Creer, confíar, esperar

Salmo 62:8
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. 

Esperar en Dios, es creer plenamente en sus promesas, de bendición. Esperar en Dios, es descansar en él, sabiendo que no seremos defraudados. Claro que hay ansiedad, hay inquietud en las largas esperas, pero si derramamos nuestro corazón delante de él, toda esa incertidumbre desaparecerá. 
La biblia nos dice hoy: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias." (Filipenses 4:6) 
Cuando no podemos sobrellevar la ansiedad, la espera es difícil, entonces buscamos una salida rápida, una alternativa, en la falta de fé nos domina la duda y tratamos de hacer el trabajo de Dios. 

Pero la palabra nos dice: "Esperad en él en todo tiempo" los cristianos sabemos que sin Dios nada podemos hacer, nada somos, pero si Dios está con nosotros, ¿Quién o qué podrá contra nosotros? 

No hay nada imposible para Dios, y para los que esperan en él tampoco, la biblia dice: Todo es posible para aquel que cree! Por eso debemos esperar en Dios, y aunque parece un contradicción la espera no es pasiva,  esperar es creer, ejercer el poder de la fé, que es capaz de mover montañas, derramamos nuestro corazón delante de Dios, porque es nuestro Padre, porque sentimos su amor fluyendo hacia nosotros, porque no hay ninguna otra persona que nos ame tanto como él. 
Vuelve a leer este versículo y declararlo en voz alta, cree y espera, derrama tu corazón en oración, no estás desprotegido, tu padre te está guardando en todos tus caminos, porque Dios es tu refugio.


Aldo Daniel Monegal

Firmes constantes y creciendo

1 Corintios 15:57-58

 57  Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
 58  Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.


El Apóstol Pablo llega a esta conclusión, después de enseñar sobre la resurrección de Jesús, y la promesa de resurrección que nos espera a nosotros los creyentes, para poder entender que la victoria de la cruz es mucho más profunda de lo que podemos imaginar.
Había hermanos en la iglesia de Corinto que estaban confundidos, por escuchar a falsos maestros que negaban la resurrección de los muertos, apelando a su razonamiento y a creencias falsas, y poniendo dudas en los corazones, de los hermanos, pero está palabra aclara que nuestra fe no está puesta en un hombre que murió solo como un héroe, Jesús no fue un hombre nada más, él ES (porque aún vive) el hijo de Dios, que murió y resucitó, venciendo a la muerte, Jesús es nuestra fe.
Por eso nuestra fe en Cristo, no es en vano, el creer en Jesús con todo lo que eso implica, a veces nos provoca trabajo, sacrificio, contrariedad, porque el cristiano vive  nadando contra la corriente, las cosas de Dios son contrarias al mundo en el que vivimos. 
En un mundo donde reina el odio, nosotros proclamamos el amor, dónde hay mentira nosotros hablamos la verdad, en este mundo que abraza, cultiva y teme a la muerte, nosotros declaramos que la muerte está vencida, en un sistema que rechaza a Dios, nosotros nos declaramos siervos de Jesucristo, en dónde el mundo ve sólo desesperanza nosotros decidimos hay victoria en el nombre de Jesús.
Claro que nadar contra la corriente, a veces es agotador, y las dudas atacan tu fe, pero recuerda que tú trabajo en el servicio a Dios no es en vano, una gran victoria nos espera al final del camino.
Las tres claves que nos enseña la palabra de Dios son: firmes, constantes y careciendo, siempre en la obra del Señor, hay victoria en el nombre de Jesús.


Ap. Aldo

El resultado de buscar a Dios

Job 8:5-7
 5  Si tú de mañana buscares a Dios, Y rogares al Todopoderoso;
 6  Si fueres limpio y recto, Ciertamente luego se despertará por ti, Y hará próspera la morada de tu justicia.
 7  Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande.


Buscar a Dios es una acción continua, la búsqueda no termina cuando lo encontramos, como si buscaríamos a un amigo o un familiar, a Dios se lo busca cada día, y a cada momento, porque nunca terminamos de conocerlo, o de encontrarlo, para entender toda la grandeza, la gloria y el amor del Todopoderoso.
Buscar de mañana es la primera acción de adoración, como el primer suspiro, la primera palabra, nuestro primer pensamiento, que expresa nuestra gratitud al Señor, por un día más de vida. Vivir buscando a Dios, es tener conciencia de su presencia en nosotros, como resultado somos personas que vivimos para Dios. Cómo la ley de causa y efecto, si nuestra vida agrada a Dios, él derrame bendición sobre nosotros hasta que sobre y abunde. Dios será nuestro defensor, antes que oremos el suplirá nuestra necesidad, como dice el versículo seis de Job ocho, "él despertará por tí"
La prosperidad divina, no es solo financiera, la bendición de Dios enriquece en todo sentido, con bienes terrenales, pero también con bienes espirituales y eternos. 
La prosperidad divina es su bendición, es el decreto de Dios sobre tí, que anuncia su favor fluyendo cómo un río de recursos celestiales, que llega de la mano del Padre a tu vida. No importa lo pequeño que seas, si te vuelves a Dios, el Eterno te hará crecer, hasta volverte grande para la gloria de su nombre. Todo está viene si buscamos a Dios cada mañana, cada día, hoy es un buen momento para comenzar, a poner a Dios en primer lugar.

