El Shaddai (Dios Todopoderoso)

Job 42:1-6 (NTV)

 1  Entonces Job respondió al SEÑOR:
 2  «Sé que tú todo lo puedes, y que nadie puede detenerte. 
 3  Tú preguntaste: “¿Quién es este que pone en duda mi sabiduría con tanta ignorancia?”. Soy yo y hablaba de cosas sobre las que no sabía nada, cosas demasiado maravillosas para mí.
 4  Tú dijiste: “¡Escucha y yo hablaré! Tengo algunas preguntas para ti y tendrás que contestarlas”.
 5  Hasta ahora sólo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos.
 6  Me retracto de todo lo que dije, y me siento en polvo y ceniza en señal de arrepentimiento».


Solo al tener un encuentro fuerte con  Dios, podemos entender lo ignorantes que somos, y el desconocimiento que tenemos de él.
Lo primero que entendemos es lo pequeños que somos, delante de Dios, al poder ver sólo una mínima parte de su grandeza, su sabiduría, su justicia y amor.
Lo primero que debemos comprender es que Dios no hace nada para perjudicarnos, su naturaleza es amor, justicia y paz, pero sus pensamientos no son como los nuestros, y a veces la dificultades nos terminan beneficiando, porque Dios siempre está al control de todo.
A veces entramos en un debate con Dios, como le pasó a Job, y decimos cosas injustas y desafortunadas, entonces el Señor nos hace ver por medio de su palabra, con la gracia del Espíritu Santo, que estamos equivocados. Ser humildes para entender la naturaleza de Dios, y aceptar nuestros errores, aún cuando no podemos entenderlo del todo, la regla es que Dios es fiel, justo y amoroso, en contraste con el Señor nosotros somos imperfectos. El resultado final del encuentro de Jones con el Señor, es el arrepentimiento, que guía a reconocer la grandeza de Dios, y nos lleva a la adoración. El final de esta historia es la bendición abundante que Dios envía sobre los que se humillan delante de Él.

"Cuando Job oró por sus amigos, el SEÑOR le restauró su bienestar. Es más, ¡el SEÑOR le dio el doble de lo que antes tenía!" (Job 42:10)


Ap. Aldo Daniel Monegal 

Dar lo que recibimos de Dios

"Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti."

"Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria."


Isaías 60:1-2


Dios da respuesta a tus necesidades, pero él ya suplió todo lo que necesitas por medio de Jesús, todo está disponible para que lo tomes por la fé. Ahora la orden es: ¡Levántate! ¡Resplandece! Nosotros en lo natural no teníamos luz en nosotros mismos antes de conocer a Cristo, pero ahora somos la luz del mundo (Mateo 5:14) y no podemos escondernos.

Por eso la orden es Levántate y resplandece, porque ahora que tenemos a Cristo somos luz y debemos cumplir nuestro propósito, nuestra naturaleza es brillar, pero cuando no vivimos según nuestra nueva naturaleza, somos como un pájaro enjaulado, estamos tristes apagados como si no tuviera sentido nuestra vida, sentimos que estamos desprovistos de todo cuando en realidad lo tenemos todo, gracias a Jesús.

Necesitamos cambiar de actitud, ser lo que somos, hijos de Dios, de un Dios guerrero, grande, fuerte, y victorioso, tomemos el carácter de nuestro Padre, y comencemos a resplandecer. Este mundo está en tinieblas y necesita de la luz que hay en nosotros, si cumplimos con el llamado de Dios y obedecemos encontraremos lo que buscamos, por qué hacer la voluntad de Dios nos trae plenitud, la bendición de Dios es abundancia. Dejemos de mirarnos a nosotros mismos, como lo que éramos antes, cambiemos la visión, tomemos nuestra nueva identidad, y tomemos la actitud correcta. ¡Levántate! No estés más caído, caída, !resplandece¡ Ya no estás en oscuridad, no hay más ceguera en ti, usa la luz que Dios puso dentro de ti corazón, cambia tu hablar, declaró fe, da testimonio de Cristo con tu vida, tus actos y tus palabra, porque aunque el mundo se cubra de tinieblas, tu tendrías la luz de Dios sobre tu vida. 

Redimidos

Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido. (Isaías 35:10)

