Mostrando entradas con la etiqueta negligente. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta negligente. Mostrar todas las entradas

Aviva el fuego

2Timoteo 1:6-7

Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.


La gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo, nos fueron dados, y son un recurso inagotable en nuestro interior,  que influencia nuestro entorno. La bendición de Dios está en nosotros y se manifiesta en toda nuestra vida. Una vez que creímos y recibimos a Jesús, Dios derrama su bendición sobre nosotros. El fuego del Espíritu Santo, arde en el corazón de los hijos de Dios. Pero existe la posibilidad de que ese fuego se extinga, y que nos enfriemos espiritualmente. Corremos peligro de caer en la indiferencia espiritual, y de volvernos cobardes para enfrentar las cosas que nos impiden hacer la voluntad de Dios. Si nos descuidamos podemos terminar, abandonando la comunión con Dios, sin darnos cuenta, estaríamos volviendo atrás. Cuando la debilidad espiritual se apodera de nosotros, el desgano para servir a Dios, la negligencia, la pereza, nos hunde en un sueño espiritual que puede ser fatal.

Por lo tanto es necesario, tomar el consejo del Apóstol Pablo, que viene del Señor mismo, y procurar avivar el fuego del Espíritu Santo que está en nuestro corazón, usar el poder de Dios que nos da dominio propio, para vencer la pereza y la negligencia, para orar, servir a Dios o asistir a la iglesia. Aviva el fuego del Espíritu, y no te duermas. Desecha la cobardía espiritual, deja a un lado la pereza y no seas tibio, aviva el fuego!


P. Aldo.