La incredulidad de Tomás

Juan 20:27- 29

 27  Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 
 28  Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 
 29  Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.


Qué estás esperando para creer en Jesús? El mundo se rige por "ver para creer" la ley de fe en el reino de Dios es creer para ver y disfrutar. Es difícil creer en lo que no ves y no podés tocar, la lógica y el razonamiento dicen que lo que no es sustancial no existe. Pero el poder de la fe llama a la existencia lo que todavía no es, por la voluntad de Dios. Muchos buscan ver para creer, observan al pastor o a los hermanos, buscando un destello de divinidad pero lo único que ven son defectos humanos, piensan ellos no son diferentes, no saben que los hombres son solo recipientes de barro que Dios llena con su Santo Espíritu para actuar en ellos, pero no por eso son perfectos. La biblia dice que debemos considerar y honrar a los hombres y mujeres de Dios, pero que ellos solo cumplen la función de ser administradores de Dios, siervos y siervas, no son perfectos pero van camino a la perfección, son los representantes de Dios en la tierra, aquellos que se conducen fielmente en el Señor, porque hay también falsos siervos, usurpadores del ministerio, por su fruto se pueden reconocer. Algunos buscan ver un milagro, una señal sobrenatural para creer plenamente en Dios, pero Jesús dice: debes creer sin ver, para poder ver realmente su existencia y su poder! 
Tomás el discípulo incrédulo, no estaba disfrutando la gloriosa bendición que fue la resurrección de Cristo, todos sus hermanos estaban bendecidos y gozosos, recibiendo el milagro de la resurrección de Jesús, pero Tomás el incrédulo seguía triste y se sentía derrotado, frustrado y seguramente sentía celos de sus hermanos, envidia por el gozo que ellos tenían. La incredulidad ciega los ojos espirituales de la fe, para que no crean en la buena noticia de Dios, cuántas veces le dijeron a Tomás vimos al Señor él vive, pero él no podía creer estaba bloqueado por la incredulidad, la fe mueve montañas, pero la incredulidad hace que sea imposible moverlas. Jesús quiere creyentes, toda su enseñanza, y toda la revelación del Padre, que tenemos por medio de Jesús solo se puede obtener por medio de la fé, Jesús dijo: si puedes creer, para el que cree todo es posible. Hoy Jesús quiere que abandones la incredulidad, deja las excusas para no creer, Tomás tuvo el privilegio de ver y tocar al Cristo resucitado, si el Señor no le hubiera dado esa oportunidad quizá Tomás se hubiera perdido. El hecho quedó plasmado en las escrituras, para que sirva de lección a las generaciones venideras, como hoy lo es para nosotros, debemos creer en Jesús contra toda oposición, somos bienaventurados por creer sin ver y sin tocar, el Espíritu Santo nos ayuda cuando abrimos nuestro corazón y creemos de todo corazón en el Rey de Reyes y Señor de Señores.

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