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Dios siempre tiene el control

Hechos 28:30-31

 30  Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían,

 31  predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.


A esta altura de la vida de Pablo, ya estaba llegando a la meta del llamado que Jesús, le hizo el día que fue derribado de su caballo, cuando se dirigía a Damasco. Pablo el Apóstol a los gentiles, que recibió el evangelio de Jesucristo por revelación, que fue llevado al tercer cielo donde escucho cosas imposibles de expresar, vivió gran parte de su Ministerio preso, y terminó sus días como lo dice el texto aquí citado. Estaba preso, pero tuvo el privilegio de vivir en una casa alquilada, custodiado por una guardia romana, durante dos años el Señor le concedió predicar con libertad a todos los que venían a él. Su misión fue predicar a Jesús en Roma, la capital del mundo antiguo, y eso fue lo que sucedió. 

Pero lo que quiero destacar es que las cadenas de esa condena injusta que sufría el Apóstol, y esa prisión custodiada por soldados, no pudo detener el propósito de Dios en la vida de Pablo. Me atrevo a decir que por causa de esa condena injusta, y gracias a ella, el Apóstol Pablo logró hacer proezas para la gloria de Jesús. El Apóstol Pablo no solamente estableció numerosas iglesias en todo el mundo antiguo, y en su capital la ciudad de Roma, sino que también fue usado por Dios para formar la mayor parte de la doctrina Apostólica de la Iglesia, que hoy podemos estudiar todos los cristianos. Estando encerrado, privado de su libertad, Pablo escribió cartas con enseñanzas doctrinales fundamentales, administró las iglesias que fundó, formó y envió discípulos, estableció ministros de Dios. En medio de su situación Pablo no dejaba de dar fruto abundante para Dios.

Hay prisiones de castigo, y de corrección donde los que hacen mal las cosas son corregidos, (Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio. Lucas 23:19). reciben el pago de sus  acciones, la biblia dice: la paga del pecado de muerte, la injusticia se paga, el que hace lo malo tarde o temprano caerá en la cárcel, Mateo 5:25 dice: Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. Hay cárceles de esclavitud, por causa del pecado, y por ser esclavos de satanas,  como dice Hechos 8:23, "porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás." Jesús vino para liberar a los cautivos del diablo. Pero también hay cárceles que a veces pasamos en el camino de Dios, y que son necesarias para sus propósitos divinos en nosotros. Muchos siervos del Señor, profetas y sabios en el Antiguo Testamento, pasaron por prisión, o por cautividad, pero allí fueron procesados para estar en un lugar de autoridad en los propósitos de Dios, como Daniel, José, Jeremías, los momentos que pasaron en cautiverio fueron parte del plan de Dios para ellos, y para su tiempo. En el nuevo testamento los Apóstoles y los primeros cristianos pasaron por persecución, cárcel, opresión pero cuánto más sufrirán más se fortalecían en el Señor. La clave de esta palabra está en el hecho de que más allá de la circunstancias en las que estés el propósito de Dios se cumplirá, y sea como sea estarás bajo la bendición del Señor, Pablo pasó por muchos obstáculos en su camino, hasta llegar a Roma y predicar el evangelio a los que estaban en el poder, quizá no llegó como un importante predicador, no fue recibido con honores, ni alojado en un palacio, él llegó como un prisionero, un condenado, pero eso fue solo una apariencia, en realidad Pablo fue un embajador del reino de Dios, y esa casa alquilada fue su sede diplomática en la capital de Roma, finalmente logró su objetivo. Pablo escribió este célebre versículo: a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan para bien ( Romanos 8:28) todas las situaciones que vívas en tu presente, si permaneces en el Señor, te ayudarán para bien, no temas a las cárceles, ni a las apariencias negativas, Dios está al control de todo.

