Tras las pisadas de Jesús

6  Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, ahora deben seguir sus pasos.
 7  Arráiguense profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud.

Colosenses 2:6-7

El resultado de seguir a Jesús es fortaleza en la fe y gozo permanente. Es bueno recordar cuál es el propósito de nuestro llamado, cuando nos hablaron de Jesús, y creímos en él lo recibimos como nuestro Señor, a veces la palabra "recibir a Jesús" nos crea la idea de que somos nosotros los que le aceptamos, o le damos permiso, pero en realidad es Jesús el que nos buscó, nos llamó y nos escogió, para que fuésemos sus siervos, discípulos. 
Ser siervos de Cristo es una bendición, pero no debemos olvidar que Cristo nos eligió no solamente para que disfrutemos los beneficios de su reino, también nos llamó para que sigamos sus pasos como sus discípulos, aprender sus enseñanzas para ser semejantes a él, y enseñar a otros. Jesús debe ser el fundamento en el que construimos toda nuestra vida, y toda nuestra vida debe reflejar su presencia. Sus enseñanzas tienen que dejarse ver en nosotros, hasta ser transformados por el poder del Espíritu Santo, a su imagen y semejanza. Muchos se quedan en recibir a Jesús y creer en su palabra, pero no toman la iniciativa de caminar tras sus pisadas, como resultado sus vidas están incompletas, viven deseando las bendiciones que nunca llegan, están insatisfechos, y débiles en la fe. Aquí está la diferencia entre el creyente religioso, y el verdadero discípulo de Jesús, los primeros creen y esperan sin hacer nada, los segundos creen, se comprometen, y se esfuerzan por ir en pos de Cristo, y estos son los que disfrutan de toda la bendición.
Recibe, cree y camina tras las pisadas del Maestro, y encontrarás el gozo perpetuo, de la salvación.

Ptr. Aldo.

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