Para ver hay que creer

Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? (Lucas 24:17) 


Está es la pregunta que Jesús le hizo a dos de sus discípulos, después de su muerte en la cruz. Ellos repasaban en su mente todos los hechos que habían acontecido, y las cosas que vivieron con Jesús, y los rumores de las mujeres que decían haber visto al Señor resucitado.

Caminaban para volver a sus hogares, y continuar con sus vidas, el impacto de las cosas que vivieron con Jesús, y su muerte en la cruz, para ellos era solo un acontecimiento más, algo extraordinario que ya había terminado. Ahora todo eran rumores, y cosas que no podían entender del todo, no tenían certeza de todo lo que había pasado en estos últimos días. La falta de certeza, es la raíz de la incredulidad, y no es posible vivir al amparo de Dios siendo incrédulos, tampoco se puede entender el plan de Dios para nosotros, ni las escrituras no se pueden entender al no creer en la obra de la muerte y resurrección de Jesús.

Para aquellos discípulos, que caminaban de regreso a sus hogares, todo era confuso, ellos conocían a Jesús, sabían las sagradas escrituras, pero no entendieron lo que Dios estaba haciendo por qué no creyeron, la razón era más fuerte que la fe, lo natural y humano, prevaleció contra lo sobrenatural de Dios en sus corazones. 

Esto le pasa a muchos creyentes de hoy, quizá te pase a tí que lees esto, puedes saber de Jesús, asistir a la iglesia, cantar alabanzas y conocer lo que aprendes en los estudios bíblicos, pero sin una experiencia personal con Jesús nunca entenderás de forma certera y contundente lo que pasó y está pasando en el mundo desde el día de la muerte y resurrección de Cristo.

Nos hace falta la exhortación que el Señor le hizo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! (Lucas 24:25) 

Podemos leer y escuchar la palabra, y aún así ser incrédulos, una cosa es saber y otra creer. Jesús una vez más se manifiesta a nosotros, él nos revela las escrituras, y nos confirma que todo lo que está escrito es verdad, mediante una experiencia personal con él, nos hace sentir su presencia. No camines solo, deja que Jesus camine contigo, deja que Jesus entre a tu casa y parta el pan contigo, solo la revelación del Cristo resucitado cambiará tus dudas en fé, que mueve montañas. Recuerda que para ver hay que créer!

Yo se los dije antes

Mateo 24:36-39

 36  Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 
 37  Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 
 38  Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 
 39  y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.


El Señor Jesús comparó el tiempo de su regreso, y el juicio a este mundo con la historia de Noé, uno de los relatos más conocidos de la Biblia, para hacer saber a la iglesia, sobre el fin de los tiempos. Hay un final para este mundo, porque el pecado de la gente pesa sobre la tierra y trae maldición y juicio sobre todos los habitantes del mundo, hoy en pleno siglo 21 estamos viviendo todos los síntomas que anuncian el cumplimiento de las últimas cosas, pestes, hambrunas, desastres naturales, terremotos, inundaciones, climas extremos, guerras, señales en el cielo, todo se cumple al pie de la letra según la palabra de Dios. 

Pero la palabra clave, en este texto está en el verso 39: "y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos" esto también se cumple hoy en día y es una señal de los últimos tiempos. Las personas no entienden, algunos ya escucharon la palabra de Dios, otros asistían a la iglesia, disfrutaron de la gracia de Dios, el perdón de los pecados, la paz de Jesús, el amor de Dios, pero no entienden la salvación. Las iglesias están vacías, la gente va detrás de falsos profetas, quieren oír cosas lindas, palabras de aliento, discursos motivacionales, que dicen todo lo que ellos desean oír, pero no los confrontan con su pecado. 
El verso 38 dice que en los días antes del diluvio, mientras Noé construía el arca, la gente vivía "comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento" otro texto agrega: "comprando y vendiendo" esto describe a la humanidad entregada a los placeres, el libre albedrío lo usan para vivir dando la espalda a Dios su creador, todos entregados a la avaricia, el ansia de poder, la injusticia, el crimen, y todo lo que se relaciona con la maldad.
Las causas del diluvio, que es el juicio de Dios, están en Génesis capítulo 6 versículo 5 y 6 : 5  Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 
 6  Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 

Después dice en el versículo 13: Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. 
La evidencia del diluvio hoy es confirmada por la ciencia, los arqueólogos y geólogos confirman el hallazgo de restos de criaturas marinas en las montañas y zonas elevadas de la tierra. La historia de Noé, no es fábula, lo que dijo Jesús no es una historia para atemorizar a la gente de la época, todo lo que dice la biblia se cumple. Los estudiosos de la profecía bíblica, dicen que en estos tiempos ya casi todo está cumplido, solo queda esperar a que Jesús vuelva ya, y se cumpla la última fase del plan de salvación divina. 

