Salmo 22:24-25
24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó.
25 De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen.
Las injusticias y aflicciones que sufren los pobres no están ocultas para Dios, la gente afligida no está sola ni olvidada, Dios está siempre atento al llamado de los necesitados. El Dios de amor y Justicia es fiel y sus promesas son firmes, cuando vemos injusticia y calamidad en el mundo, no es culpa de Dios, es por causa de la maldad de la humanidad que se produce la violencia, el hambre, la injusticia y la destrucción. La angustia, y todos los males que sufre la gente, son por causa de la corrupción y la maldad generalizada, que rompen las normas de Dios, que tiene como primer mandamiento el amor, a Dios y al prójimo. Si la humanidad volviese a Dios, obedeciendo los dos principios básicos de la ley de Dios, basados en el amor, el mundo sería diferente. Pero aún así en medio de tantas injusticias y corrupción, la voz de los afiliados es oída en los cielos cuando ellos claman al Señor, hay respuesta divina a las oraciones de los que buscan al Señor, por esta causa Dios es digno de ser alabado, él merece la gloria, la honra y la adoración por siempre amén!