Un pueblo especial

Libro de Números 23:19-23
 19  Dios no es un hombre, por lo tanto no miente. Él no es humano, por lo tanto no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir? 
 20  Escucha, yo recibí la orden de bendecir; ¡Dios ha bendecido, y yo no puedo revertirlo!
 21  Ninguna desgracia está en su plan para Jacob; ningún problema espera a Israel. Pues el SEÑOR su Dios está con ellos; él ha sido proclamado su rey. 
 22  Dios los sacó de Egipto; para ellos, él es tan fuerte como un buey salvaje. 
 23  Ninguna maldición puede tocar a Jacob; ninguna magia ejerce poder alguno contra Israel. Pues ahora se dirá de Jacob: “¡Qué maravillas ha hecho Dios por Israel!”.


Somos un pueblo especial, la protección de Dios está sobre los que se refugian bajo su sombra, los que se someten a su voluntad, serán parte de su pueblo, su especial tesoro. No hay desgracia o problema para nosotros en el plan de Dios, él nos mira a través de la sangre de Cristo y somos justos y santos por medio de su gracia. No hay forma de ser afectados por las maldiciones, y hechizos de los brujos, adivinos ocultistas, Dios decretó bendiciones sobre nosotros y no pueden ser revocadas. Para eso nos sacó del sistema de este mundo, así como Dios libró a Israel de Egipto, para que seamos una nación santa, real sacerdocio, pueblo adquirido por Dios, un reino que no será contado entre las naciones. Sus promesas son para nosotros, él no es hombre para mentir, Dios habla y actúa, y no se arrepiente. Nuestro Rey está con nosotros, alabemos y proclamemos su grandeza, mientras caminamos en victoria sobre esta tierra.


Dios los bendiga! 

P. Aldo Daniel Monegal 

Un discípulo llamado Ananías

Hechos 9:10-16
 10  Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.
 11  Y el Señor le dijo: Levántate, y vé a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, 
 12  y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
 13  Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; 
 14  y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.
 15  El Señor le dijo: Vé, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;
 16  porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. 

Dios conoce profundamente a sus hijos, en este relato del libro de los Hechos de los Apóstoles, podemos apreciar de qué forma el Señor trata con sus siervos. Hay una conversación, un diálogo entre el discípulo Ananías y el Señor, está es la clase de comunión que Jesús estableció por medio de la obra de la cruz, con todos sus servidores incluso nosotros. También vemos en esta lectura bíblica como el Señor da los detalles de la dirección, las calles y los que habitan las casas, muy específicamente Jesús le da, a Ananías, los datos de la casa de Judas dónde se encontraba Pablo orando. 
Jesús nos conoce a cada uno de nosotros, de forma muy detallada, esto incluye nuestra posición geográfica, el itinerario diario, Jesús no solo conoce nuestros pensamientos, él sabe dónde estamos, dónde vivimos, qué hacemos.
Podemos ver a un Ananías que al principio cuestionó el mandato de Jesús, como si el Señor no supiera quién era Saulo de Tarso (Pablo), pero que luego obedeció a las instrucciones de Cristo sin demora, porque los pensamientos del Señor no son los nuestros.
De está palabra aprendemos que hay una comunión íntima que Jesús quiere establecer con nosotros, es necesario buscar a Jesús y tratar de oír su voz cada día, alcanzar esa comunión que nos permite dialogar con el Señor, y dejar que él nos guíe,  la experiencia de Ananías confirma que seguir a Cristo no es religión, es entablar una relación con Jesús, solo los que conocen a Jesús serán conocidos por Dios en su presencia.
Debemos preguntarnos, si nosotros tenemos esa relación que tenía Ananías. Si somos obedientes a las demandas de Jesús, aunque no pensemos como él, y si estamos dispuestos a ir a dónde nos envía el Señor, aunque no nos guste. A cuántos Saulos de Tarso, les estamos negando lo necesitan, porque a nuestro juicio no se lo merecen. Pensemos en la gente no como las vemos con nuestros ojos naturales, sino como las ve el Señor, de la misma forma que Jesús nos ve a nosotros a cada momento.


Dios te bendiga!

El Temor

«No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia» (Isaías 41.10)

El temor es una emoción que tiene un alto componente negativo, el temor provoca parálisis, impotencia, imposibilidad, el temor enferma a la persona que se deja dominar por el. 
En el área espiritual, el temor es la herramienta que utiliza el enemigo de las almas, para atacar la fe, y detener a los hijos de Dios. Por medio del temor el diablo esclaviza a las personas, manipula de forma intimidante a sus víctimas para lograr sus objetivos. El que sufre bajo el espíritu de temor, está propenso a padecer otros trastornos, como la depresión, problemas psicosomáticos, intentos de suicidio, violencia. 
Dios es la única salida a la esclavitud del temor, Jesús destruye la cárcel de opresión, y hace libres a los que acuden a los pies de la cruz. El temor y todas sus consecuencias, tienen una raíz espiritual, que pocos pueden ver, por está causa Dios nos habla siempre con palabras de aliento, para que no demos lugar al temor. Dios dice no temas, hoy es tiempo de analizar nuestro corazón para ver si hay temor en nosotros, y vencerlo en el nombre de Jesús. El temor es lo contrario a la fe, y eso impide que recibamos las promesas de Dios, debes echar fuera toda duda y temor en el nombre de Jesús, para poder ser libre. Dios está con nosotros siempre para librar, guardar y guiar a sus hijos, si el Todopoderoso Dios es nuestro amparo no debemos temer a nada. Hoy está palabra te libera del temor, para que puedas avanzar en el Señor, y heredar sus promesas.


Bendiciones.

