Mateo 5:3-12
3 «Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
4 Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
5 Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.
6 Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
7 Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión.
8 Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.
9 Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
10 Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece.
11 »Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias.
12 Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes.
El sermón del monte es uno de los discursos del Señor más hermoso, significativo y famoso, del nuevo testamento. Está dirigido a sus discípulos y la gran multitud que se acercó a oír a Jesús, en ese momento se presentaba como un maestro (rabí en hebreo) que estaba enseñando la palabra de Dios (Torá en hebreo, los escritos de Moisés) todavía no se estaba revelando como el mesías prometido, aunque muchos de sus seguidores sospechaba acertadamente que Jesús era el Mesías. En esta enseñanza que comienza con diez bienaventuranzas, se puede percibir el sentido del mensaje y la condición en la que se encontraba el pueblo.
Es un mensaje de esperanza, para personas que se sentían esclavizadas, oprimidas que habían perdido la fe, que por causa de esa condición, ya no creían en nada. Jesús despertó en ellos es fe dormida, resucitó la esperanza en su corazones, cada bienaventuranza responde a una necesidad en aquellos que no se conforman con una vida sin sentido, es una respuesta para aquellos que sufren por lo que están viviendo, es un mensaje para los que tienen hambre, para los que lloran sin consuelo, para los pacificadores que viven en un mundo violento, para los mansos que son agredidos, pero los que sufren injusticias.
Jesús vino a liberar a los encarcelados, de este mundo. Por eso en la iglesia hay libertad, y si algún creyente se identifica con alguna de éstas bienaventuranzas, puede orar a Dios y decirle a Jesús que llene su necesidad, porque él es la fuente inagotable de bendición.
Si alguien que Lee está palabra está sufriendo alguna de esta cosas, no piense que está derrotado, el Señor dice que si crees en él, recibirás lo contrario de lo que ahora estás padeciendo, si lloras él dice que reirás, si tienes hambre de lo que sea dice serás saciado.
Jesús es la fuente de tu bendición, él dice llegó el fin de tu cautiverio, ahora las puertas de la bendición, la vida y la libertad se abren para todo aquel que cree en Jesús.
Bendiciones.
Ptr. Aldo Daniel Monegal
3 «Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
4 Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
5 Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.
6 Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
7 Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión.
8 Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.
9 Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
10 Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece.
11 »Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias.
12 Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes.
El sermón del monte es uno de los discursos del Señor más hermoso, significativo y famoso, del nuevo testamento. Está dirigido a sus discípulos y la gran multitud que se acercó a oír a Jesús, en ese momento se presentaba como un maestro (rabí en hebreo) que estaba enseñando la palabra de Dios (Torá en hebreo, los escritos de Moisés) todavía no se estaba revelando como el mesías prometido, aunque muchos de sus seguidores sospechaba acertadamente que Jesús era el Mesías. En esta enseñanza que comienza con diez bienaventuranzas, se puede percibir el sentido del mensaje y la condición en la que se encontraba el pueblo.
Es un mensaje de esperanza, para personas que se sentían esclavizadas, oprimidas que habían perdido la fe, que por causa de esa condición, ya no creían en nada. Jesús despertó en ellos es fe dormida, resucitó la esperanza en su corazones, cada bienaventuranza responde a una necesidad en aquellos que no se conforman con una vida sin sentido, es una respuesta para aquellos que sufren por lo que están viviendo, es un mensaje para los que tienen hambre, para los que lloran sin consuelo, para los pacificadores que viven en un mundo violento, para los mansos que son agredidos, pero los que sufren injusticias.
Jesús vino a liberar a los encarcelados, de este mundo. Por eso en la iglesia hay libertad, y si algún creyente se identifica con alguna de éstas bienaventuranzas, puede orar a Dios y decirle a Jesús que llene su necesidad, porque él es la fuente inagotable de bendición.
Si alguien que Lee está palabra está sufriendo alguna de esta cosas, no piense que está derrotado, el Señor dice que si crees en él, recibirás lo contrario de lo que ahora estás padeciendo, si lloras él dice que reirás, si tienes hambre de lo que sea dice serás saciado.
Jesús es la fuente de tu bendición, él dice llegó el fin de tu cautiverio, ahora las puertas de la bendición, la vida y la libertad se abren para todo aquel que cree en Jesús.
Bendiciones.
Ptr. Aldo Daniel Monegal
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