Cocecha de amor

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Mateo 5:44-48

El llamado de Dios implica un compromiso con El, de obediencia y de cambio en nuestras​ vida. A diferencia de las religiones donde la persona se acerca a su deidad solo cuando necesita pedir algo, y luego se va para continuar con su vida, Dios nos llama para ofrecernos la vida y la bendición, con tal que guardemos su palabra y la pongamos por obra.
Jesús enseña acerca del amor de Dios y dice que amemos a nuestros enemigos y oremos por los que nos persiguen, y alguien puede preguntar cómo puede hacerse esto? La Biblia dice que el amor de Dios fue derramado en nuestro corazón por medio del Espíritu Santo, si nos llenamos de su presencia su amor se va a manifestar en nosotros, y lo imposible será posible en su poder.
Creer en Dios implica conocerlo, saber cuáles son sus demandas hacia nosotros y obedecerlas, entender que debemos marcar diferencia no podemos actuar como todo el mundo, tenemos un compromiso de cambio con Dios. Jesús dijo: sean como su padre que está en los cielos, perfectos. Pero además la ley Espiritual de la siembra y la cosecha siempre activa, estará a nuestro favor, si amamos aún a nuestros enemigos, recibiremos amor de quien menos lo esperemos.
Sientes que no estás recibiendo amor, sientes rechazo de parte de tus semejantes, empieza a dar amor, aún a los que no lo merecen, y recibirás una cosecha de amor sobreabundante en tu vida.

A.D.Monegal

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