Ver a Dios

Salmo 8:3-4

 3  Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,
 4  Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?

Ver la inmensidad de la creación, nos hace sentir insignificantes, es un sentimiento parecido al que tuvieron los profetas al estar delante de la gloria de Dios. La velocidad con la que vivimos en el siglo veintiuno, no deja que contemplemos con más frecuencia la creación de Dios, tenemos menos tiempo para reflexionar, buscar a Dios en oración. Experimentar ese sentimiento de insignificancia, nos hace saber que nuestra existencia en la tierra es corta, nos hace entender el valor de la vida, de la nuestra y la del prójimo.
Por eso Dios nos muestra cada noche el firmamento, nos abre una ventana a la profundidad del cielo, para que recordemos su grandeza y veamos nuestra frágil humanidad. Lo más glorioso de todo esto es que ese Dios tan grande se interesa por nosotros, no somos insignificantes para él, nos ama, fuimos hechos a su imagen y semejanza, el Dios que hizo la luna y las estrellas con sus manos, también nos hizo a nosotros. La biblia dice que la creación adora a Dios, nosotros somos parte de esa creación, pero con la capacidad de contemplar, meditar y alabar, fuimos creados para alabar a Dios. Cada vez que veas los cielos, recuerda este Salmo,  medita diciendo: "quién soy yo para que Dios me visite" y estarás en condiciones de comenzar a adorar a Dios en el espíritu. Todo lo que nos rodea nos habla de Dios, no es posible ignorarlo, la vida tiene verdadero significado cuando Dios está en el centro de nuestro corazón.

¿Quieres ver a Dios? Contempla el cielo y las estrellas que él creó.


Ap. Aldo

Sin desmayar

Isaías 40:27-31(NTV)
27  Oh Jacob, ¿cómo puedes decir que el SEÑOR no ve tus dificultades? Oh Israel, ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos? 
 28  ¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido? El SEÑOR es el Dios eterno, el Creador de toda la tierra. Él nunca se debilita ni se cansa; nadie puede medir la profundidad de su entendimiento. 
 29  Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles.
 30  Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan, y los hombres jóvenes caen exhaustos.
 31  En cambio, los que confían en el SEÑOR encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán.

Es fácil caer en el desánimo y levantar quejas hacia Dios cuando el cansancio físico, y emocional comienzan a desgastar la confianza en sí mismo.
Pero los cristianos no están llamados a confiar en sí mismos, sino en Dios. Es necesario hacernos la siguiente pregunta: ¿Dónde está puesta nuestra confianza, en nosotros, en los hombres, o en Dios?
Para los que dejaron de confiar  en Dios, y confían en sus propias fuerzas limitadas no pueden vencer las presiones de la vida, se agotan bajo las dificultades, y pierden las esperanzas, estos son los que dicen:
"Dios no escucha mis oraciones" " el Señor no defiende mi causa" "Por más que clame a Dios, él se desentiende de mí" los que piensan de esta forma, realmente no conocen a Dios.
Nuestro Dios es todopoderoso, es sobrenatural, por eso creemos y confiamos en él, todo lo demás es limitado, en tiempo y en fuerzas, no es suficiente ser joven, fuerte o inteligente para tener victoria en la vida, tampoco suerte. Solo los que confían en Dios son los que permanecen en pie. Dios nunca abandonará a los que confían en él, y ellos serán fuertes, sabios y victoriosos por qué Dios está con ellos. Estos versículos terminan con una de las promesas de Dios, más maravillosas que tenemos los que confiamos en él: "En cambio, los que confían en el SEÑOR encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán."

