Los hábitos del Rey

Salmo 5:1-3

 1 Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir.
 2  Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.
 3  Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré. 


La palabra de Dios instruye por medio de la vida de hombres y mujeres de Dios que confiaron en sus promesas y son ejemplo de devoción y alabanza. El rey David fue un hombre que tuvo diferentes características como hombre de Dios, fue un adorador, un soldado, fue un servidor en la corte del rey Saúl, fue poeta, también fue un líder, hasta llegar a ser Rey, además fue profeta. Pero entre todas estas virtudes nombradas en la vida de David, también encontramos que fue un hombre que cometió grandes errores, como por ejemplo el adulterio, el crimen de Urías, y muchas cosas más, este hombre de Dios hizo proezas, pero también cometió muchos errores, eso es para que la gloria sea únicamente para Dios, así aprendemos que los hombre que fueron elegidos por Dios no eran perfectos. 

Pero una de las cosas más valiosas que aprendemos de la vida de David, es su humildad al reconocer siempre su necesidad del perdón de Dios, reconocer su pecado, saber que su fuerza o poder político no es suficiente para él, por eso en sus Salmos siempre encontraremos a un David humillado delante de su Dios, reconociendo que sin su ayuda no puede vivir. Un hombre de oración, un adorador, y estudioso de la palabra de Dios, fue lo que hizo de David alguien especial para el Señor, al punto de nombrarlo precursor del Mesías. Hoy aprendemos uno de los hábitos de ese hombre que de la nada llegó a ser Rey de una nación, la oración el ruego y la súplica delante de Dios fue lo que marcó la diferencia. "De mañana me presentaré delante de tí, y esperaré tu respuesta" que Dios escuche tu voz cada mañana. 


P. Aldo

La espada del Espíritu

Hebreos 4:12-13 (NTV)

 12  Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. 
 13  Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

No hay nada oculto para Dios, nada que se pueda esconder a su mirada, ante él estamos desnudos. Entender  el estado en el que estamos ante su presencia, nos hace ver la realidad sobre nosotros mismos, y entendemos que no podemos vivir sin estar en comunión con nuestro Creador. La palabra de Dios, es espíritu, Dios es espíritu, Jesús es la Palabra encarnada, cuando la Biblia habla de la Palabra como una espada, está diciendo que Dios lo penetra todo hasta la fibra más íntima de nuestro ser, que no podemos ocultar nada, el nos ve tal como somos. Dios es amor y nos recibe a pesar de los defectos que tratamos de esconder, nos ama aunque todavía hay cosas que debemos abandonar. 
No podemos resistir su obra, y evadir su llamado, no podemos escondernos de Dios, ni tapar nuestra desnudes, y cuanto más luchamos contra su voluntad, más daño nos hacemos, y esto también es la voluntad de Dios, para hacernos entender que estamos equivocados.
Dejemos que la presencia de Dios, entre en todas las áreas de nuestro corazón, como una espada que separa, que identifica cada cosa visible y oculta dentro de nosotros, porque está espada no nos daña, nos sana y nos da vida.
Es tiempo de rendirnos ante aquel, que todo lo ve, esto es ganar la batalla contra nosotros mismos, y contra el enemigo de nuestra alma. Vivir sin ocultar nada, ante Dios y ante el mundo, es tener abundancia de paz, es descansar en los brazos de aquel a quien todos debemos rendir cuentas.

 

Dios los bendiga!

