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Cristo es el Señor

Romano 10:8-11

 8  Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:

 9  que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

 10  Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

 11  Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.


Está palabra que el Apóstol Pablo nos deja en la carta a los Romano, es una declaración directa que Dios hizo a su pueblo hablando sobre la obediencia y la restauración, en el antiguo testamento, por medio de Moisés, en Deuteronomio 30:11-14.

Es maravilloso como toda la palabra de Dios habla una misma cosa, en el texto del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios es puesto delante de la bendición y la maldición, era el pueblo del pactó, pero ese acuerdo implicaba que si obedecían a Dios en todo serían bendecidos en todo, pero si no cumplían con el pacto, todas las maldiciones anunciadas en el pacto, caerían sobre el rebelde. 

Esto tiene que ver con la justicia de Dios, bendiciendo a los obedientes y enviando maldición sobre los rebeldes, y luego dice Dios en su palabra, que no es difícil obedecer, no hay que subir al cielo, ni cruzar el mar para obedecer el mandamiento, solo hay que amar a Dios y andar en sus caminos, solo por amor. En este tiempo presente, en el que vivimos, tiempo de gracia, también hay algo de aquellas demandas, Jesús dijo a sus discípulos que:  "El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado" Mateo 16:16.

Cuántos hay que dicen creer, de sus labios para afuera, pero en sus vidas no se ve, creer es obedecer, y la desobediencia es incredulidad. El que ama a Dios como un Padre, lo buscá, los adora, Lee y pone por obra su palabra, su carácter refleja su obediencia y fe en Dios. 

Los religiosos del Antiguo Testamento, se esforzaban por cumplir cada palabra de la ley ritual y moral, estaban tan enfocados en esto que comenzado a creer que Dios los justificaría, por cumplir al pie de la letra una serie de preceptos y mandatos, imposibles de realizar, a la perfección, se olvidaron que la mayor exigencia de Dios era la más fácil de todas las demandas, Dios solo pide que lo ames "porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella." (Deuteronomio 30:16)

Hoy en esta época, también existe el peligro de olvidar, que Dios no te justifica por lo que haces, tampoco alcanzarás la salvación por creer a tu manera, o buscar como a ti te parece a Dios, esto sería una señal de tu desamor. También el arduo servicio ministerial, tareas interminables en la iglesia, no aseguran la salvación, nada de eso significa que estás ganando el favor del altísimo, sabés ¿por qué? Porque el favor de Dios no se gana, él lo regala a quien él quiere, cuando ve la intención de un corazón que ama desinteresadamente a Dios.

Esta palabra de Romanos que leemos hoy, nos recuerda que, no tenemos que hacer nada, Cristo ya lo hizo todo por nosotros, solo nos resta amar a Jesús, como él nos amó, creer con el corazón y confesar con la boca que Jesús es el Señor.


P. Aldo.

El Ojo de Dios

18  He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia, 

 19  Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre.

 20  Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.

 21  Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado.

 22  Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Según esperamos en ti.

Salmo 33:18:22


La confianza en el Señor, nos lleva a esperar en él, no es una espera pasiva, vivimos nuestra vida cotidiana hacemos nuestros quehaceres, pero en el espíritu estamos esperando en Dios. Y sabemos que la mirada del Todopoderoso está sobre nosotros, y que a veces sin pedir, Dios nos bendice y nos guarda de todo mal. Hoy esta palabra del libro de los Salmos, nos recuerda que Dios está atento a nosotros, su mirada está puesta en tí y en mí, pero no es una observación pasiva, así como nuestra confianza en él es activa, su mirada sobre nosotros significa que constantemente su mano se mueve para guardarnos, guiarnos, y proveernos de todo lo que necesitamos. Además nos guía para no caer en el peligro, nos guarda de la muerte, es un escudo para nosotros contra todo lo malo, que bueno es saber que aunque no lo vemos, Dios nos cuida y su mirada está sobre nosotros para bien. Este salmo habla de la omnisciencia y de la omnipresencia de nuestro Dios, no hay nada semejante a él, por lo tanto podemos decir como el salmista: de quién temeré! Cuánto más esperamos en Él, mayor paz tiene nuestra alma, podemos decir que descansamos en Dios, y podemos alegrarnos, sabiendo que sus ojos están puestos sobre nosotros! Que tu corazón descanse en el Señor.

Pastor, Aldo D Monegal.

Pequeños hábitos

Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.

Salmo 5:3


Orar de mañana, presentarse delante de Dios al abrir los ojos, es una acto de adoración, es decir con nuestros hechos que Él ocupa el primer lugar en nuestras vidas.

Estás actitudes, son las que cultivan nuestra relación con Dios, incorporar a nuestros hábitos la oración matutina, la oración de los alimentos, apartar un momento para leer una palabra y meditar en ella. Asistir a las reuniones, escuchar música cristiana, buscar la compañía de personas que compartan nuestra fe, nos ayuda a fortalecer nuestra vida espiritual. La oración, la palabra, las actividades cristianas, son cosas que nos ayudan a estar más en comunión con Jesus.