Que se llene el cielo

Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. (Lucas 15:10)

Jesús fue criticado por los religiosos, por juntarse con personas marginadas, gente que era rechazada por la sociedad Judía. En este capítulo del evangelio de Lucas, Jesús habla sobre la misericordia de Dios hacia todos los hombres.
Dios es amor, y lo demostró por medio de Jesús, su obra cumbre es la crucifixión, pero en todo el ministerio de Jesús cada acto y cada enseñanza demostraba el amor y la misericordia del Padre.
Jesús vino a buscar a los pecadores, y él continúa buscando a los perdidos aún hoy, y lo hará hasta su regreso en gloria. La tarea de ir por los pecadores está asignada a la iglesia, que somos nosotros los que creímos y somos hijos de Dios, nosotros también fuimos rescatados por Jesús, estábamos perdidos, y él nos encontró,nos salvó y el cielo se alegró. 
Ahora como portadores de la presencia de Dios, debemos seguir con el ministerio de Jesús, llevando el mensaje de salvación a los perdidos, buscando a los que salieron del rebaño, y a los que están atrapados en el pecado.
Hacer la tarea que Jesús nos asignó, es difícil, pero no imposible, el Señor pone todos los recursos divinos a nuestra disposición, y es una tarea que al final del día nos llena de gratificación. 
Jesús dijo den de gracia lo que de gracia recibieron, vamos por los perdidos, por los marginados, deja que Dios use tu vida, para manifestar  el amor de Jesús al mundo, habla de Jesús, consuela al afligido, abraza al abandonado, diles que hay una buena noticia hay salvación y vida eterna en Jesús.
Mucha gente se va de este mundo cada día, sin Cristo en el corazón, y se pierden para siempre, no dejemos que esto sea así, oremos y actuemos para que el cielo se llene de almas salvadas, Jesus pagó un alto precio por la salvación de los perdidos, oremos para sentir la pasión  que sintió Jesus por la salvación de las almas. Que comience la fiesta en los cielos! 


P. Aldo 

Tres consejos

Hebreos 10:23-25 (NTV)
 23  Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.
 24  Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones.
 25  Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.


La palabra de Dios nos anima, nos consuela, fortalece nuestra fé. En estos versículos de la carta a los Hebreos, leemos tres consejos de parte de Dios para nosotros.
Primero nos habla de perseverar en lo que creemos, como el primer día que nos acercamos a Dios , con entusiasmo y esperanza  de recibir un milagro. Vivir cada día según lo que creímos, confiando en las promesas de Dios, porque no hay nada imposible para el que cree, y sus promesas cubren todas las necesidades de esta vida, y de la Eternidad. 
En segundo lugar, nos aconseja ocuparnos en las cosas que Dios nos manda a hacer, el servicio a los demás hermanos, y la ayuda a la gente que está en crisis y sin Dios, orar por los demás, y hablarles de Jesús, motivar a los hermanos trabajar para Dios. 
Por último Dios nos manda a no dejar de congregarnos, ir en la iglesia es un mandato de Dios, porque Jesus dijo: donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estaré. La iglesia es el "cuerpo de Cristo" para estar unidos a Dios, es necesario ser partes  de la iglesia, no es posible seguir a Cristo, sin cumplir con sus mandatos.
La iglesia es el ámbito de su presencia, allí es donde Dios nos bendice, nos transforma, es donde nos encontramos con nuestro Padre, para oír su voz, y hablar con él.
La promesa más grande que creemos, es que Jesús volverá pronto, y debemos vivir con esa esperanza, como una esposa espera con ansias el regreso de su amado.
Esperemos si regreso, con una fe firme, animando a nuestros hermanos, y unidos a la iglesia, porque hoy puede ser un día maravilloso, y el futuro puede ser glorioso, si mantenemos nuestra confianza en las promesas del Señor.


Ap. Aldo D. Monegal

Permanece fiel al Señor

Hechos 11:21- 23

 21  Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor. 
 22  Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. 
 23  Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. 

