Colosenses 3:1-3
1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
El hecho de ser cristianos no implica nada más que ir a la iglesia o pertenecer a una denominación, ser cristiano es creer en Jesús y la obra de la cruz, donde el Señor entregó su vida sustituyendonos a nosotros, y resucitó al tercer día, dando inicio a la "nueva creación de Dios", esto quiere decir que todos los que creen en Jesús, mueren para el mundo, y resucitan para Dios, como hombres y mujeres renovados.
Una vez que somos resucitados, nuestra naturaleza cambia, ahora llevamos la naturaleza de nuestro Padre Celestial, y comenzamos a ser transformados.
Este concepto es difícil de entender, porque no es tangible, es decir no se ve con los ojos naturales, y muchos lo toman como una metáfora, el único camino para poder ver y disfrutar del nuevo nacimiento es la fé, creer para ver.
También es necesario conocer estas verdades de la palabra de Dios, y meditarlas en oración, para que el Espíritu Santo revele y nos de convicción de que Cristo habita por la fe en nosotros, que ahora somos nuevas personas, que la vieja vida quedó atrás con todo lo malo que hicimos, incluso los sufrimientos, y la culpa, que nos perseguía. Ahora no podemos quedarnos parados mirando atrás, hay que avanzar y no volver a probar las cosas de esta tierra que antes usábamos en nuestra ignorancia.
Por este motivo el Apóstol Pablo declara esta palabra, el énfasis está en el hecho de evaluar si realmente hemos resucitado con Cristo, a la luz de la evidencia que es nuestra vida presente, o sea los frutos que estamos dando, actitudes, forma de vida, emociones, palabras, relaciones con los demás, todo tiene que ser cambiado. No podemos arrastrar nada de la antigua vida, debemos vaciarnos todo de lo anterior, y buscar la cosas de arriba, donde está Cristo, nuestra actitud para cambiar y ser renovados es dejar de apuntar a las cosas terrenales, esto es lo que hacíamos antes de conocer a Jesús, y apuntar a las cosas de arriba, que corresponde a nuestra nueva naturaleza renovada. Debemos recordar esta verdad espiritual, estamos muertos para el mundo y lo terrenal, ahora vivimos para Dios y todo lo que él tiene disponible para nosotros. Enfócate en tu nueva naturaleza, mira con los ojos del espíritu, te aseguro que el escenario de tu vida será muy diferente.
1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
El hecho de ser cristianos no implica nada más que ir a la iglesia o pertenecer a una denominación, ser cristiano es creer en Jesús y la obra de la cruz, donde el Señor entregó su vida sustituyendonos a nosotros, y resucitó al tercer día, dando inicio a la "nueva creación de Dios", esto quiere decir que todos los que creen en Jesús, mueren para el mundo, y resucitan para Dios, como hombres y mujeres renovados.
Una vez que somos resucitados, nuestra naturaleza cambia, ahora llevamos la naturaleza de nuestro Padre Celestial, y comenzamos a ser transformados.
Este concepto es difícil de entender, porque no es tangible, es decir no se ve con los ojos naturales, y muchos lo toman como una metáfora, el único camino para poder ver y disfrutar del nuevo nacimiento es la fé, creer para ver.
También es necesario conocer estas verdades de la palabra de Dios, y meditarlas en oración, para que el Espíritu Santo revele y nos de convicción de que Cristo habita por la fe en nosotros, que ahora somos nuevas personas, que la vieja vida quedó atrás con todo lo malo que hicimos, incluso los sufrimientos, y la culpa, que nos perseguía. Ahora no podemos quedarnos parados mirando atrás, hay que avanzar y no volver a probar las cosas de esta tierra que antes usábamos en nuestra ignorancia.
Por este motivo el Apóstol Pablo declara esta palabra, el énfasis está en el hecho de evaluar si realmente hemos resucitado con Cristo, a la luz de la evidencia que es nuestra vida presente, o sea los frutos que estamos dando, actitudes, forma de vida, emociones, palabras, relaciones con los demás, todo tiene que ser cambiado. No podemos arrastrar nada de la antigua vida, debemos vaciarnos todo de lo anterior, y buscar la cosas de arriba, donde está Cristo, nuestra actitud para cambiar y ser renovados es dejar de apuntar a las cosas terrenales, esto es lo que hacíamos antes de conocer a Jesús, y apuntar a las cosas de arriba, que corresponde a nuestra nueva naturaleza renovada. Debemos recordar esta verdad espiritual, estamos muertos para el mundo y lo terrenal, ahora vivimos para Dios y todo lo que él tiene disponible para nosotros. Enfócate en tu nueva naturaleza, mira con los ojos del espíritu, te aseguro que el escenario de tu vida será muy diferente.