Enredados

Vivan sabiamente entre los que no creen en Cristo y aprovechen al máximo cada oportunidad.
Que sus conversaciones sean cordiales y agradables, a fin de que ustedes tengan la respuesta adecuada para cada persona.
Colosenses 4:5-6 (NTV)

Somos llamados por Dios con un propósito, ser parte de la agenda de Dios en su obra, ser funcionales a los propositos del plan de Dios. Por esta causa es indispensable estar enfocados en Cristo, para estar alineados a la voluntad del Padre Celestial. Los tres puntos destacados hasta aqui, son: funcionalidad, enfoque, alineación en Cristo, todo esto resulta en bendición, en lo personal, familiar y espiritual.
El enemigo siempre trata de estorbar nuestros enfoque, y las circunstacias negativas, son distracciones que desvian nuestra atención, sobre aquello que es realmente importante, la voluntad de Dios sobre todas las cosas.
Esta palabra nos alienta a ser sabios, estar atentos para no caer en los erredos y trampas, que se generan en nuestro entorno, con personas toxicas, que nos perjudican, se oponen a todo, generan conflictos, division, y sacan lo peor de nosotros. "Andad sabiamente para con los de afuera" dice el versiculo 5, la version RV1960, y agrega: " redimiendo bien el tiempo", esto quiere decir que los problemas, y la gente negativa nos hacen perder tiempo, perdemos en enfoque, y terminamos cansados, estresados y desanimados.
Si no estamos atentos, descuidamos nuestra vida espiritual, y hasta podemos llegar a dar un mal testimomio, al dejarnos llevar por el enojo, y en.cansancio de la situación. Guardar la comunion con el Espiritu Santo, en todo momento, a pesar de las situaciones y de la gente dificil, nos garantiza la paz en el corazón, en las relaciones con los demas, y en la vida cotidiana. Procuremos hablar bendicion, ser pacificadores, no quejarnos, procuremos no responder, en lo posible, a las agresiones, de lo comtrario perderemos tiempo, y energia, en cosas que no son verdaderamente importantes. Enfocate en Jesus, y busca en todo momento la guia del Espiritu Santo, recuerda Jesus dijo: "en los nogocios de mi Padre, me es mecesario estar". Relee los versiculos y grabalos en tu corazon.

Pastor Aldo D. Monegal

La certeza de la fe

Un caso de muerte repentina nos puede poner, súbitamente, ante esta pregunta  «¿Cuál  es tu úni­co consuelo, tanto en la vida como en la muerte?» El mismo Catecismo de Heildelberg,  nos da esta res­puesta: «Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la  muerte (Rom. 14:8), no me pertenezco a mí mismo (1 Cor.·6: 19), sino a mi fiel Salvador Jesucristo (1 Cor. 3:23; Tít. 2:14), que me libró de todo el poder del diablo (Heb. 2:14; 1 Jn. 3:8, Jn. 8:34- 36), satisfaciendo enteramente con su precio­sa sangre por todos mis pecados (1 Pe. 1:18-19; 1 Jn. 1:2; 2:12), y me guarda de tal manera (Jn. 6:39; 10:28; 11 Tes. 3:3; 1 Pe. 1:5) que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer (Mt. 10:30; Le. 21:15)°, antes es necesa­rio que todas las cosas sirvan para mi salvación (Rom. 8:28). Por eso también me asegura,  por su Espíri­ tu Santo, la vida eterna (II Cor. 1:22; 5:5; Ef. 1:14; Rom. 8:16) y me hace pronto  y aparejado para vi­ vir en adelante su santa voluntad» (Ct. de Heildelberg. Dom. 1).

En esta contestación se confiesa que nuestro único consuelo es ser posesión de nuestro fiel Salvador Jesucristo.

Sin embargo, ¡con cuánta dificultad nos expresamos sobre este asunto!  Si alguna vez se pudiese hacer una encuesta acerca de la certeza de la fe, no me sorprendería que en muchos se diese más duda que certeza. ¿Cómo se­ ría esto posible? ¿Por qué falta en tantos esa go­zosa y pacífica certeza del salmista?: «Jehová es mi pastor; nada me faltará» (Sal. 23:1). ¿Cuál es la causa de que en muchos prevalezca la duda? ¿Y por qué muchos no se atreven a decir con el apóstol Pablo: «Estoy seguro de que ninguna cosa nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro»? ( Rom. 8:38-39).

