El verdadero conocimiento


1b- El conocimiento envanece, pero el amor edifica.  2 Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo. 3 Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.

1 Corintios 8:1-3

Este es un principio de fe,  nos enseña que el verdadero valor del creyente no está en el conocimiento intelectual que puede tener de Dios, sino en el amor divino que revela a Dios tal como es. Lo intelectual es una herramienta que ayuda a entender, pero la fe pura no se ejerce desde lo intelectual, sino desde el corazón. Por eso Dios no hace diferencia entre las personas que llama, una persona simple puede servir a Dios, tanto como un profesional dotado de conocimiento intelectual. La base de la sabiduría de Dios está en el amor que fue derramado en nosotros por medio de Cristo, que permite ser conocidos por Dios, es decir tener una relación personal con él.

El versículo tres enfatiza otro principio espiritual fundamental, toda la vida del creyente, depende de su amor a Dios, porque es el punto de partida para el servicio, la adoración, y el amor al prójimo.

En resumen, oremos para no depender y no jactarnos del conocimiento intelectual, que podemos tener, demos gracias a Dios por tenerlo, y pidamos en oración ser sabios según la sabiduría de Dios, para entender los principios del Reino, y ponerlo por obra. Está palabra nos recuerda también que el arma más poderosa que nos entregó Dios para vencer al mundo es el amor, y que el amor también nos sana a nosotros, el amor de Dios es un don que transforma nuestro corazón, y nos capacita para ser instrumentos de Dios canales de bendición para llenar de amor todo lo que nos rodea, que la gente conozca a Dios, pidamos en oración un renuevo del amor de Dios en nuestros corazones hoy.


Ap. Aldo D. Monegal 

Para la gloria de Dios


Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. (1 Corintios 10:31)

Fuimos comprados a precio de la Sangre de Jesús, ahora somos propiedad de Dios. La libertad que tenemos al ser hijos de Dios, nos hace vivir fuera de los límites del mundo, porque ya no estamos sujetos a las demandas de este sistema, que nos obligan a obedecer el carácter de este mundo que tiene algunas características clave, para que podamos entender estas son: el egoísmo, la maldad extrema, la rebeldía, esto es anarquía total, para hacer lo que cada uno quiere sin dar cuenta a nadie. 

Pero nosotros fuimos liberados para vivir según el carácter del reino de Dios, que es todo lo contrario al mundo. Ahora debemos vivir para la gloria de Dios, es fundamental cambiar nuestros hechos, palabras, y actitudes, porque nuestra vida tiene que glorificar a Dios. Si somos padres, si somos hermanos, en cualquier rol de la vida, empleados, empresarios, esposos, o profesionales de todas las áreas, en todo debemos glorificar a Dios.

Que significa "glorificar a Dios" que ya no buscamos nuestro beneficio personal, en lo que hacemos, no buscamos placer, no hacemos nada que perjudique al prójimo, ni dañe a los demás, eso es egoísmo. Ahora sacrificamos nuestro egoísmo, para glorificar a Dios, y lo hacemos con alegría de corazón. Vivir glorificando a Dios en nuestra vida, nos llena de paz, alegría, y bendición.

Hoy debes proponerte glorificar a Dios, en tu vida cotidiana.

Bendiciones!

Un amor que desborda


Filipenses 1:9 - 11 (NTV)

  9  Le pido a Dios que el amor de ustedes desborde cada vez más y que sigan creciendo en conocimiento y entendimiento.

 10  Quiero que entiendan lo que realmente importa, a fin de que lleven una vida pura e intachable hasta el día que Cristo vuelva.

 11  Que estén siempre llenos del fruto de la salvación —es decir el carácter justo que Jesucristo produce en su vida —porque esto traerá mucha gloria y alabanza a Dios.


El amor de Dios es como una corriente constante que llena y hace desbordar de abundancia el corazón de los creyentes. Este fluir del amor  de Dios, produce un crecimiento en el conocimiento de Dios, una transformación integral de nuestro ser, hasta que podamos tener el carácter de Cristo. Si nuestro interior cambia, toda nuestra vida cambiará, y nuestros hechos y palabras estarán alineados a la voluntad de Dios, es decir que seremos imitadores de Jesús en todo lo que hagamos. Produciendo frutos que den gloria a Dios en el nombre de Jesús. 

