"13b olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."
Filipenses 3:13-14
Los recuerdos del pasado, son una invitación a vivir mirando hacia atrás, con el anhelo de volver a vivir momentos que ya pasaron, y sin darnos cuenta entramos en un estado de melancolía, tristeza y depresión. Cuando Israel fue librado de la esclavitud de Egipto, mientras caminaba en el desierto, cada vez que se encontraba con un obstáculo, solo pensaba en volver atrás, regresar a Egipto, preferían vivir como esclavos antes que continuar avanzando por el camino de la libertad. A veces tu cárcel, tu situación limitada se convierte en lo que los expertos en el comportamiento humano llaman "tu zona de confort". En resúmen, eres libre, pero deseas volver a la esclavitud, crees que el pasado es lo mejor, que no hay posibilidad de un presente o futuro que supere lo vivido, esto se llama: estancamiento, y bíblicamente es miedo al cambio, falta de fe en aquel que todo lo puede, todo lo provee, que pelea por nosotros, para darnos una victoria que ya no depende de nosotros únicamente sino de aquél que nos hace libres, sanos, benditos y prósperos por su amor y misericordia. Los motivadores te dicen que creas en tí, Dios te dice cree en mí!
El Apóstol Pablo tenía un pasado muy fuerte, si volvía atrás podía recuperar su vida, su reputación como miembro de la Élite de su pueblo, pero ese pasado solo era una jaula de oro. Cuando Jesús se manifestó al Apóstol Pablo, su vida cambió para siempre, abandonó todo y fue tras el llamado de Jesús.
Cada creyente tiene la posibilidad de abandonar el pasado, y vivir una vida nueva comenzando en el presente, y mirando hacia el futuro, tenemos una meta suprema que es llegar al cielo la casa de nuestro Padre. Nuestra motivación viene del Espíritu Santo, que nos invita a vivir por fe, contemplando que nuestro presente puede ser mejor que el pasado, y nuestro futuro puede ser glorioso, dependiendo de nuestra confianza en Dios nuestro libertador.
El desafío para este día, es olvidar lo que quedó atrás, y mirar hacia adelante, extenderse significa aplicar la fe para transformar el presente y el futuro en lo que realmente queremos ser y alcanzar según las promesas de Dios, nuestra meta está delante, avanza sin mirar atrás.
P. Aldo
14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."
Filipenses 3:13-14
Los recuerdos del pasado, son una invitación a vivir mirando hacia atrás, con el anhelo de volver a vivir momentos que ya pasaron, y sin darnos cuenta entramos en un estado de melancolía, tristeza y depresión. Cuando Israel fue librado de la esclavitud de Egipto, mientras caminaba en el desierto, cada vez que se encontraba con un obstáculo, solo pensaba en volver atrás, regresar a Egipto, preferían vivir como esclavos antes que continuar avanzando por el camino de la libertad. A veces tu cárcel, tu situación limitada se convierte en lo que los expertos en el comportamiento humano llaman "tu zona de confort". En resúmen, eres libre, pero deseas volver a la esclavitud, crees que el pasado es lo mejor, que no hay posibilidad de un presente o futuro que supere lo vivido, esto se llama: estancamiento, y bíblicamente es miedo al cambio, falta de fe en aquel que todo lo puede, todo lo provee, que pelea por nosotros, para darnos una victoria que ya no depende de nosotros únicamente sino de aquél que nos hace libres, sanos, benditos y prósperos por su amor y misericordia. Los motivadores te dicen que creas en tí, Dios te dice cree en mí!
El Apóstol Pablo tenía un pasado muy fuerte, si volvía atrás podía recuperar su vida, su reputación como miembro de la Élite de su pueblo, pero ese pasado solo era una jaula de oro. Cuando Jesús se manifestó al Apóstol Pablo, su vida cambió para siempre, abandonó todo y fue tras el llamado de Jesús.
Cada creyente tiene la posibilidad de abandonar el pasado, y vivir una vida nueva comenzando en el presente, y mirando hacia el futuro, tenemos una meta suprema que es llegar al cielo la casa de nuestro Padre. Nuestra motivación viene del Espíritu Santo, que nos invita a vivir por fe, contemplando que nuestro presente puede ser mejor que el pasado, y nuestro futuro puede ser glorioso, dependiendo de nuestra confianza en Dios nuestro libertador.
El desafío para este día, es olvidar lo que quedó atrás, y mirar hacia adelante, extenderse significa aplicar la fe para transformar el presente y el futuro en lo que realmente queremos ser y alcanzar según las promesas de Dios, nuestra meta está delante, avanza sin mirar atrás.
P. Aldo
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