Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:13)
Este versículo se transformó en una regla de oro para los creyentes, en todos los tiempos. Es una declaración que hizo el Apóstol Pablo en la carta dirigida a los hermanos de Filipos, que no revela nada nuevo en cuanto, a lo que los hermanos de aquella iglesia sabían de Pablo, porque todas las vivencias que Pablo y sus colaboradores tuvieron en la fundación de aquella iglesia respaldan está declaración. Fue en Filipos dónde Pablo fue perseguido por las autoridades de la ciudad, y fue allí donde fue puesto en prisión junto al hermano Silas, por sanar a una joven esclava que tenían un demonio de adivinación. Fue en esas circunstancias que Pablo y Silas cantaban himnos a Dios estando en la celda atados en el cepo, y la respuesta de Dios fue un temblor que abrió todas las celdas de esa cárcel, y como resultado final hasta el carcelero y su familia se entregaron al Señor. Ahora estaba nuevamente en prisión en Roma, pero los hermanos filipenses, no dejaban de ayudar a su líder, enviando todo lo que necesitaba. Pablo se alegra de saber que la iglesia no se olvidó de él, y recibe esa ofrenda no porque esté desesperado, o mendigando ayuda, sino porque ve que sus discípulos aprendieron a ser dadivosos, a dar y recibir. Por eso Pablo da gracias, pero les aclara que su confianza no está en la esperanza de la ayuda humana, sino en Cristo que lo fortalece para afrontar cualquier situación.
Los cristianos maduros saben mantener el gozo, y la fe en toda circunstancia, en los buenos tiempos y en los malos también, la fe en Jesús no depende de los tiempos que vivimos, Pablo dijo: "Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." Pablo tenía autoridad para decir esta frase, porque su testimonio lo atestigua. Debemos aprender de esta palabra, primero a ser agradecidos ayudando a los líderes, porque ellos son los que dan ejemplo, van al frente de la batalla. Y en segundo lugar aprendemos que ser maduros en el espíritu, implica saber vivir en toda circunstancia natural, y sobrenatural, nada afecta al hijo de Dios que vive en el espíritu, este puede decir con autoridad: todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
Ptr. Aldo
Este versículo se transformó en una regla de oro para los creyentes, en todos los tiempos. Es una declaración que hizo el Apóstol Pablo en la carta dirigida a los hermanos de Filipos, que no revela nada nuevo en cuanto, a lo que los hermanos de aquella iglesia sabían de Pablo, porque todas las vivencias que Pablo y sus colaboradores tuvieron en la fundación de aquella iglesia respaldan está declaración. Fue en Filipos dónde Pablo fue perseguido por las autoridades de la ciudad, y fue allí donde fue puesto en prisión junto al hermano Silas, por sanar a una joven esclava que tenían un demonio de adivinación. Fue en esas circunstancias que Pablo y Silas cantaban himnos a Dios estando en la celda atados en el cepo, y la respuesta de Dios fue un temblor que abrió todas las celdas de esa cárcel, y como resultado final hasta el carcelero y su familia se entregaron al Señor. Ahora estaba nuevamente en prisión en Roma, pero los hermanos filipenses, no dejaban de ayudar a su líder, enviando todo lo que necesitaba. Pablo se alegra de saber que la iglesia no se olvidó de él, y recibe esa ofrenda no porque esté desesperado, o mendigando ayuda, sino porque ve que sus discípulos aprendieron a ser dadivosos, a dar y recibir. Por eso Pablo da gracias, pero les aclara que su confianza no está en la esperanza de la ayuda humana, sino en Cristo que lo fortalece para afrontar cualquier situación.
Los cristianos maduros saben mantener el gozo, y la fe en toda circunstancia, en los buenos tiempos y en los malos también, la fe en Jesús no depende de los tiempos que vivimos, Pablo dijo: "Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." Pablo tenía autoridad para decir esta frase, porque su testimonio lo atestigua. Debemos aprender de esta palabra, primero a ser agradecidos ayudando a los líderes, porque ellos son los que dan ejemplo, van al frente de la batalla. Y en segundo lugar aprendemos que ser maduros en el espíritu, implica saber vivir en toda circunstancia natural, y sobrenatural, nada afecta al hijo de Dios que vive en el espíritu, este puede decir con autoridad: todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
Ptr. Aldo
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