Ahora nos toca a cada uno de nosotros decidir, si vamos a estar dentro o fuera del arca, si escucharemos la voz de Dios, o seguiremos por nuestro propio camino. Hay un dicho de Jesús en este capítulo del evangelio de Mateo que nos hace pensar el versículo 25 dice:  "Ya os lo he dicho antes"
En el final de los tiempos todos estarán delante del Señor en el día del juicio, los justos serán recompensados con la vida eterna, pero los desobedientes serán condenados, y quizá digan al Señor: "no sabíamos" o "no escuchamos" entonces el Señor les dirá: todo estaba escrito, yo se los dije antes.
No hay tiempo, debemos vivir cada día como si hoy viniera el Señor, porque el tiempo es corto, pero tú  eternidad se decide hoy.


Ap. Aldo

Ver a Dios

Salmo 8:3-4

 3  Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,
 4  Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?

Ver la inmensidad de la creación, nos hace sentir insignificantes, es un sentimiento parecido al que tuvieron los profetas al estar delante de la gloria de Dios. La velocidad con la que vivimos en el siglo veintiuno, no deja que contemplemos con más frecuencia la creación de Dios, tenemos menos tiempo para reflexionar, buscar a Dios en oración. Experimentar ese sentimiento de insignificancia, nos hace saber que nuestra existencia en la tierra es corta, nos hace entender el valor de la vida, de la nuestra y la del prójimo.
Por eso Dios nos muestra cada noche el firmamento, nos abre una ventana a la profundidad del cielo, para que recordemos su grandeza y veamos nuestra frágil humanidad. Lo más glorioso de todo esto es que ese Dios tan grande se interesa por nosotros, no somos insignificantes para él, nos ama, fuimos hechos a su imagen y semejanza, el Dios que hizo la luna y las estrellas con sus manos, también nos hizo a nosotros. La biblia dice que la creación adora a Dios, nosotros somos parte de esa creación, pero con la capacidad de contemplar, meditar y alabar, fuimos creados para alabar a Dios. Cada vez que veas los cielos, recuerda este Salmo,  medita diciendo: "quién soy yo para que Dios me visite" y estarás en condiciones de comenzar a adorar a Dios en el espíritu. Todo lo que nos rodea nos habla de Dios, no es posible ignorarlo, la vida tiene verdadero significado cuando Dios está en el centro de nuestro corazón.

¿Quieres ver a Dios? Contempla el cielo y las estrellas que él creó.


Ap. Aldo

Sin desmayar

Isaías 40:27-31(NTV)
27  Oh Jacob, ¿cómo puedes decir que el SEÑOR no ve tus dificultades? Oh Israel, ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos? 
 28  ¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido? El SEÑOR es el Dios eterno, el Creador de toda la tierra. Él nunca se debilita ni se cansa; nadie puede medir la profundidad de su entendimiento. 
 29  Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles.
 30  Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan, y los hombres jóvenes caen exhaustos.
 31  En cambio, los que confían en el SEÑOR encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán.

Es fácil caer en el desánimo y levantar quejas hacia Dios cuando el cansancio físico, y emocional comienzan a desgastar la confianza en sí mismo.
Pero los cristianos no están llamados a confiar en sí mismos, sino en Dios. Es necesario hacernos la siguiente pregunta: ¿Dónde está puesta nuestra confianza, en nosotros, en los hombres, o en Dios?
Para los que dejaron de confiar  en Dios, y confían en sus propias fuerzas limitadas no pueden vencer las presiones de la vida, se agotan bajo las dificultades, y pierden las esperanzas, estos son los que dicen:
"Dios no escucha mis oraciones" " el Señor no defiende mi causa" "Por más que clame a Dios, él se desentiende de mí" los que piensan de esta forma, realmente no conocen a Dios.
Nuestro Dios es todopoderoso, es sobrenatural, por eso creemos y confiamos en él, todo lo demás es limitado, en tiempo y en fuerzas, no es suficiente ser joven, fuerte o inteligente para tener victoria en la vida, tampoco suerte. Solo los que confían en Dios son los que permanecen en pie. Dios nunca abandonará a los que confían en él, y ellos serán fuertes, sabios y victoriosos por qué Dios está con ellos. Estos versículos terminan con una de las promesas de Dios, más maravillosas que tenemos los que confiamos en él: "En cambio, los que confían en el SEÑOR encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán."