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Enciende mi lámpara


Salmo 18:28-32

 28  Enciendes una lámpara para mí. El SEÑOR, mi Dios, ilumina mi oscuridad. 29  Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército; con mi Dios puedo escalar cualquier muro. 30  El camino de Dios es perfecto. Todas las promesas del SEÑOR demuestran ser verdaderas. Él es escudo para todos los que buscan su protección.  31  Pues ¿quién es Dios aparte del SEÑOR? ¿Quién más que nuestro Dios es una roca sólida?  32  Dios me arma de fuerza y hace perfecto mi camino.


Dios enciende nuestra lámpara, nos libera de la oscuridad, todo lo que representa lo malo, y nos da temor es oscuridad, la luz es seguridad, confianza, paz. Con el Señor nada es imposible para nosotros, si nos aferramos a Jesús, seremos capaces de hacer cualquier cosa, la victoria es segura, los obstáculos no pueden detener a un hombre o mujer de fe. Esa confianza que genera la fe en su palabra, sus maravillosas promesas, llenan de alegría nuestro corazón, es bueno pensar y declarar en voz alta las promesas de Dios para sus hijos, porque con el corazón se cree y con la boca se confiesa, y Dios hace el milagro a nuestro favor.

Vivir confiando en Dios, nos da paz y descanso, aprender a depositar en él las cargas hace que todo sea diferente. Tenemos más claridad para ver la vida, tomar decisiones y hacer lo que hay que hacer, cuando Dios es el centro de nuestra vida, nuestro camino es perfecto, cómo dice el salmo. Por este motivo, Dios merece toda alabanza, él es único, Jesús es el Señor de Señores y Rey de reyes, el Dios de Israel es único, no hay Dios fuera de él.

En este día reconoce a Dios en tu vida, ora, alaba, y cree en su palabra, práctica los principios bíblicos, el amor , el perdón, la misericordia, y verás cómo tú vida se llena de alegría, por vivir en la voluntad de Dios. El Señor te guarde y te prospere, haga resplandecer su rostro sobre tí, y te de paz!

¡Bendiciones!

Andar en la luz

La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. (Romanos 13:12)

Desde el capitulo 12 de la carta a los Romanos, y todo el capitulo 13, está dedicado a los deberes que tenemos como hijos de Dios. En toda esta carta El Apóstol Pablo deja una enseñanza, y el centro temático es la salvación por Gracia. Esto quiere decir que no hay nada que podamos hacer para "merecer" la entrada al cielo, todas las obras altruistas, benéficas, o cualquier cosa que el ser humano haga para buscar el favor divino es inútil. Solo Dios nos salva y nos da su favor, por gracia, es un don de Dios, para todo aquel que quiere recibirlo. Una vez que nos arrepentimos y reconocemos que no merecemos de ninguna manera el favor de Dios, entendiendo que estamos perdidos, y que no hay salida posible, entonces estamos listos para recibir la salvación, al contemplar la cruz dónde Jesús murió en lugar nuestro, y resucitó para darnos una nueva vida. Así nosotros morimos con Jesús, y ahora estamos resucitados para vivir una nueva vida, por eso el Apostól Pablo dice: "ninguna condenación hay para los que están en Cristo" ya no hay juicio, ni condena para los hijos de Dios, así que desecha el sentimiento de culpa. Ahora vivimos en el Espíritu, la nueva vida que tenemos es la "vida de resurrección", recibimos una nueva naturaleza, por lo tanto nuestros hechos, palabras y apariencia, es transformada, ahora no podemos seguir haciendo lo que no agrada a Dios, no podemos resistirlo, ahora queremos vivir como Dios manda, no por imposición, sino por naturaleza. El versículo 13 dice: "desechen las obras de las tinieblas" la palabra nos recuerda que nada que pertenezca a la vieja vida debe permanecer en nosotros, desde el versículo 1 al 10 de romanos 13, hay una lista de indicaciónes, debemos pedir ayuda al Espíritu Santo que está en nosotros para que nos señale las cosas que aún persisten en nosotros y deben ser removidas. Luego dice:" y visitamos las armas de la luz" notemos que el énfasis está en la palabra "Armas de la luz" y hace referencia a qué nuestra vida en Cristo, confronta con el sistema de este mundo, la vida del Hijo de Dios no es pasiva, es activa y confronta las tinieblas y las obras que se hacen en ellas. Si no usamos las armas de la luz, somos oprimidos y absorbidos por las tinieblas. En la antigüedad las lámparas que alumbraban los hogares en la noche, debían estar llenas de aceite, y la mecha dónde ardía el fuego, tenía que estar limpia, y libre de hollín, para que su luz sea fuerte y no propaga mal olor en el ambiente. La enseñanza es vivir en una renovación constante, mantener la luz de Cristo ardiendo en nosotros, estar armados con las armas de la luz, que tiene que ver con la llenura del Espíritu Santo, que trae revelación, guía, y visión para el presente y el futuro inmediato, autoridad para vencer lo malo, y amor que es el arma más poderosa que el Padre Celestial no dió. Tomemos las armas de la luz destruyamos las tinieblas en el nombre de Jesús.

