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Una palabra para los Jóvenes

BENDICIONES !

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.
Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
Eclesiastes 11:9 -10

A Dios le agrada que disfrutemos de la vida y de las cosas buenas que él nos da, pero dice que sus ojos están siempre sobre nosotros, nada se escapa a su mirada para guardarnos del mal pero también para señalar nuestros errores.
Tenemos que entender que las malas decisiones nos darán dolores de cabeza.
Una de las características de la juventud es la rebeldía hacia la autoridad, y a Dios.
Dios quiere que disfrutemos pero que nos alejemos del mal, y nos acerquemos cada vez más a Él. No hay nada mejor que buscar a Dios desde la juventud. Otra advertencia que Dios nos hace en su Palabra en que nos guardemos de la ira, el mal carácter y el enojo nos hacen cometer muchos errores, cuando estamos enojados, pensamos y actuamos con odio y violencia buscamos hacer mal al que es objeto de nuestra ira. La Biblia dice que “ en la ira del hombre no actúa la justicia de Dios”. Pero El Padre Celestial nos capacita con su Espíritu y nos da dominio propio para actuar como es debido en las situaciones difíciles.

Guardemos su palabra, nos dará vida y paz.

Te declaró en el nombre de Jesús:
Que después de leer esta palabra tu ser se llenará de la presencia de Dios, vivirás experiencias personales con el Espíritu Santo.


A.D.Monegal

Jóvenes valientes

Ninguno Tenga En Poco Tu Juventud “Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza” 1 Timoteo 4.12, Biblia Al Día

Muchas veces los jóvenes se quejan de que los adultos no los toman en serio. Como joven, quieres que te acepten y que te respeten. No deseas ser mirado o tratado como si fueras un niño ignorante. Sin embargo, antes de culpar a los adultos por su falta de comprensión o aprecio, debes preguntarte: “¿Qué estoy haciendo con mi vida?”
Siempre he creído que debo respetarme a mí mismo antes de esperar que otros lo hagan. —«Si a mí no me importa lo que hago con mi vida, no puedo esperar que los demás me tomen en serio».
Pablo aconsejó a Timoteo a que se convirtiera en un ejemplo, o sea, en un modelo de Cristo. Nunca es muy temprano en la vida para servir a Dios. No permitas que tu edad o juventud se convierta en un tropiezo o en algo que te intimide. Dios te ha salvado, y tiene planes preciosos para tu vida hoy, en tu juventud. No esperes más tiempo. Aprovecha tu juventud y los bellos años que Dios te ha dado (Eclesiastés 12.1).

En la Biblia encontramos numerosos casos de jóvenes que fueron ejemplos y testimonios del poder de Dios. Entre ellos, tenemos a José (Génesis 39), que huyó de la tentación sexual para agradar a Dios; y después de tantas luchas y pruebas, llegó a convertirse en un poderoso hombre de Egipto.
Por otro lado, tenemos a Samuel (1 Samuel 2 y 3), que desde muy temprana edad se convirtió en un gran hombre de Dios.
¿Quién puede olvidar al joven David? El más joven de los hijos de Isaí llegó a convertirse en uno de los reyes más importantes de Israel.
También tenemos la joven hebrea, Hadasa, conocida mejor como Ester. Por su amor, consagración y fidelidad a Dios, llegó a convertirse en la reina del imperio persa (Ester 2).
¿Quién diría que un niño de ocho años gobernaría a una nación? Así fue el caso del rey Josías (2 Reyes 22). No solamente comenzó a reinar en su niñez, sino durante toda su juventud y parte de su vida de adulto. La Biblia declara que él hizo lo recto delante de Dios.
Por supuesto, no podemos olvidar a Daniel y a sus compañeros de cautiverio (Daniel 1). Ellos propusieron en su corazón no contaminarse con los placeres de Babilonia. Aquella firme fe fue recompensada por Dios numerosas veces.

Pudiera seguir dando ejemplos, pero creo que podemos comprender que Dios realmente no mira la edad de la persona. Si te pones en las Manos de Dios, y propones en tu corazón servirlo todos los días de tu vida, Él hará grandes cosas en ti y por medio de ti. Y aquellos críticos que pudieran haber (porque siempre los hay), no les quedará otro remedio que reconocer que Dios mora en tu vida en forma poderosa.
Mi consejo para ti hoy, joven y adulto también, es: Sé ejemplo con tu vida. Que todo lo que hagas, sea para la gloria de Dios (Colosenses 3.17; 1 Corintios 10.31). No demandemos que se nos respete, porque el respeto se gana por medio del buen ejemplo. Recuerda: “¡Ninguno tenga en poco tu juventud!” Ninguno Tenga En Poco Tu Juventud

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