Cualquiera que pueda ser el origen de ello, es­ pero estemos de acuerdo en una cosa,  a saber: que la culpa no estriba en el SEÑOR, nuestro Dios.  Sé muy bien que en círculos bastante amplios se le censura a Dios, argumentando como disculpa: «La certeza es algo que ha de dársele al hombre»; o «El hombre tiene que volver a nacer»; o «Si no soy elegido, tampoco puedo cambiar en nada.»

Con estas y otras excusas, realmente se echa la culpa a Dios de la propia duda e incertidumbre; aunque, es verdad, nadie se atreva a decirlo abier­tamente. Estaremos de acuerdo en que tal manera de hablar es impía, y que hemos de guardarnos de ella.

Cuando el Señor Jesús encuentra duda e incre­dulidad en sus discípulos, se lo recrimina, dicien­do: «¿Por qué dudaste»? (Mt. 14:31 ); o: «¿Cómo  no tenéis fe?» (Me. 4:40), o: «No seas incrédulo» (Jn. 20:27).  No; lejos de nosotros esté el poner a la cuenta del SEÑOR nuestra incredulidad, poca fe y duda. Pablo diría: ¡Eso nunca!

Tampoco tenemos que echar la culpa al diablo. No digo que el maligno no tenga intervención cuando la duda y la incredulidad se multiplican en la iglesia. Pero esto no nos exime de nuestra pro­pia culpa. ¿Por qué preferimos escuchar al padre de mentira, antes que a la ver dad de Dios? Tampoco debemos echar la culpa a la tradición, a la predicación, a la educación, a nuestra predis­ posición y a nuestro carácter.

Es verdad que todas estas cosas tienen influen­cia. Igualmente es verdad que para muchos se pueden traer a colación circunstancias atenuantes, y que el SEÑOR las tendrá en cuenta.

Hay ovejas del rebaño de Cristo, a las que se tiene enflaquecidas por una dirección y formación no escriturísticas. La responsabilidad de tales embauca­ dores y educadores es más grande que la de las ovejas, las cuales han sido de tal modo pastoreadas y ali­ mentadas que están raquíticas. Pero todo esto, sin embargo, no quita que la duda y la incredulidad nos hagan responsables ante Dios, y que sea nuestra propia culpa cuando, rodeados  por  los  tesoros de la gracia de Dios en Cristo Jesús, no sabemos si somos propiedad de El.

No disculpemos nunca la duda y la incredulidad. La duda es incredulidad.

Cuando ponemos algo en duda, es que no lo creemos. El apóstol Santiago coloca frente a fren­te la duda y la incredulidad. En el cap. 1, v. 6, es­cribe. «Pero pida (sabiduría) con fe, no dudando nada». La duda fluye de un corazón incrédulo; y la incredulidad hace a Dios mentiroso. Nadie se atreva a decir que esto último no sea pecado. Pues bien, por la misma razón nadie ha de decir que la duda y la incredulidad no sean pecado. Si dudamos, si somos de poca fe, si somos incrédulos (todo esto viene a ser lo mismo), entonces pensamos raquítica­ mente de la gracia  de Dios, nos  fiamos  muy  poco de la gracia de Dios,  y  no confiamos  en  la  gracia de Dios.

La gracia de Dios es incomensurable e incom­prensiblemente grande, y supera en gran medida a todo lo que se encuentra en el mundo de los hom­bres.

La gracia de Dios es y continúa siendo el fundamento de la salvación para el  impío.  Pero  también  lo  es para el creyente. La justificación del impío no es sim­plemente un estadio inicial del cual, más tarde, salimos a flote. Que Dios absuelve la culpa y el castigo a  los  impíos, y les dé derecho a la vida eterna, esto -digo- continúa siendo el ‘ancla del alma’ (cf. Heb. 6:9), hasta en la hora de la muerte.