Un abrazo grande para todos!
Pastor Aldo.

Ya viene el día

La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. (Romanos 13:12)


En el reloj de Dios el tiempo está avanzando, el Apóstol Pablo escribió este versículo hace dos mil años, y ya estaba a punto de amanecer el día del Señor, cuánto más cerca estamos nosotros ahora, la palabra de Dios dice que para él, un día es como mil años y mil años es como un día, proféticamente pasaron dos días desde que Jesús pisó esta tierra. Podemos decir que el tiempo pasa, y no podemos detenerlo, los años se suceden como uno tras otro cada vez más rápido, la Biblia nos enseña a que no debemos perder el tiempo, porque un día todo se acabará. También individualmente la vida del hombre es limitada, y las horas que pierde no se pueden recuperar, por eso es importante disfrutar la familia, los hijos, las cosas que Dios nos regala, junto con el tiempo. Después dice: desechen las obras de las tinieblas; el mundo está en tinieblas, y vive compitiendo, envidiando, malgastando dinero y tiempo en lo que no conviene, en el versículo trece de este mismo capítulo dice: "Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia" nombra tres grupos de cosas comunes en este mundo, el vicio del alcohol y la comida en exceso, los pecados sexuales, y los pecados relacionales, contiendas, divisiones, envidias, todo esto son las obras de las tinieblas. El llamado es a cambiar, a ser honestos, a comportarnos cómo hijos de Dios, las armas de la luz son la gracia que Dios derrama en nosotros para vencer todo lo malo. No cambiamos por nuestro propio mérito, Dios nos ayuda nos equipa con todo lo necesario para vencer lo malo y andar en la Luz, estando preparados para el día del Señor.
Vístete de la luz del Señor y las tinieblas no tendrán poder sobre ti.

Bendiciones.

Ptr. Aldo.

La luz y la verdad

Envía tu luz y tu verdad; estas me guiarán, me conducirán a tu santo monte y a tus moradas. Me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo. Y te alabaré con el arpa, Dios, Dios mío.

Salmo 43:3-4

¡Qué palabra de triunfo! Ahora entiende el salmista lo que está haciendo Dios, guiándole paso tras paso al refugio definitivo de cualquier creyente en cualquier tiempo de prueba: la Palabra de Dios, que es la verdad de Dios juntamente con la luz. La verdad es la Palabra de Dios; la luz representa lo que usted entiende de ella. El salmista clama pidiendo entender la Palabra al leerla y pide luz, que surge de las maravillosas promesas para animar y fortalecer su corazón. Él dice: “Si tú haces esto, entonces mi corazón estará rebosante de gozo y alegría, y yo te alabaré con el arpa porque tú, oh Dios, eres mi Dios, mi Dios personal”. ¡Qué gran revelación es esta!

Llega un momento en todas nuestras vidas en el que descubrimos que el refugio definitivo para cualquier creyente es la Palabra de Dios; es lo que ha dicho Dios. Yo recuerdo un tiempo como este al principio de mi ministerio. Acababa de empezar mi trabajo en PBC cuando un joven que estaba teniendo graves problemas matrimoniales vino a verme para que le aconsejase, y yo intenté ayudarle de la mejor manera que me fue posible y posteriormente le guié a Cristo. Durante unas cuantas semanas se produjo un verdadero cambio en la vida de este joven. Consiguió aferrarse con firmeza a Dios, pero, como sucede con frecuencia, llegó un momento en que su fe fuese sometida a prueba, y se sumió en la desesperación. Un domingo por la mañana me llamó justo antes de la hora del culto y me pidió que le ayudase y que orase por él por teléfono. Yo le dije que en cuanto terminase la reunión en la iglesia, iría a verle. Cuando acabó el culto, fui a verle efectivamente. No contestó cuando llamé a la puerta. Encontrándomela abierta, entré y le busqué, y por fin le encontré en su dormitorio, muerto por su propia mano.

El resto de ese día me sentí angustiado, no sabiendo lo que hacer. Me sentí trastornado y no sabía si deseaba continuar en el ministerio, porque me parecía tan absurdo e inútil. Hice todo lo posible por encontrar ayuda. Estuve orando, pero eso no pareció consolarme. Estuve hablando con otras personas, intenté mantenerme ocupado, pero nada me funcionó. Finalmente, esa noche, temiendo no poder conciliar el sueño, mi esposa y yo sacamos nuestras Biblias y empezamos a leer. Hasta este día no recuerdo lo que leímos, pero sí recuerdo que cada palabra fue como un bálsamo, como un ungüento sanador para mi corazón. En esa época de profunda y oscura desesperación y frustración, el leer la Palabra sanó mi corazón.

Padre, qué agradecido me siento por este asombroso salmo y la manera en que fue una ayuda para mi corazón en tiempos de depresión. Señor, ayúdame a aferrarme a él y a usarlo en mi vida, sabiendo que esto fue escrito para mi instrucción.

Aplicación:

¿Dónde podemos buscar refugio cuando las circunstancias hacen que nos sintamos confusos y doloridos? ¿Qué don produce luz en nuestra confusión, verdad y gozo cuando estamos heridos?

R. Stedman

Despertar

Hechos 12:7

Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.


El sueño espiritual de Pedro, fue porque estaba en una cárcel encadenado y rodeado de guardias, o verdugos. Cuando nos disponemos a creer en Jesús y nos esforzamos por buscar su presencia, y anunciar a otros la buena noticia del Evangelio, puede venir algún tipo de persecución espiritual. Las dificultades nos desaniman, a nadie le gustan los problemas, y cuando el temor y la desesperanza nos invade, viene el adormecimiento del espíritu, sin darnos cuenta somos encadenados y puestos en prisión, por el enemigo para desactivar el propósito de Dios en nosotros. El Apóstol Pedro tenía una iglesia que oraba por él sin parar, y Dios envió ayuda de lo alto para liberar al Apóstol de aquellas cadenas, y abrir las puertas de la cárcel. No dejes que el adormecimiento espiritual te encadene, no te conformes con estar en la prisión del estancamiento, hoy Dios envía su ángel a despertarte para que seas libre, y tu vida se ilumina con la luz de la presencia de Dios, las cadenas caerán de tus manos, y las puertas de esa cárcel que te detenía, se abren en el nombre de Jesús. Escucha la voz de DIOS que te dice: levántate, vístete, calza tus pies, despierta, hoy es el día de tu liberación, hoy es el día de tu restauración espiritual y física, vuelve a servir al Señor, Dios te quiere activo y despierto, no es tiempo de dormir, y mucho menos de estar encadenado en prisión, porque Cristo nos hizo libres. Levántate resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová brilla sobre ti..

Bendiciones a todos.