Este versículo es una de las muchas promesas escritas en la Bíblia, donde Dios promete que su pueblo volverá a casa, literalmente habla sobre Israel, y la restauración de su país como nación. Está palabra también nos revela el amor de Dios, hacia su pueblo, los redimidos son personas que fueron liberadas de la esclavitud opresora del enemigo, redimir significa: rescatar a alguien que esta cautivo, pagando un precio; esto describe la obra de Jesús en la cruz, con su muerte y resurreccion nos redimió, fue a precio de su propia sangre. 
Todo el que recibe a Jesús en su vida como su Señor y Dios, es un redimido, y esta promesa de restauración que leemos en este versículo, se aplica a nosotros en el sentido de volver a la libertad, de la esclavitud del pecado, y esto lo recibimos en Cristo, "Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría.." volver a Sión, representa volver al diseño original de Dios para nosotros, Dios creó al hombre y la mujer a su imagen y semejanza, ¡somos imágenes de Dios! También Dios creó un lugar especial para ellos, el jardín del Edén, allí vivían como portadores de la imagen de Dios en un estado de autoridad delegada, gobernado sobre la creación, vivían en completa comunión con Dios, sin muerte, sin llanto, sin sufrimiento. Cristo vino a redimir a la humanidad para que puedan regresar a Dios (volver  al Edén).
Esto era imposible para el hombre y la mujer, porque por causa del pecado fueron vendidos como esclavos, lo perdieron todo, por esta causa todos nosotros nacemos en esclavitud, cargando la condena del pecado original. 
Pero la promesa de liberación se cumplió, y ahora todos los que se arrepienten de sus pecados disfrutan la libertad de la salvación en Jesús, pero todavía falta más..
Está palabra de Isaías que citamos aquí, tiene un doble cumplimiento, en lo literal Dios le dice a Israel que volverán a recuperar su tierra invadida por las naciones enemigas, volverán a ser nación, está palabra se cumplió en este sentido cuando Israel volvió ocupar su territorio, según los límites establecidos en la biblia, en 1948.
También se cumple en la obra de Cristo redimiendo a la iglesia, y se cumplirá en el final de los tiempos, cuando Dios termine definitivamente con la maldad, destruya la muerte, extermine al diablo y sus demonios, y a todos sus seguidores en el infierno. Entonces Dios recreará el mundo "cielo nuevo y tierra nueva" y los redimidos heredarán un lugar en la nueva creación redimida por Dios. 
La palabra de Dios dice que las pruebas y sufrimientos del tiempo presente, no son comparables a la gloria venidera; nada de lo que hoy vivimos se compara a lo que vendrá, a las promesas de Dios a sus hijos.
No te desalientes, esfuérzate en la gracia de Dios, piensa en lo maravilloso que será estar en ese lugar, la biblia dice que: "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron"
(Apocalipsis 21:4)


¡Bendiciones! 

P. Aldo D. Monegal

Creer, confíar, esperar

Salmo 62:8
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. 

Esperar en Dios, es creer plenamente en sus promesas, de bendición. Esperar en Dios, es descansar en él, sabiendo que no seremos defraudados. Claro que hay ansiedad, hay inquietud en las largas esperas, pero si derramamos nuestro corazón delante de él, toda esa incertidumbre desaparecerá. 
La biblia nos dice hoy: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias." (Filipenses 4:6) 
Cuando no podemos sobrellevar la ansiedad, la espera es difícil, entonces buscamos una salida rápida, una alternativa, en la falta de fé nos domina la duda y tratamos de hacer el trabajo de Dios. 

Pero la palabra nos dice: "Esperad en él en todo tiempo" los cristianos sabemos que sin Dios nada podemos hacer, nada somos, pero si Dios está con nosotros, ¿Quién o qué podrá contra nosotros? 

No hay nada imposible para Dios, y para los que esperan en él tampoco, la biblia dice: Todo es posible para aquel que cree! Por eso debemos esperar en Dios, y aunque parece un contradicción la espera no es pasiva,  esperar es creer, ejercer el poder de la fé, que es capaz de mover montañas, derramamos nuestro corazón delante de Dios, porque es nuestro Padre, porque sentimos su amor fluyendo hacia nosotros, porque no hay ninguna otra persona que nos ame tanto como él. 
Vuelve a leer este versículo y declararlo en voz alta, cree y espera, derrama tu corazón en oración, no estás desprotegido, tu padre te está guardando en todos tus caminos, porque Dios es tu refugio.


Aldo Daniel Monegal

Firmes constantes y creciendo

1 Corintios 15:57-58

 57  Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
 58  Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.


El Apóstol Pablo llega a esta conclusión, después de enseñar sobre la resurrección de Jesús, y la promesa de resurrección que nos espera a nosotros los creyentes, para poder entender que la victoria de la cruz es mucho más profunda de lo que podemos imaginar.
Había hermanos en la iglesia de Corinto que estaban confundidos, por escuchar a falsos maestros que negaban la resurrección de los muertos, apelando a su razonamiento y a creencias falsas, y poniendo dudas en los corazones, de los hermanos, pero está palabra aclara que nuestra fe no está puesta en un hombre que murió solo como un héroe, Jesús no fue un hombre nada más, él ES (porque aún vive) el hijo de Dios, que murió y resucitó, venciendo a la muerte, Jesús es nuestra fe.
Por eso nuestra fe en Cristo, no es en vano, el creer en Jesús con todo lo que eso implica, a veces nos provoca trabajo, sacrificio, contrariedad, porque el cristiano vive  nadando contra la corriente, las cosas de Dios son contrarias al mundo en el que vivimos. 
En un mundo donde reina el odio, nosotros proclamamos el amor, dónde hay mentira nosotros hablamos la verdad, en este mundo que abraza, cultiva y teme a la muerte, nosotros declaramos que la muerte está vencida, en un sistema que rechaza a Dios, nosotros nos declaramos siervos de Jesucristo, en dónde el mundo ve sólo desesperanza nosotros decidimos hay victoria en el nombre de Jesús.
Claro que nadar contra la corriente, a veces es agotador, y las dudas atacan tu fe, pero recuerda que tú trabajo en el servicio a Dios no es en vano, una gran victoria nos espera al final del camino.
Las tres claves que nos enseña la palabra de Dios son: firmes, constantes y careciendo, siempre en la obra del Señor, hay victoria en el nombre de Jesús.


