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Renovados en el Espíritu de la mente

La Biblia está llena de historias sobre personas que experimentaron nuevos comienzos. Moisés se convirtió en un líder después de ser pastor durante 40 años. Pablo odiaba a Cristo hasta que Dios lo renovó y lo hizo uno de los más grandes apóstoles de todos los tiempos.

Cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador, es el nuevo comienzo supremo. Nos convertimos en nuevas criaturas con la oportunidad de aprender una nueva forma de vida. Pero el primer paso para experimentar esa nueva vida es creer que está disponible para ti.

Efesios 4:23 dice que debemos renovarnos constantemente en nuestras mentes y actitudes. Es fácil leer acerca de personas geniales en la Biblia y pensar que tú no te pareces en nada a ellas, pero cuando comienzas a pensar eso, necesitas renovar tu mente de inmediato.

Elige pensar de acuerdo con la Palabra de Dios, no cómo te sientas. Recibe Su amor y experimenta un nuevo comienzo. La vida será mucho más dulce si vives con una actitud que dice “Dios me está cambiando completamente de adentro hacia afuera”. Me está dando un nuevo comienzo y hay cosas más grandes por delante “.

Oración Final:

Señor, quiero renovar mi mente con tu palabra, yo sé que Tú tienes un nuevo comienzo y un llamado para mí como lo hiciste con Moisés y Pablo. Lo recibo hoy, creyendo que Tu puedes llevarlo a cabo.

Joyce Meyer.

Efesios 4:17-32

Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
ni deis lugar al diablo.
El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.