogidos de Dios" y agrega varias virtudes y actitudes que deben tener los hijos de Dios, ser amables, perdonarse unos a otros, ser humildes y misericordiosos, son cosas que nosotros debemos hacer, Dios no las va hacer por nosotros Él nos dio los recursos necesarios para poner por obra su palabra. Alinear nuestras vidas con la voluntad de Dios es poner por obra su palabra, vistamos como escogidos de Dios, y que nuestra vida refleje su gloria.

A.D.Monegal

Una voz que clama en el desierto

Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.
Mateo 3:3

Este es un llamado de esperanza continúo y muy actual, el ministerio de Juan el Bautista fue el llamado al arrepentimiento, significa darse cuenta que nuestros caminos están equivocados.
Nadie puede acercarse a Dios en sus propios términos, o por interés, pensando que "merecemos" ser bendecidos o que Dios va a recibirnos aún llevando con nosotros nuestra equivocada mentalidad.
Nosotros vamos al Señor en un punto de encuentro, en el desierto, es donde vamos a dejarlo todo, donde vamos solamente cuando entendemos que necesitamos un cambio, nos damos cuenta de nuestra necesidad de Dios. Es en ese punto de encuentro, donde Dios viene a nosotros! La voz que clama en el desierto dice: prepara el camino al Señor.
Nuestros caminos están llenos de obstáculos, las piedras del pecado, la autosuficiencia, la religiosidad impiden la llegada del Señor a nuestra vida. Nuestros caminos sin Dios son retorcidos, oscuros y  pedregosos.
El arrepentimiento allana, ilumina y hace derecho el camino para el encuentro con el Señor. El arrepentimiento es cambiar de actitud, de valores cambiar conductas dar un giro de ciento ochenta grados para volver a Dios.
Estás en el desierto? Escucha la voz que te llama a cambiar para encontrar a Dios.
La única forma de acercarse a DIOS es por el camino del arrepentimiento, en el desierto es donde podemos encontrar esa voz que clama: preparen el camino para encontrarse con su Dios.
Jesús es ese camino derecho que te llevará a Dios, meditemos en cuáles son las cosas torcidas que tenemos que debemos enderezar, cuales son las piedras que no permiten avanzar en el camino, hoy el Señor nos dice: prepara el camino y anda por el ve a JESÚS.

A.D.Monegal