Ap. Aldo

El resultado de buscar a Dios

Job 8:5-7
 5  Si tú de mañana buscares a Dios, Y rogares al Todopoderoso;
 6  Si fueres limpio y recto, Ciertamente luego se despertará por ti, Y hará próspera la morada de tu justicia.
 7  Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande.


Buscar a Dios es una acción continua, la búsqueda no termina cuando lo encontramos, como si buscaríamos a un amigo o un familiar, a Dios se lo busca cada día, y a cada momento, porque nunca terminamos de conocerlo, o de encontrarlo, para entender toda la grandeza, la gloria y el amor del Todopoderoso.
Buscar de mañana es la primera acción de adoración, como el primer suspiro, la primera palabra, nuestro primer pensamiento, que expresa nuestra gratitud al Señor, por un día más de vida. Vivir buscando a Dios, es tener conciencia de su presencia en nosotros, como resultado somos personas que vivimos para Dios. Cómo la ley de causa y efecto, si nuestra vida agrada a Dios, él derrame bendición sobre nosotros hasta que sobre y abunde. Dios será nuestro defensor, antes que oremos el suplirá nuestra necesidad, como dice el versículo seis de Job ocho, "él despertará por tí"
La prosperidad divina, no es solo financiera, la bendición de Dios enriquece en todo sentido, con bienes terrenales, pero también con bienes espirituales y eternos. 
La prosperidad divina es su bendición, es el decreto de Dios sobre tí, que anuncia su favor fluyendo cómo un río de recursos celestiales, que llega de la mano del Padre a tu vida. No importa lo pequeño que seas, si te vuelves a Dios, el Eterno te hará crecer, hasta volverte grande para la gloria de su nombre. Todo está viene si buscamos a Dios cada mañana, cada día, hoy es un buen momento para comenzar, a poner a Dios en primer lugar.

Para ver hay que creer

Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? (Lucas 24:17) 


Está es la pregunta que Jesús le hizo a dos de sus discípulos, después de su muerte en la cruz. Ellos repasaban en su mente todos los hechos que habían acontecido, y las cosas que vivieron con Jesús, y los rumores de las mujeres que decían haber visto al Señor resucitado.

Caminaban para volver a sus hogares, y continuar con sus vidas, el impacto de las cosas que vivieron con Jesús, y su muerte en la cruz, para ellos era solo un acontecimiento más, algo extraordinario que ya había terminado. Ahora todo eran rumores, y cosas que no podían entender del todo, no tenían certeza de todo lo que había pasado en estos últimos días. La falta de certeza, es la raíz de la incredulidad, y no es posible vivir al amparo de Dios siendo incrédulos, tampoco se puede entender el plan de Dios para nosotros, ni las escrituras no se pueden entender al no creer en la obra de la muerte y resurrección de Jesús.

Para aquellos discípulos, que caminaban de regreso a sus hogares, todo era confuso, ellos conocían a Jesús, sabían las sagradas escrituras, pero no entendieron lo que Dios estaba haciendo por qué no creyeron, la razón era más fuerte que la fe, lo natural y humano, prevaleció contra lo sobrenatural de Dios en sus corazones. 

Esto le pasa a muchos creyentes de hoy, quizá te pase a tí que lees esto, puedes saber de Jesús, asistir a la iglesia, cantar alabanzas y conocer lo que aprendes en los estudios bíblicos, pero sin una experiencia personal con Jesús nunca entenderás de forma certera y contundente lo que pasó y está pasando en el mundo desde el día de la muerte y resurrección de Cristo.

Nos hace falta la exhortación que el Señor le hizo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! (Lucas 24:25) 

Podemos leer y escuchar la palabra, y aún así ser incrédulos, una cosa es saber y otra creer. Jesús una vez más se manifiesta a nosotros, él nos revela las escrituras, y nos confirma que todo lo que está escrito es verdad, mediante una experiencia personal con él, nos hace sentir su presencia. No camines solo, deja que Jesus camine contigo, deja que Jesus entre a tu casa y parta el pan contigo, solo la revelación del Cristo resucitado cambiará tus dudas en fé, que mueve montañas. Recuerda que para ver hay que créer!