Pastor. Aldo D. Monegal

Entre luz y tinieblas

(Devocional corto)

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo;el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Juan 8:12

Las tinieblas, son oscuridad, significan confusión, caminar sin rumbo, estar perdido, sin ver. Estar en oscuridad es andar a tientas, sin visión, es vivir engañados por la mentira. Hay pocas expectativa para los que viven en tinieblas, todos los días son grises, viven una falsa felicidad, y se refugian en pequeñas cosas que los distraen del vacío que sienten en sus corazones, por causa de las densas tinieblas de sus vidas. Jesús es la luz porque es todo lo contrario a la oscuridad, cuando vivimos en la luz, sabemos quiénes somos y hacia dónde vamos, tenemos visión para mirar hacia dónde nos dirigimos y elegir el mejor camino, que es Cristo, en todo sentido. La luz en esperanza, fe, bendición, verdadera alegría, que que tiene la luz de Cristo vive en bendición continúa, y ve un futuro glorioso para él y sus seres queridos. El que halla la luz de la vida, ya no está en tinieblas, porque fue libertado de las cadenas de la mentira, el engaño de satanás, y del yugo del temor. Jesús es la luz de la vida, hoy es el día de seguir a Jesús, porque en él está todo lo que necesites para vivir una vida de abundancia, espiritual, familiar, y eterna!

Sigue a Jesús, la luz de la vida, y se libre de la oscuridad hoy.

Pastor Aldo.

Jesús es luz

El pueblo que camina en oscuridad verá una gran luz. Para aquellos que viven en una tierra de densa oscuridad, brillará una luz.
Isaías 9:2

Dios no se olvida de ti , el Señor es bueno y siempre da nuevas oportunidades. Aunque hoy estés transitando por lugares oscuros, Jesús te alumbrará con su presencia, te irá a buscar para rescatarte. El profeta Isaías declara en el versículo 1 de este mismo capítulo: "Sin embargo, ese tiempo de oscuridad y de desesperación no durará para siempre."
El día se compone de luz y oscuridad, de noche y de día, la vida también tiene tiempos de oscuridad y tiempos de luz, aunque los tiempos tengan variaciones, debemos entender que Dios no cambia, el es inmutable, eterno siempre fiel y verdadero.
Creer en Jesús es saber que no importa el momento que estemos viviendo, sea bueno o malo, el está con nosotros, y esa oscuridad no durará mucho, porque el promete hacer brillar su luz sobre tí.
La Biblia dice : "aunque ande en valle de sombra y de muerte, Jehová será mi luz", esa es la fe del que confía plenamente en el Señor, no importa el tiempo que estás viviendo, Jesús es la salida, en el está tu esperanza y los que esperan el El no serán avergonzados.

Pastor. Aldo D. Monegal

La certeza de la fe

Un caso de muerte repentina nos puede poner, súbitamente, ante esta pregunta  «¿Cuál  es tu úni­co consuelo, tanto en la vida como en la muerte?» El mismo Catecismo de Heildelberg,  nos da esta res­puesta: «Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la  muerte (Rom. 14:8), no me pertenezco a mí mismo (1 Cor.·6: 19), sino a mi fiel Salvador Jesucristo (1 Cor. 3:23; Tít. 2:14), que me libró de todo el poder del diablo (Heb. 2:14; 1 Jn. 3:8, Jn. 8:34- 36), satisfaciendo enteramente con su precio­sa sangre por todos mis pecados (1 Pe. 1:18-19; 1 Jn. 1:2; 2:12), y me guarda de tal manera (Jn. 6:39; 10:28; 11 Tes. 3:3; 1 Pe. 1:5) que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer (Mt. 10:30; Le. 21:15)°, antes es necesa­rio que todas las cosas sirvan para mi salvación (Rom. 8:28). Por eso también me asegura,  por su Espíri­ tu Santo, la vida eterna (II Cor. 1:22; 5:5; Ef. 1:14; Rom. 8:16) y me hace pronto  y aparejado para vi­ vir en adelante su santa voluntad» (Ct. de Heildelberg. Dom. 1).

En esta contestación se confiesa que nuestro único consuelo es ser posesión de nuestro fiel Salvador Jesucristo.