El único f-undamento de la salvación es, pues, que Dios nos amó, y que Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por los hombres pecadores,  y que  el Espíri­ tu Santo nos dio y nos da Su comunión con El por gracia. Una y otra vez hemos de  buscar  la  vida  y la salvación fuera de nosotros, es decir, en Jesucristo, por medio de la fe. Y donde esto no se verifica, allí se viene a caer siempre en el terreno pantanoso de  la duda.

Dr. H. J. Jager (UCL)

Dios tiene el control

Lamentaciones 3:37-38
¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?
¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?

Todo lo que pasa a nuestro alrededor, y lo que nos toca vivir, está sujeto a la voluntad del Altísimo. Nada se escapa a la omnisciencia del Creador, y sus propósitos para nuestras vidas y para todos los hombre en su totalidad, son de vida y de paz, aunque para llegar al cumplimiento de ese propósito tengamos que pelear mil batallas, atravesar desiertos, y valles tenebrosos, aunque seamos heridos y estemos en peligro, nada podrá deshacer el propósito de Dios en nosotros, que es llevarnos hasta Él, y disfrutar de sus promesas.
En estos procesos, nos volvemos obedientes, como nuestro maestro Jesús, que aunque no quería ir a la cruz, y tenía el poder para no ir, "se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz". Por este motivo el Apóstol Pablo dijo "que nos podrá separar del amor de Cristo?" La vida del que quiere seguir las pisadas de Jesús a veces se hace difícil, porque tiene que pasar momentos que no son agradables, pero así nuestra fe es probada y en cada victoria se vuelve "más preciosa que el oro". Así el profeta Jeremías declara está palabra, ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?
Todo la que sucede está supervisado por Dios! ¿de la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno? Claro que sí ! Que el torna lo que para nosotros es malo en Bendición! Por este motivo Pablo dice: y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien!
Amado, amada no tengas temor de nada, mientras estés bajo la sombra del Altísimo, sus alas te cubrirán, te guardará aún en el tiempo malo, y así conocerás que Dios es fiel y no desampara a los que en él confían.

Ptr. Aldo

Por dentro y por fuera

Porque de cierto, cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestro cuerpo, sino que en todo fuimos atribulados; de fuera, conflictos; de dentro, temores.
2 Corintios 7:5

Hay momentos en nuestra vida que nos sentimos atribulados, estresados, cansados física y mentalmente, angustiados, desanimados. Es cuando mas nos tenemos que aferrar a Dios, y soportar ese momento que nos toca vivir buscando refugio en el Señor. Todos en algún momento de nuestra vida pasamos por situaciones así. Conflictos por fuera y temores por dentro, es una situación donde somos probados en la templanza y la mansedumbre del espíritu, los frutos del espíritu se revelan y se ejercitan en este tipo de presiones.
El Apóstol Pablo estaba pasando por esa situación, sufriendo ataques personales de la gente que lo rodeaba y que no simpatizaba con su prédica de Jesús, los judíos ortodoxos odiaban a Pablo y siempre que tenían oportunidad lo insultaban y si era posible lo atacaban físicamente. También dentro de la iglesia tenía enemigos, por fuera sufría ataques y por dentro su temor era que el trabajo realizado fuese en vano, que los cristianos nuevos se perdiesen era su temor.
Nosotros también sufrimos conflictos con los de afuera, cuando somos atacados por gente cercana o desconocidos que sin motivo nos agreden, necesitamos tener confianza en lo que Jesús nos dijo de antemano, " en el mundo tendréis aflicción.." y " el mundo os aborrecerá.."
Nuestros consuelo y fortaleza está en el Señor y su palabra.
Temores por dentro, cuando nos acecha el temor a la muerte, o por alguna enfermedad, algunos tiene temor al futuro, temor a la pobreza, temor a estar solos o simplemente temor interno.
El temor interno es vencido viendo somos llenos del Espíritu Santo de Dios, en medio de esa situación Pablo fue consolado por el amor de los hermanos y sus discípulos, y se llenó de gozo, la alegría del corazón es un buen antídoto contra el veneno del temor, la Biblia dice "el gozo del Señor es nuestra fortaleza".
En medio del conflicto y el temor, aférrate al Señor y pasarás por esa tormenta y saldras en victoria.