Mi oración por ustedes (dice el Apóstol Pablo) es que profundicen sus raíces espirituales, y lleven fruto en sus vidas visibles para Dios, esa es la voluntad de Dios, y la forma en que cada uno de nosotros alcanzamos la realización en nuestra vida, aqui en la tierra, y la vida eterna después de partir de este mundo. Cómo los árboles se ven saludables cuando tienen raíces fuertes, y dan sombra y fruto según su naturaleza, así nosotros si tenemos la naturaleza de Dios, debemos dar abundante fruto para la gloria del Señor, y al cumplir con ese propósito estaremos llenos de bendición, y seremos canal de bendición para otros.Medite en esta palabra! Dios te bendiga.

Ap. Aldo 

El gran cambio


Hechos 9:3-6

 3  Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; 

 4  y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

 5  El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.  

6  El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.

Hoy comienza un nuevo tiempo con un mensaje claro del Espíritu Santo, sobre la necesidad de evaluar en qué parte del proceso del caminar con Jesús estamos. 

La palabra de Hechos 9 que habla sobre la conversión de Saulo, el después llamado Apostol Pablo, nos muestra una imagen del proceso de conversión, desde el versículo 4 al 6 podemos ver el momento del encuentro con el Señor, la caída de Pablo y su reacción inmediata con la pregunta ¿Qué quieres que yo haga? Nos ilustra los primeros pasos que dan las personas al creer en Jesús, sentir esa convicción interna de haber encontrado a Dios, caer de nuestras posturas humanas y egoístas para rendirnos completamente al Señor y ponernos a disposición de él.

Jesús dice a Pablo : "entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer" el Señor delega la tarea a sus siervos, en la ciudad de Damasco, Judas lo  recibe en su casa y Ananías ora por él imponiendo las manos sobre Pablo, para que recobre la vista, es bautizado, es integrado a la hermandad de la iglesia, y rápidamente Pablo ya predicaba en las sinagogas diciendo que Jesus es el Señor.

Todos nosotros de alguna forma pasamos por un proceso similar, todos tenemos que cumplir con las instrucciones dadas por el Señor, ser bautizados, ser añadidos a la iglesia, y por último ser testigos de Jesús al mundo entero.

Su experiencia de conversión, del Apóstol Pablo puede resumirse en estas afirmaciones: (1) Vio una luz; (2) Oyó una voz; (3) Obedeció un llamado.

Ahora cada uno de nosotros, debemos evaluar en cuál de estos puntos nos encontramos, ¿estamos deslumbrados por la luz del Señor, y todavía no nos levantamos? Todavía estamos luchando con nuestra carne, vemos el poder de Dios, pero vivimos con un pie en el pasado y un pie en ese momento sublime, no podemos quedarnos para siempre en la indecisión, deja de luchar y rinde tu corazón al Señor. 

Quizás oíste la voz del Señor y no sabes quién es entonces estas preguntando ¿Quién eres Señor? Te cuesta creer que Dios sea tan real, oyes su voz pero no la reconoces, muchos van a la iglesia reunión tras reunión, escuchan la palabra predicada por los siervos de Dios, pero no pueden reconocer la voz del Señor en qué les está hablando, se vuelven sordos, que escuchan pero no oyen, y no pueden continuar a la siguiente fase: dónde le decimos al Señor ¿qué quieres que yo haga?.

Podemos estar en la casa de Judas, dónde ya oímos su voz y estamos orando, ayunando, junto a los siervos de Dios, pero aún estamos ciegos, todavía tenemos escamas en los ojos, dependemos de otros hermanos, nuestra fe necesita ser alentada por los demás hermanos, y permanecemos inactivos.

Si te sientes identificado con alguna de estas etapas, es tiempo de pasar al siguiente nivel. El propósito del Señor es que seamos sus testigos, y solo aquellos que pasaron el proceso, y salieron unidos de la casa de Judas, pudieron comenzar a dar fruto para el Señor, sirviendo como sus testigos.

No todos están llamados a ocupar cargos de liderazgo en la iglesia, pero todos estamos llamados a ser sus discípulos testigos de Cristo, y enseñar a otros lo que sabemos del Señor. 

¿Qué estás esperando para avanzar? Tu eres testigo de Jesús, en tu casa, en tu trabajo, y hasta donde llegué tu círculo de influencia! "Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti."(Isaías 60:1)


Ap. Aldo