Sin embargo, ¡con cuánta dificultad nos expresamos sobre este asunto!  Si alguna vez se pudiese hacer una encuesta acerca de la certeza de la fe, no me sorprendería que en muchos se diese más duda que certeza. ¿Cómo se­ ría esto posible? ¿Por qué falta en tantos esa go­zosa y pacífica certeza del salmista?: «Jehová es mi pastor; nada me faltará» (Sal. 23:1). ¿Cuál es la causa de que en muchos prevalezca la duda? ¿Y por qué muchos no se atreven a decir con el apóstol Pablo: «Estoy seguro de que ninguna cosa nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro»? ( Rom. 8:38-39).

Cualquiera que pueda ser el origen de ello, es­ pero estemos de acuerdo en una cosa,  a saber: que la culpa no estriba en el SEÑOR, nuestro Dios.  Sé muy bien que en círculos bastante amplios se le censura a Dios, argumentando como disculpa: «La certeza es algo que ha de dársele al hombre»; o «El hombre tiene que volver a nacer»; o «Si no soy elegido, tampoco puedo cambiar en nada.»

Con estas y otras excusas, realmente se echa la culpa a Dios de la propia duda e incertidumbre; aunque, es verdad, nadie se atreva a decirlo abier­tamente. Estaremos de acuerdo en que tal manera de hablar es impía, y que hemos de guardarnos de ella.

Cuando el Señor Jesús encuentra duda e incre­dulidad en sus discípulos, se lo recrimina, dicien­do: «¿Por qué dudaste»? (Mt. 14:31 ); o: «¿Cómo  no tenéis fe?» (Me. 4:40), o: «No seas incrédulo» (Jn. 20:27).  No; lejos de nosotros esté el poner a la cuenta del SEÑOR nuestra incredulidad, poca fe y duda. Pablo diría: ¡Eso nunca!

Tampoco tenemos que echar la culpa al diablo. No digo que el maligno no tenga intervención cuando la duda y la incredulidad se multiplican en la iglesia. Pero esto no nos exime de nuestra pro­pia culpa. ¿Por qué preferimos escuchar al padre de mentira, antes que a la ver dad de Dios? Tampoco debemos echar la culpa a la tradición, a la predicación, a la educación, a nuestra predis­ posición y a nuestro carácter.

Es verdad que todas estas cosas tienen influen­cia. Igualmente es verdad que para muchos se pueden traer a colación circunstancias atenuantes, y que el SEÑOR las tendrá en cuenta.

Hay ovejas del rebaño de Cristo, a las que se tiene enflaquecidas por una dirección y formación no escriturísticas. La responsabilidad de tales embauca­ dores y educadores es más grande que la de las ovejas, las cuales han sido de tal modo pastoreadas y ali­ mentadas que están raquíticas. Pero todo esto, sin embargo, no quita que la duda y la incredulidad nos hagan responsables ante Dios, y que sea nuestra propia culpa cuando, rodeados  por  los  tesoros de la gracia de Dios en Cristo Jesús, no sabemos si somos propiedad de El.

No disculpemos nunca la duda y la incredulidad. La duda es incredulidad.

Cuando ponemos algo en duda, es que no lo creemos. El apóstol Santiago coloca frente a fren­te la duda y la incredulidad. En el cap. 1, v. 6, es­cribe. «Pero pida (sabiduría) con fe, no dudando nada». La duda fluye de un corazón incrédulo; y la incredulidad hace a Dios mentiroso. Nadie se atreva a decir que esto último no sea pecado. Pues bien, por la misma razón nadie ha de decir que la duda y la incredulidad no sean pecado. Si dudamos, si somos de poca fe, si somos incrédulos (todo esto viene a ser lo mismo), entonces pensamos raquítica­ mente de la gracia  de Dios, nos  fiamos  muy  poco de la gracia de Dios,  y  no confiamos  en  la  gracia de Dios.

La gracia de Dios es incomensurable e incom­prensiblemente grande, y supera en gran medida a todo lo que se encuentra en el mundo de los hom­bres.