P. Aldo

Pensamientos

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 
Filipenses 4:8

Los pensamientos son el origen de nuestras actitudes, palabras y obras. Todas nuestras acciones pasan por nuestros pensamientos, es decir nuestra mente, antes de manifestarse, pero si vivimos concentrados en pensamientos negativos, nos volveremos negativos en nuestras palabras y hechos, la palabra de Dios dice: "Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él." (Proverbios 23:7) Habitualmente creemos que es natural que nuestra mente divague en diferentes pensamientos, que van desde lo sublime, hasta lo más bajo de las miserias humanas. La Biblia nos enseña que Dios nos da la capacidad de dominar nuestros pensamientos, el Espíritu Santo nos da dominio propio (2 Timoteo 1:7) Los cristianos tenemos que renovar nuestra mente con la Palabra de Dios, Efesios 4:23 "y renovaos en el espíritu de vuestra mente," Seguir a Jesús es entrar en un proceso de cambio, somos transformados para no vivir como antes de conocer al Señor.
Llena tu mente de paz, amor, y alegría, llénate de fe en Jesucristo, y así será tu vida.
La mente es un campo de batalla, y los espíritus inmundos nos atacan en la mente, sembrando pensamientos de duda, inseguridad, temor, tristeza, y ocasiones nos genera pensamientos de violencia, envidia, amargura, soberbia, odio al prójimo, división, peleas. El diablo induce toda clase de pensamientos destructivos, vicios, suicidio, asesinato, también influencia las mentes con pensamientos de incredulidad, rechazo a Dios y su palabra, atracción por el ocultismo, el misticismo, y toda clase de cosas que no agradan a Dios. Cuando identificamos un pensamiento destructivo, que no produce paz, amor o gozo, debemos borrarlo de nuestra mente. Leer la palabra de Dios, oír música de alabanza y adoración, dedicar tiempo a la oración, reunirnos con personas que compartan nuestra misma fe, son actividades que nutren nuestra mente de buenos pensamientos. Te desafío a meditar en esta palabra, analiza qué pensamientos son los que llenan tu mente, si son buenos o malos, y toma la decisión de cambiar tu mente con pensamientos que te acerque cada día más a DIOS.


¡Bendiciones!

P. Aldo

El secreto del éxito

1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 
 2  Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
 3  Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

El secreto de la bendición está en hacer lo que a Dios le agrada, ser un hijo de Dios significa seguir la pisadas del Padre. No juntarse con personas que viven cometiendo errores, robando, mintiendo, haciendo toda clase de injusticia. 
El camino de los pecadores conduce a la muerte, y tiene que ver con andar contra las leyes de Dios. Los que viven de críticas, de murmuraciones, o aquellos que viven burlándose de los demás, que solo hablan mal de todo el mundo y se reúnen para criticar, juzgar y condenar al prójimo, en muchas ocasiones a los hijos de Dios y a sus siervos, estos son los escarnecedores.
Seguir a Jesús es voluntario, amar a Dios, conocer su naturaleza de amor hace que andemos en su voluntad, atesorar su Palabra, y vivir según sus instrucciones, estás cosas hacen que seamos personas benditas, nada puede marchitar la bendición de los justos, somos sanos, la vida fluye en nuestro interior, el río del que bebemos es el Espíritu Santo nuestras raíces son profundas, son nuestras fe en Cristo,  y nos llevan a buscarlo en oración, en la comunión con los hermanos, así beberemos de sus aguas. La promesa final para los hijos de Dios es: ¡todo lo que emprendas prosperará! 
Está palabra deja claro cuál es el secreto del éxito, estar plantado como un árbol junto a las aguas del Espíritu Santo, esto es convicción de fe en Dios que es más firme que un árbol, con profundas raíces que llegan a beber las aguas del río de Dios. Los hijos de Dios florecen en todo tiempo, más allá de las crisis, ellos prosperan, siempre quedan en pie después de la tormenta, y tienen una vida fructífera, aunque el terreno sea estéril para otros. En este día procura ser como el árbol que está plantado junto a las corrientes del río de Dios, y disfrutarás de vida en abundancia! 


P. Aldo Daniel Monegal.

Tu escudo

Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza. 
Salmo 3:3

No hay forma de ser heridos si nuestro escudo es el Señor. Cuando nos refugiamos en Dios, no hay ataque posible que pueda alcanzarnos. Si nuestro refugio no está en Dios, estamos expuestos, no hay seguridad, posible. Las palabras Refugio y seguridad se traducen en confianza y paz para los hijos de Dios. Está palabra (Salmo 3:3) habla del escudo y continúa declarando que nuestra gloria está en Dios , no buscamos lo nuestro, todo lo que hacemos y pensamos es para la gloria de Dios, no hay preocupación por lo que nos dicen, si nos critican , nos difaman, porque no interesa nuestra gloria, sino la gloria de Dios, cuando actuamos así, todo lo que nos hacen a nosotros se lo hacen al Señor y él se encargará de dar el pago a sus enemigos. Finalmente Dios es quien levanta mi cabeza! Él nos rescata de la humillación, nos alienta cuando estamos desanimados, y hace que andemos con la frente en alto, porque Él levanta nuestra cabeza.
Está es una oración, y también es una declaración de fe, pero además es un arma, una espada muy afilada, que debemos usar para herir al enemigo, cuando nos oprime cuando trae personas que lanzan serpientes con sus bocas, que nos quieren humillar, el enemigo (el diablo y sus demonios) desea destruirnos, que andemos con la cabeza baja, quiere que dejemos de glorificar a Dios. Por eso sí ahora estás sintiendo opresión, te invito a declarar en voz alta este versículo del Salmo 3:3. Y el enemigo huirá en el nombre de Jesús, no creas las mentiras del diablo, ¡cree en la palabra de Dios! 


P. Aldo Daniel Monegal.