P. Aldo D. Monegal

Lo único que importa es Jesús

Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
Filipenses 2:21

La naturaleza humana tiende a ser egoísta, es un sentimiento que está presente en todo lo que hacemos y somos. En la vida del Reino de Dios, el egocentrismo ya no tiene lugar, Jesús enseñó que es necesario negarse a si mismo para poder ser su discípulo, la exaltación del yo no es compatible con la nueva vida en Cristo Jesús. El mundo dice: "primero tú" y Dios dice: primero Dios, después mi prójimo, y Dios se encargará de mí.
Este versículo de filipenses habla de Timoteo, el colaborador del Apóstol Pablo, un joven que servía a Dios sin buscar su propio beneficio, estaba enfocado en las prioridades de Cristo. Está cualidad tiene que ver con el Amor de Dios, en 1 Corintios 13:5 dice no busca lo suyo, así es el amor de Dios.
La palabra de Dios es el parámetro con el que podemos medir hasta donde hemos crecido en la fe, si aún seguimos viviendo para nosotros mismos todavía no comenzamos a seguir a Cristo.
El Apóstol Juan dice: el que teme no fue perfeccionado en el Amor, porque el verdadero amor hecha fuera el temor. Podemos decir que el que sigue siendo egoísta, mentiroso, infiel, desleal, o que practica cualquiera de las costumbres que la Biblia califica "pecado", todavía no conoció a Jesús.
Hoy día hay tanta exposición por medio de las redes sociales, se puede ver el nivel de egocentrismo que hay en la gente, y en los creyentes por igual, esto me recuerda la palabra de Dios en el Salmo 14 "todos se desviaron, a una se han corrompido" pero aún hay esperanza, si vamos a Cristo y logramos destronar nuestro yo, para dejar que Jesús ocupé el trono de nuestro corazón, todo cambiará.
Que las virtudes de nuestro Padre Celestial se dejen ver cada día más claras en nosotros sus hijos, busquemos las cosas de Dios que Jesús sea nuestro centro.

P. Aldo.

El desierto

Deuteronomio 8:2 (NTV)
Recuerda cómo el SEÑOR tu Dios te guió por el desierto durante cuarenta años, donde te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus mandatos.

El desierto, es un lugar de aflicción, es el lugar donde somos humillados, allí aprendemos que no somos autosuficientes, en el desierto no hay nada, ni nadie, allí es donde estamos a solas con Dios.
En el desierto tomamos las decisiones más trascendentes de nuestra vida. Si estamos allí perdidos, clamar a Dios, es la mejor opción, pero si somos llevados por Dios, no hay porque temer, porque el nos guiará, a cada paso que damos, y aprenderemos a depender de nuestro Padre, pero también nos encontraremos con nuestras debilidades y fortalezas, allí no solo conocemos a Dios, también nos conocemos a nosotros mismos.
Dios quiere que tengamos el carácter de Cristo, estamos llamados a ser semejantes al Señor, la escuela de Dios tiene materias que solo se aprueban pasando por la cátedra del desierto.

Dios te librará y te llevara a una tierra de abundancia en todos los sentidos!

P. Aldo

Transparencia

Transparencia


Salmo 32:3-5 (NTV)

 3  Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día. 
 4  Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. 
 5  Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al SEÑOR», ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. 

Es importante la oración en secreto con Dios, porque es allí donde podemos sincerarnos con Él, y confesar todo lo que hay en nuestro corazón. Dios libera de las cargas, de las culpas, que llevamos sobre nosotros, estas cosas ocultas son las que no nos permiten disfrutar de la bendición de Dios, y son puertas abiertas a espíritus de opresión.
Este Salmo nos enseña por medio de la experiencia del Salmista, que es necesario confesar a Dios todas nuestras transgresiones, también todo aquello que nos genera culpa, y las cosas que nos dañaron a tal punto que llegamos a anular nuestra memoria para no recordarlas. Es Dios mismo hablando por medio de su palabra, para darnos la salida y señalar el camino a la libertad y la bendición divina. La salud, la paz interior, el poder disfrutar de la vida cada día, es lo que Dios quiere para nosotros, y es posible si obedecemos a sus mandatos. 

Salmo 32:1-2 (NTV)
 1 ¡Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubre su pecado!
 2  Sí, ¡qué alegría para aquellos a quienes el SEÑOR les borró la culpa de su cuenta, los que llevan una vida de total transparencia! 


Bendiciones!

P. Aldo

El camino a la restauración

Salmo 51:9-13
 9  Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
 10  Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
 11  No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
 12  Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
 13  Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.