La gracia de Dios es y continúa siendo el fundamento de la salvación para el  impío.  Pero  también  lo  es para el creyente. La justificación del impío no es sim­plemente un estadio inicial del cual, más tarde, salimos a flote. Que Dios absuelve la culpa y el castigo a  los  impíos, y les dé derecho a la vida eterna, esto -digo- continúa siendo el ‘ancla del alma’ (cf. Heb. 6:9), hasta en la hora de la muerte.

El único f-undamento de la salvación es, pues, que Dios nos amó, y que Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por los hombres pecadores,  y que  el Espíri­ tu Santo nos dio y nos da Su comunión con El por gracia. Una y otra vez hemos de  buscar  la  vida  y la salvación fuera de nosotros, es decir, en Jesucristo, por medio de la fe. Y donde esto no se verifica, allí se viene a caer siempre en el terreno pantanoso de  la duda.

Dr. H. J. Jager (UCL)

Iluminados

Mateo 5: 14-16
»Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse.
Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa.
De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial.

Dios los bendiga en este día!
La bendición de Dios se recibe y se comparte, nosotros siempre estamos pidiendo a Dios cosas para nosotros y nuestra familia, pero también somos llamados a compartir lo recibido. Jesús nos ilumina, nos rescata de la oscuridad, pero no solamente somos trasladados de la obscuridad a la luz, también somos transformados en luz. Por eso Jesús dice: ustedes son la luz del mundo.. de quienes está hablando Jesús? De los que somos sus servidores!
Esta palabra nos habla de una responsabilidad que tenemos como hijos de Dios, es iluminar con la luz que hay en nosotros la oscuridad que hay en el mundo.
Somos luz, la luz no es pasiva, es activa se mueve a una velocidad tremenda, y donde entra cambia el ambiente con su presencia, no es lo mismo una habitación oscura que una bien iluminada, así también el que camina en oscuridad tropieza, se golpea y se equivoca de camino, pero el que camina en luz ve por dónde camina y sabe a dónde va.
Nosotros estamos llamados a ser luz, porque esa es nuestra naturaleza, cuántos de los que te rodean están en oscuridad? Deja que la luz de Jesús que vive en tí, los ilumine!
Y si por algún motivo sientes que no estás habitando a la luz de la presencia de Dios, cierra tus ojos y ora al Señor diciendo: Padre Celestial, padre de las luces, lléname con la luz de Jesús, ilumina, con la luz de tu Santo Espíritu, en el nombre de Jesús!

Que Dios te bendiga!

Aldo D. Monegal

Los ojos del espíritu

Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.
2 Reyes 6:12

Una de las bendiciones que recibimos cuando entregamos nuestro corazón a Jesús es visión espiritual. El Señor dijo: "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas", Juan 8:12. Nuestros ojos no pueden ver en la oscuridad, sin luz estamos cegados no sabemos dónde estamos ni a dónde vamos, en lo espiritual pasa lo mismo cuando no tenemos visión no sabemos dónde vamos ni donde estamos.
Por eso es importante entregar nuestro corazón a Jesús, para ser salvos y vivir en su luz, a nadie le gusta estar a oscuras necesitamos habitar en la luz de la presencia de Dios. Pero hay personas que conocen al Señor pero viven sin visión, puede ser que estén dentro de una iglesia sirviendo y por algún motivo no tener visión. El siervo del profeta Eliseo experimentaba los hechos sobrenaturales que Dios hacía por medio del profeta, pero no tenía visión. La visión espiritual que Dios nos da, hacen que podamos ver las circunstancias que nos rodean desde otra perspectiva, desde los ojos de Dios, nuestra visión natural hace que tengas una  perspectiva humana, todo se vuelve un problema, vemos solo obstáculos, montañas delante nuestro, enemigos invencibles, los ojos naturales ven la imposibilidad, pero cuando Dios abre nuestros ojos Espirituales, miramos más allá podemos ver la mano de Dios a nuestro favor en todo, podemos ver que todo los que se levanta contra nosotros es pequeño comparado con el poder de Dios que nos respalda, entonces el temor de va, la ansiedad desaparece y la fe en Dios se fortalece de tal manera que los montes de apartan de nuestro camino, los gigantes son como hormigas delante nuestro, y en medio de la amenaza podemos ver los ejércitos celestiales y los carros de fuego a nuestro alrededor.
Pide a Dios que abra tus ojos, que puedas ver con tu visión del espíritu las maravillas que Dios está haciendo a tu favor, y la paz de Jesús llenará tu vida con una confianza sobrenatural.