Estás pequeñas actitudes, generan grandes beneficios, fortalecen nuestra fe, para que estemos firmes frente a las dificultades diarias. Aleja de nosotros al enemigo espiritual, y nos convertimos en testigos de Cristo, dando gloria a Dios con nuestra vida. Si tenemos fe y confesamos con palabras que amamos a Dios, tenemos que confirmarlo con nuestros hechos, cambiar hábitos que no glorifican a Dios, cambiar formas de hablar, y de pensar.

La vida de fe debe dar fruto, y esos frutos comienzan por cambiar pequeños hábitos, como orar de mañana.


Pastor Aldo.

Jesús es la respuesta

Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?
Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?
Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.
Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.

Juan 9:35-38

Este hombre fue expulsado por los religiosos, seguramente también fue discriminado por sus conocidos por su familia, pero Jesús lo halló. Jesús vino a buscar lo que estaba perdido, abandonado por el mundo, lo que humanamente no tiene valor. Así era este hombre ciego de nacimiento, alguien ignorado por la sociedad por su familia, sin protagonismo, dependía de otros para vivir, y era usado por los demás para obtener beneficio.
Para la gente ya no habia esperanza de una vida mejor para el, para la ciencia en la actualidad no hay posibilidad de que un ciego de nacimiento pueda volver a ver, cuando los discípulos lo vieron dijeron: ¿Quiero peco este o sus padres?, más Jesús les dijo no es que peco el o sus padres, esto es para que Dios sea glorificado. Este hombre ciego de nacimiento, nunca pudo ver los colores, el cielo las flores, nunca pudo ver a su familia, o verse a sí mismo, solo se imaginaba como era el mundo que lo rodeaba por los sonidos, el olor y el tacto, nunca vio lo luz, hasta que llegó el día en el que un hombre unto sus ojos con lodo y saliva, y escucho su voz diciendo " ve y lávate en el estanque de Siloe" y regreso viendo!
Pero nadie se alegró de su milagro, a nadie le importo su bendición, los religiosos negaban que fuese Dios, los incrédulos se burlaban, pero él dijo : digan lo que quieran de Jesús y de mi, yo solo se una cosa, que antes era ciego y ahora veo!
Este hombre recibió de Jesús un imposible, estaba convencido por su vivencia que Dios fue quien lo sanó, no la religión, ni los argumentos de ningún hombre podían refutar su testimonio "yo era ciego pero ahora veo". Cómo ese ciego llegan a Jesús muchos hombres y mujeres, despreciados, esclavizados y desauciados por la humanidad, hasta que se encuentran con Jesús y sus vidas son cambiadas.
Pero no es suficiente, el milagro físico, económico o personal, los más valioso es el milagro de recibir vida eterna, Jesús volvió a encontrar a este hombre y le dijo:¿ Crees tú en el hijo de Dios? Hoy va esa pregunta dirigida a ti, porque eso es lo único que importa, que seas creyente y no incrédulo, muchos recibieron milagros de parte de Dios, pero no todos recibieron a Jesús como su Señor y Salvador.
Aunque estés en la más profunda oscuridad y ya no tengas esperanza de salir, aunque sientas que la gente te abandonó y solo recibas lástima de parte de los que te rodean, no importa lo imposible que sea tu problema, Jesús es la respuesta.

El gozo y la gratitud

con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
Colosenses 1:12-13

Hay dos cosas que no pueden faltar en el corazón de un hijo de Dios, el gozo y la gratitud. Cuando alguien nos hace un favor muy grande nos produce alegría y agradecimiento, y buscamos la forma de retribuir el favor recibido.
Dios nos hizo un incomparable favor, nosotros que estábamos condenados al juicio y la perdición eterna pero por la gracia del Padre Celestial fuimos perdonados, alguien pagó nuestra fianza, nosotros estábamos condenados a muerte pero alguien murió en nuestro lugar, Jesús él entregó su vida por nosotros.
Aveces no podemos evaluar el precio que pagó Jesús por nuestra salvación, por eso hay algunos hijos de Dios que están tristes, desalentados, piensan que la salvación es algo que vamos a recibir cuando Cristo vuelva, cuando dejemos este mundo, como es algo que no podemos ver ni palpar, si no que es por la fe, entonces vuelven a sumergirse en los problemas y desesperanzas​ de la vida en lo natural, como si no hubiese recibido nada de Dios.
Pero déjame decirte que la salvación tiene Bendición para esta vida y la vida eterna porque Jesús nos hizo libres con su sangre, pero además también somos acreedores a las promesas y Bendiciones para esta vida, al ser aceptados en la familia de Dios pasamos a ser sus hijos y por lo tanto también somos herederos de nuestro Padre Celestial, las promesas de bendición en la Biblia son más de tres mil, imagínate!
La bendición del Señor incluye nuestro sustentó, nuestras finanzas, nuestra salud, todo lo que podemos necesitar, Dios prometió "no te dejaré ni te desamparare".
Entonces tenemos que estar gozosos porque sabemos que ya tenemos en el nombre de Jesús lo que necesitamos, y además tenemos que ser agradecidos por todo el favor​ de Dios. Recuerda el gozo del Señor es nuestra fortaleza, y ser agradecidos nos abre las puertas del cielo sobre nosotros.
Ya no perteneces a este mundo de esclavitud y frustración, fuimos trasladados al reino de Jesús, somos libres, en este reino todo es posible por el poder de Dios, ya no somos esclavos somos hijos y herederos, Gozate, alegrate y alaba al Señor.

A. D. Monegal.