El gozo y la gratitud

con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
Colosenses 1:12-13

Hay dos cosas que no pueden faltar en el corazón de un hijo de Dios, el gozo y la gratitud. Cuando alguien nos hace un favor muy grande nos produce alegría y agradecimiento, y buscamos la forma de retribuir el favor recibido.
Dios nos hizo un incomparable favor, nosotros que estábamos condenados al juicio y la perdición eterna pero por la gracia del Padre Celestial fuimos perdonados, alguien pagó nuestra fianza, nosotros estábamos condenados a muerte pero alguien murió en nuestro lugar, Jesús él entregó su vida por nosotros.
Aveces no podemos evaluar el precio que pagó Jesús por nuestra salvación, por eso hay algunos hijos de Dios que están tristes, desalentados, piensan que la salvación es algo que vamos a recibir cuando Cristo vuelva, cuando dejemos este mundo, como es algo que no podemos ver ni palpar, si no que es por la fe, entonces vuelven a sumergirse en los problemas y desesperanzas​ de la vida en lo natural, como si no hubiese recibido nada de Dios.
Pero déjame decirte que la salvación tiene Bendición para esta vida y la vida eterna porque Jesús nos hizo libres con su sangre, pero además también somos acreedores a las promesas y Bendiciones para esta vida, al ser aceptados en la familia de Dios pasamos a ser sus hijos y por lo tanto también somos herederos de nuestro Padre Celestial, las promesas de bendición en la Biblia son más de tres mil, imagínate!
La bendición del Señor incluye nuestro sustentó, nuestras finanzas, nuestra salud, todo lo que podemos necesitar, Dios prometió "no te dejaré ni te desamparare".
Entonces tenemos que estar gozosos porque sabemos que ya tenemos en el nombre de Jesús lo que necesitamos, y además tenemos que ser agradecidos por todo el favor​ de Dios. Recuerda el gozo del Señor es nuestra fortaleza, y ser agradecidos nos abre las puertas del cielo sobre nosotros.
Ya no perteneces a este mundo de esclavitud y frustración, fuimos trasladados al reino de Jesús, somos libres, en este reino todo es posible por el poder de Dios, ya no somos esclavos somos hijos y herederos, Gozate, alegrate y alaba al Señor.

A. D. Monegal.

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