A. D. Monegal

Es tiempo de despertar

Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño.
Zacarías 4:1

Hoy tenemos que despertar del Sueño espiritual, dormir espiritualmente es peligroso, porque estamos indefensos frente al ataque del enemigo, y nuestros sentidos de alerta espiritual están inactivos, cuando dormimos soñamos y los sueños son como vivir una ilusión, algo que está fuera de la realidad.
La Biblia dice : despierta tú que duermes y te alumbrará Cristo.
Cuando dejamos de orar o leer la palabra de Dios, cuando dejamos de reunirnos con nuestros hermanos en la fe, corremos el peligro de dormir espiritualmente.
Podemos estar dormidos en el espíritu, y estar llenos de actividades, una de las características del Sueño espiritual, es que nuestra conciencia se adormece, parece que estamos despiertos por no es así, y es cuando podemos recibir palabras que no provienen de Dios, falsas enseñanzas, o podemos ser engañados por falsos hermanos, que los hay. Cuando dormimos dejamos de tener comunión íntima con el Espíritu Santo y buscamos estímulos espirituales en lo externo, buscamos respuestas en la gente, ayuda fuera de Dios nuestro Padre, muchos terminan desviándose a herejías y falsas religiones.
Así es de peligroso el dormir espiritualmente, pero hoy Dios envía su ángel, para despertarte del Sueño, como a Zacarías, fue despertado como un hombre se despierta de un Sueño.
Cuando vemos la verdad tal cual es, cuando empezamos a palpar la realidad espiritual es como despertar de un sueño.
Job dijo : de a oídas te había oído mas ahora mis ojos te ven.
En este Día Jesús te alumbrará con su luz y tus ojos se abrieran, despertarás de todo sueño Espiritual para arrebatar las bendiciones que Dios tiene para tu vida.

A. D. Monegal.

Antes que la lámpara de Dios se apague

1 Samuel 3: 1-4
Resalta la frase final del ver 3, .."antes que la lámpara de Dios fuese apagada"

Estamos a las puertas del Avivamiento más impresionante de todos los tiempos. El sistema sacerdotal, religioso estaba llegando a su fin, Eli ya no veía, su visión se oscureció, pero en contraste se estaba preparando lo nuevo, lo Profético representado en el joven Samuel.
El sistema religioso, autoritario, monopolico, que apagó la sobrenatural manifestación del Espíritu de Dios, como en los tiempos de Eli, logro que "la palabra de Dios fuera escasa, y no haya visión, revelación"(vers 1); pero Dios no permitirá que la lámpara se apague !
Así como Samuel crecía y se fortalecía, sirviendo a la vista de Eli, hay una generación apostólica y profética que está creciendo, sirviendo y formándose, una generación que traerá la reforma de Dios, como lo hizo con Samuel quito lo religioso y estableció lo Profético, la presencia de Dios abandonó "silo" pero se volvió a ver en "Rama".
Este año 5777 es de activación profética, los Samueles que están serviendo en el anonimato, marcando un contraste entre los verdaderos adoradores y los que no lo son, serán activados!
Escucharan el llamado de Yeshua, muchos por primera vez, y aprenderán a decir: habla Jehová porque tú sierv@ oye !

Viene tu llamado siervo sierva de Dios, nada pasa desapercibido para el Padre, prepárate.. descansa como Samuel cerca del arca en el templo, en la presencia de Dios, porque antes que la lámpara de Dios sea apagada, viene tu llamado, viene la intervención de Dios en tu vida, tu familia, tu salud y Ministerio.

A.D.Monegal

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