Aldo D. Monegal

Confianza

Hebreos 10:35-38 (NTV)
Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá!
Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora para seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces recibirán todo lo que él ha prometido.
«Pues, dentro de muy poco tiempo, aquél que viene vendrá sin demorarse.
Mis justos vivirán por la fe.* Pero no me agradará aquél que se aparte de mí»*.

La confianza, la fe nos hace permanecer, recordar las bendiciones pasadas las cosas que Dios hizo a nuestro favor, nos ayuda a no bajar los brazos en los tiempos difíciles.
La paciencia es fortalecida por las pruebas, cuando pasamos por tiempos malos siempre está latente la idea de volver atrás, de abandonar nuestro servicio o dejar de esforzarnos en ir a la iglesia o buscar al Señor, entonces viene la pregunta en nuestro interior ¿Que haremos sin el Señor, a dónde iremos ? Y seguimos adelante pese a todo. Esa es la paciencia de los Santos, el Apóstol Pablo dice que así se heredan las promesas, por medio de la paciencia y la confianza, con perseverancia. El Apóstol vivió toda clase de momentos difíciles, incluso estando enfermo pido al
padre que lo sanará, y Dios le respondió: Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en tu debilidad.
La promesa del Señor se cumple, así como sabemos que él volverá pronto por nosotros, aunque pasó mucho tiempo no debemos dejar de esperarlo, como si hoy fuera el día de su llegada.
La gran declaración de esta palabra que cito hoy, es : Más el justo por la fe vivirá..
Según Hebreos 11:1 "la fe es la certeza de lo que se espera la convicción de lo que no se ve", el mundo vive por lo que ven sus ojos naturales por lo que siente, pero nosotros los hijos de Dios, los "justos", vivimos por la fe, no vemos todavía las bendiciones que pedimos, no vemos el dinero que viene de Dios para suplir nuestras deudas, no sentimos el alivio del dolor de la enfermedad, en nuestro cuerpo, no se llenó el vacío interior de ese ser querido que partió, no alcanzamos todavía nuestros sueños, eso es en lo natural.
Pero por la fe en el Dios que para librar a su pueblo del enemigo, abrió el mar en dos, por la fe en el que por salvarnos dio su vida en la cruz y resucitó venciendo a la muerte, por la fe en este Dios, nuestro Señor, tenemos ya la prosperidad que necesitamos, somos sanos en el nombre de Jesús, el consuelo del espíritu Santo llena el vacío de nuestro corazón, y los sueños son materializados por el poder de Dios.
Por tanto no desmayamos, no bajamos los brazos no miramos para atrás, no somos de los que retroceden, somos de lo que avanzan, así que en este día repite: Dios me dio espíritu de poder amor y dominio propio, y todo lo puedo en Cristo que me fortalece, vamos por mas.

A.D.Monegal

El ejemplo de Jesús

Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
1 Pedro 2:20-21

A nadie le gusta el sufrimiento, ni ser golpeado en ningún sentido, la violencia es un flagelo de la humanidad y los más débiles son las víctimas más comunes. Todos fuimos en algún momento víctimas de la violencia, de ataques en todos los ámbitos, porque este mundo es violento sus códigos sociales utilizan la violencia o la agresión, como un medio para subyugar a otros, y para alcanzar los objetivos propuestos valiéndose de cualquier medio y así eliminar obstáculos.
Jesús padeció violencia cuando vino a este mundo, desde sus discípulos (Judas) hasta su familia que pensaba que estaba fuera de control, los gobernantes y líderes religiosos que lo condenaron, pero salió victorioso.
Hoy tenemos su ejemplo para seguir sus pisadas, porque no estamos llamados solo a creer sino a seguirlo como discípulos. Esto implica aprender y hacer lo que el maestro nos enseña, imitarlo en todo.
Es verdad que los ataques de los demás no son agradables, y causan dolor y desaliento, pero cuando volvemos nuestra mirada a la Cruz, entendemos que somos privilegiados por poder padecer igual que nuestro maestro. El Apóstol Santiago dice: gozaos cuando os halléis en diferentes pruebas, tenemos que entender estamos en la escuela de Jesús, y él fue traicionado, rechazado, odiado, fue golpeado y condenado a muerte injustamente, porque pensamos que nosotros no pasaremos por estas cosas?
Estando en el mundo sufrimos y soportamos a veces con razón porque cosechamos lo que sembramos, y ahora caminando con Jesús haciendo lo bueno no podemos soportar?
Jesús padeció por nosotros por amor, ahora nos toca a nosotros padecer por Él por amor.
No debemos tener temor, no hay carga ni prueba que pueda derrotarnos si permanecemos Unidos a Él, pero tenemos que estar dispuestos a todo.
Jesús prometió no los dejaré, estaré con ustedes para siempre, así que no te desanimes y bajes los brazos, si fuiste golpeado o traicionado gozate, perdona y ama, no devuelvas mal por mal, recuerda que no hay arma más poderosa que el amor de Dios.