El Espíritu Santo es el agente divino que nos hace ver cuál es nuestra condición espiritual delante de Dios. Cuando el rey David pecó contra Dios, con Betsabe mujer de Urías (2 Samuel 11) no tomó conciencia de la gravedad de su pecado, hasta que fue confrontado por la palabra de Dios (2 Samuel 12) 
En pecado "cauteriza" la conciencia (1 Timoteo 4:2) David cedió a la tentación de tomar a Betsabe, adultero con ella, y cuando quedó embarazada, terminó matando a su esposo para ocultar aquel adulterio. David adulteró, mintió, engañó y usó su autoridad real para asesinar a Urías a manos de los enemigos de Israel. De un momento a otro, el Rey David se convirtió en una persona vil y despreciable, el salmista adorador, el profeta autor de muchos Salmos, olvidó que es imposible esconderse de Dios. El pecado es como un veneno que adormece la conciencia y el espíritu, estar en esa condición es vivir engañado, creyendo que todo está bien, que Dios no toma en cuenta nuestro error, y así nos seguimos hundido en el barro del pecado, hasta morir espiritualmente. 
Notemos que David despertó cuando fue confrontado con la palabra de Dios, por el profeta Natan. El Profeta refirió una historia sobre un hombre injusto, David reaccionó con juicio contra aquel hombre, pero el Profeta le dijo: ese hombre eres tú. 
Cuando estamos en pecado, y tapamos nuestros errores, llegamos al punto de creer que somos más astutos que Dios, no sentimos culpa, nos auto-justificamos, estamos ciegos, sin ver cuál es nuestra condición delante de Dios, sentimos que podemos juzgar a los demás, pero nosotros no somos juzgados. Por eso Natan le hizo ver a David su condición ante Dios, por medio de una parábola. 
Sólo cuando reconoció su pecado, confesó ante Dios su error, pudo entrar por medio del arrepentimiento a la gracia de Dios para ser restaurado. 
No dejes que los errores te alejen de Dios, el Espíritu Santo, puede ayudarte a ver cuál es tu condición espiritual, la única forma de vivir bajo la bendición de Dios, es ponerse a cuentas con él, por medio del arrepentimiento, y el cambio de actitud, reconocer los pecados es el camino a la salvación, y la liberación de toda esclavitud.


P. Aldo. 

El ejemplo de Elías

El ejemplo de Elías


Santiago 5:17
17  Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
 18  Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.

El profeta Elías es uno de los personajes más admirados del antiguo testamento, su misterioso origen, y su ministerio en la época de mayor apostasía de Israel (1 Reyes 17) los hechos poderosos con los que Dios respaldó su ministerio, y su partida de este mundo "sin ver muerte", son algunos de las cosas que destacan a este Profeta. Elías también fue precursor del ministerio de Jesús, por medio de Juan el Bautista, Dios anunció que antes de la aparición del Mesías, vendría Elías para preparar el camino. El profeta Elías aparece junto a Moisés hablando con Jesús, en el monte de la transfiguración, sin dudas Elias es un referente profético de parte de Dios.
Pero este Profeta usado por Dios, no solamente fue atacado por los enemigos de Dios, también sufrió algunas crisis emocionales y ministeriales, tan fuertes que deseaba que Dios le quite la vida. 
Elías era un ser humano común como cualquiera de nosotros, aunque al pensar en las maravillas de Dios que rodearon su vida nos lleve a pensar que era un ser superior, no fue así, su ministerio nos deja una gran enseñanza, y el apóstol Santiago destaca algo muy importante que debemos rescatar de todas las cosas que podemos aprender de este tremendo Profeta.
La perseverancia en la oración es la clave para alcanzar las metas y lograr ese milagro que estamos necesitando. Elías oró, para que no lloviese sobre la nación de Israel, en señal de castigo divino por causa del pecado de sus gobernantes y parte del pueblo, y no llovió durante tres años y medio, hasta que volvió a orar pidiendo a Dios que llueva sobre Israel. Pero además en los momentos de mayor crisis Elías oraba, él vivía en la presencia de Dios por medio de la oración, tenía una relación vital con el Señor.
En resumen, si estamos necesitando un milagro, si tenemos el deseo de vivir en victoria entonces busquemos fervientemente en oración a Dios. Una vida de oración es la clave, para una vida llena de poder y victoria en el nombre de Jesús.


P. Aldo.