Mostrando entradas con la etiqueta enojo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta enojo. Mostrar todas las entradas

Efesios 4:17-32

Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
ni deis lugar al diablo.
El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Dejando todo enojo

Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?
Jonás 4:4

El profeta estaba enojado, al ver que Dios no obró como él esperaba, Jonás quería que Dios destruyera la ciudad de Nínive porque eran enemigos de su pueblo.
Dios no siempre hace lo que esperamos, a veces nos sorprende haciendo todo lo contrario o haciendo más de lo que esperábamos​.
El enojo del profeta es semejante al del incrédulo que se enoja con Dios, porque hay hambre en el mundo o por las calamidades y catástrofes que acontecen en el. Los creyentes también cuestionan a Dios cuando no les va como ellos quieren, o cuando Dios no les concede su petición.
El hombre se enoja con Dios, tanto el incrédulo como el que cree en él, pero el hombre no entiende primeramente que Dios es soberano, Él hace lo que quiere, como quiere y cuando quiere, en segundo lugar todo lo que hace siempre es en beneficio de los que confían en el, en tercer lugar hay un plan y un propósito de Dios en todas sus obras.
Quizá hay alguien que lee esta palabra y está enojado con Dios, o está indiferente entonces hoy Dios te dice: ¿haces tú bien en enojarte tanto? O como dice otra versión: ¿te parece bien estar enojado por eso?.
Aveces le echamos la culpa a Dios por las malas actitudes de otros hacia nosotros, a veces nosotros mismos somos los culpables de lo que nos pasa. No podemos estar enojados con Dios porque todo lo que él hace es para nuestra Bendicion, la Biblia dice en Juan 3:16 de tal manera amó Dios al mundo que entregó a su hijo.. no podemos estar enojados con un Dios de amor.
El enojo nubla los pensamientos, hace que actuemos precipitadamente, y que comentamos errores, a veces graves. Por el enojo se hiere hasta los seres que amamos, por el enojo hacemos injusticias, pagamos mal por mal, el enojo constante no es bueno, y más cuando estamos enojados con Dios.
En este día liberarte de todo enojo, y Dios te restaura para que puedas entender su obra en tu vida, libraré del enojo contra tu prójimo para alinear tu vida con la voluntad de Dios.

A.D.Monegal