A.D.Monegal

El vendrá y no tardará

No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;
porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
Hebreos 10:36-37

Hay un cansancio que agobia a los hijos de Dios, el mundo va en contra de los que quieren vivir agradando a su Creador, ir contra la corriente es cansador. Y cuando los incrédulos prosperan y son reconocidos, sentimos como un golpe en nuestro corazón, pero Dios es Juez justo, y él prometió que un día juzgará a todo ser viviente, incluyendo a su pueblo.
La Biblia dice que todo ayuda para bien a los que aman a Dios, y pasar por estas cosas no fortalece en la paciencia si nos mantenemos en fe enfocados en la confianza de sus promesas y fidelidad. La fe y la paciencia hacen que alcancemos las promesas del Padre Eterno, son virtudes necesarias que debemos desarrollar con la ayuda de Dios. Nuestra esperanza es saber que no fuimos abandonados, que no estamos solos en este mundo, Jesús volverá por nosotros así que estamos de paso por este mundo, no te apegues a las cosas de esta tierra porque somos pasajeros somos extranjeros aquí, Jesús viene pronto a llevarnos a los lugares que Él preparó para nosotros. Vamos amigo, amiga levanta los brazos en el nombre de Jesús, porque todavía tenemos que batallar hasta que El vuelva. El no tardará viene ya.

A.D.Monegal

Dejando toda ansiedad a sus pies

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.

1 Pedro 5:6

Empecé a andar, sonriendo y silbando. Le dije al diablo: "No voy a poner mala cara ni a preocuparme. Vine aquí a predicar y eso es lo que voy a hacer, y es asunto de Dios si alguien aparece o no. No me preocuparé por nada".

Estaba tan feliz que parecía un tonto. El diablo dijo: "¿Qué pasa contigo? ¿No eres lo suficientemente inteligente como para preocuparte por esto?" Supongo que la gente decía: "Me parece que él es muy tonto como para preocuparse. Creo que es porque nunca fue al seminario; no puede ver la diferencia entre una gran victoria y una aplastante derrota".

Pero le dije al Señor: "He echado mi ansiedad sobre ti, y si nadie viene excepto esa venerable anciana, ella va a ser la anciana que más se le haya predicado en el estado de Texas, porque voy a predicar como si hubiera una muchedumbre".

En ese entonces no me di cuenta de lo que estaba pasando. Mi despreocupación me puso en una posición en la que el diablo no podía hacer nada. Ya no podía meterse conmigo; no podía meterme más temor ni incredulidad; no podía presionarme para que hiciera concesiones porque ya no me importaba lo que pasara. Yo le había dado toda mi ansiedad al Señor.

¿Está usted preparado para librarse de la ansiedad? Si lo está, sólo haga la confesión de fe siguiente:

"Soy creyente; no soy incrédulo. La Palabra obra en mí; y en este momento me humillo bajo la poderosa mano de Dios. Echo toda mi ansiedad sobre Él. Desde este momento en adelante me niego a preocuparme. En vez de eso, oraré, usaré mi fe y creeré. Dios me exaltará sobre el problema y sobre el diablo. Porque yo pertenezco a Cristo y Él cuida de mí".

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