Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?
Jonás 4:4
El profeta estaba enojado, al ver que Dios no obró como él esperaba, Jonás quería que Dios destruyera la ciudad de Nínive porque eran enemigos de su pueblo.
Dios no siempre hace lo que esperamos, a veces nos sorprende haciendo todo lo contrario o haciendo más de lo que esperábamos.
El enojo del profeta es semejante al del incrédulo que se enoja con Dios, porque hay hambre en el mundo o por las calamidades y catástrofes que acontecen en el. Los creyentes también cuestionan a Dios cuando no les va como ellos quieren, o cuando Dios no les concede su petición.
El hombre se enoja con Dios, tanto el incrédulo como el que cree en él, pero el hombre no entiende primeramente que Dios es soberano, Él hace lo que quiere, como quiere y cuando quiere, en segundo lugar todo lo que hace siempre es en beneficio de los que confían en el, en tercer lugar hay un plan y un propósito de Dios en todas sus obras.
Quizá hay alguien que lee esta palabra y está enojado con Dios, o está indiferente entonces hoy Dios te dice: ¿haces tú bien en enojarte tanto? O como dice otra versión: ¿te parece bien estar enojado por eso?.
Aveces le echamos la culpa a Dios por las malas actitudes de otros hacia nosotros, a veces nosotros mismos somos los culpables de lo que nos pasa. No podemos estar enojados con Dios porque todo lo que él hace es para nuestra Bendicion, la Biblia dice en Juan 3:16 de tal manera amó Dios al mundo que entregó a su hijo.. no podemos estar enojados con un Dios de amor.
El enojo nubla los pensamientos, hace que actuemos precipitadamente, y que comentamos errores, a veces graves. Por el enojo se hiere hasta los seres que amamos, por el enojo hacemos injusticias, pagamos mal por mal, el enojo constante no es bueno, y más cuando estamos enojados con Dios.
En este día liberarte de todo enojo, y Dios te restaura para que puedas entender su obra en tu vida, libraré del enojo contra tu prójimo para alinear tu vida con la voluntad de Dios.
A.D.Monegal
Jonás 4:4
El profeta estaba enojado, al ver que Dios no obró como él esperaba, Jonás quería que Dios destruyera la ciudad de Nínive porque eran enemigos de su pueblo.
Dios no siempre hace lo que esperamos, a veces nos sorprende haciendo todo lo contrario o haciendo más de lo que esperábamos.
El enojo del profeta es semejante al del incrédulo que se enoja con Dios, porque hay hambre en el mundo o por las calamidades y catástrofes que acontecen en el. Los creyentes también cuestionan a Dios cuando no les va como ellos quieren, o cuando Dios no les concede su petición.
El hombre se enoja con Dios, tanto el incrédulo como el que cree en él, pero el hombre no entiende primeramente que Dios es soberano, Él hace lo que quiere, como quiere y cuando quiere, en segundo lugar todo lo que hace siempre es en beneficio de los que confían en el, en tercer lugar hay un plan y un propósito de Dios en todas sus obras.
Quizá hay alguien que lee esta palabra y está enojado con Dios, o está indiferente entonces hoy Dios te dice: ¿haces tú bien en enojarte tanto? O como dice otra versión: ¿te parece bien estar enojado por eso?.
Aveces le echamos la culpa a Dios por las malas actitudes de otros hacia nosotros, a veces nosotros mismos somos los culpables de lo que nos pasa. No podemos estar enojados con Dios porque todo lo que él hace es para nuestra Bendicion, la Biblia dice en Juan 3:16 de tal manera amó Dios al mundo que entregó a su hijo.. no podemos estar enojados con un Dios de amor.
El enojo nubla los pensamientos, hace que actuemos precipitadamente, y que comentamos errores, a veces graves. Por el enojo se hiere hasta los seres que amamos, por el enojo hacemos injusticias, pagamos mal por mal, el enojo constante no es bueno, y más cuando estamos enojados con Dios.
En este día liberarte de todo enojo, y Dios te restaura para que puedas entender su obra en tu vida, libraré del enojo contra tu prójimo para alinear tu vida con la voluntad de Dios.
A.D.Monegal
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