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El ejemplo de Jesús

Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
1 Pedro 2:20-21

A nadie le gusta el sufrimiento, ni ser golpeado en ningún sentido, la violencia es un flagelo de la humanidad y los más débiles son las víctimas más comunes. Todos fuimos en algún momento víctimas de la violencia, de ataques en todos los ámbitos, porque este mundo es violento sus códigos sociales utilizan la violencia o la agresión, como un medio para subyugar a otros, y para alcanzar los objetivos propuestos valiéndose de cualquier medio y así eliminar obstáculos.
Jesús padeció violencia cuando vino a este mundo, desde sus discípulos (Judas) hasta su familia que pensaba que estaba fuera de control, los gobernantes y líderes religiosos que lo condenaron, pero salió victorioso.
Hoy tenemos su ejemplo para seguir sus pisadas, porque no estamos llamados solo a creer sino a seguirlo como discípulos. Esto implica aprender y hacer lo que el maestro nos enseña, imitarlo en todo.
Es verdad que los ataques de los demás no son agradables, y causan dolor y desaliento, pero cuando volvemos nuestra mirada a la Cruz, entendemos que somos privilegiados por poder padecer igual que nuestro maestro. El Apóstol Santiago dice: gozaos cuando os halléis en diferentes pruebas, tenemos que entender estamos en la escuela de Jesús, y él fue traicionado, rechazado, odiado, fue golpeado y condenado a muerte injustamente, porque pensamos que nosotros no pasaremos por estas cosas?
Estando en el mundo sufrimos y soportamos a veces con razón porque cosechamos lo que sembramos, y ahora caminando con Jesús haciendo lo bueno no podemos soportar?
Jesús padeció por nosotros por amor, ahora nos toca a nosotros padecer por Él por amor.
No debemos tener temor, no hay carga ni prueba que pueda derrotarnos si permanecemos Unidos a Él, pero tenemos que estar dispuestos a todo.
Jesús prometió no los dejaré, estaré con ustedes para siempre, así que no te desanimes y bajes los brazos, si fuiste golpeado o traicionado gozate, perdona y ama, no devuelvas mal por mal, recuerda que no hay arma más poderosa que el amor de Dios.

A.D.Monegal