La conversión es un hecho que sucede cuando la persona cree en Jesús, recibe el mensaje y decide ser su discípulo. Es posible ser un creyente, pero no ser un discípulo, y es probable ser un cristiano que no se haya convertido al Señor. 
Pero cuando la mano de Dios se manifiesta a favor de las personas, la fe se activa y la gente se convierte  al Señor. No hay tal cosa como un periodo intermedio de espera entre el momento de escuchar al Señor, y tomar la decisión de creer para convertirse en hijo de Dios, esto es como probar a Dios para después convertirnos a él, si nos conviene. Eres un hijo de Dios, o no lo eres, te conviertes al Señor o eres un incrédulo.
En este relato bíblico dice que la gente creyó y se convirtió al Señor inmediatamente, es más en ese momento se bautizaban en el acto, como testimonio de su conversión. 
Es momento de hacernos la gran pregunta, ¿Eres convertido o simplemente un convencido? 
Si realmente te convertiste al Señor, las palabras de aliento son para tí : que con propósito de corazón permanece fiel al Señor! 
Porque Dios es fiel con los suyos, la bendición no faltará sobre tu vida, tu casa y tú familia.

Corazón

“porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón.” (Mateo 6:21)


Para la mayoría de la gente, la economía es un tema central, viven para generar dinero para sus necesidades, y esto está bien, el problema comienza cuando las finanzas se convierten en una obsesión. Jesús dijo estás palabras mientras les enseñaba a sus discípulos cuál es el verdadero propósito de generar dinero, el dijo no hagan tesoro en la tierra, sino en el cielo. 
No debemos vivir centrados en lo terrenal, que es temporal, pasajero, por qué es en vano atesorar algo que de todas formas no perdurará. Pero si nos ocupamos de las cosas eternas, que corresponden al Reino de Dios, al cual pertenecemos, nuestro corazón estará centrado en el cielo, y todo lo que permanece para siempre, entonces nuestro trabajo no será en vano. Es una enseñanza simple, pero que encierra profundas verdades espirituales. 
Dios quiere que no seamos esclavos de lo terrenal, por eso vino Jesús, para que seamos libres de la avaricia, la ambición desmedida, el egocentrismo humanista, son cosas que desaparecen, están sujetas al tiempo, y además son la causa de muchos males en la sociedad. Está actitud, transgrede del segundo mandamiento más importante de la palabra de Dios, "amarás a tu prójimo como a tí mismo".
El sabio Salomón escribió un proverbio que dice: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida." (Pr 4:23) está claro el nuestro corazón es lo más valioso que tenemos, si perdemos el corazón nos perdemos nosotros mismos, pero es una decisión personal asegurar nuestro corazón en las manos del Señor. El desafío es poner toda nuestra atención y energía en Dios, si Jesús está en nuestro corazón, lo demás vendrá por añadidura. ¿Donde está hoy tu corazón? 


P. Aldo

Nuestra asignación

Entonces yo pregunté: "Qué debo hacer, Señor?" Y el Señor me respondió: "Levántate y vete a Damasco. Allí te hablarán de la misión que te ha sido asignada.
Hechos 22:10 (BL)

Antes de encontrarse con Jesús, Pablo vivía lleno de odio, resentimiento y venganza, él creía que servía a Dios, persiguiendo cristianos para llevarlos a la cárcel.
Hasta que Jesús se cruzó en su camino ese fue un momento bisagra en la vida de Saulo de Tarso, desde ese momento el perseguidor de la iglesia, pasaría a ser el Apóstol Pablo siervo de Jesús.
Hay tres momentos clave en la conversación de Pablo, primero la intervención divina, la revelación de Jesús, se presentó como una luz que lo cegó en pleno mediodía, y lo arrojó a tierra, después la voz del Señor diciéndole ¿Por qué me persigues?. En segundo lugar, Pablo desconoce a Dios, y pregunta ¿Quién eres? Y por último rendido a los pies del Señor, Pablo vuelve a preguntar: ¿Que debo hacer, Señor?
En el relato bíblico, podemos oír la voz  de Jesús hablando a cada uno de nosotros, cuando vamos por nuestro propio camino a veces llenos de sentimientos negativos, haciendo daño a los demás y a nosotros mismos ¿Quién puede decirnos que estamos equivocados? Somos tan soberbios y orgullosos, solo Jesús puede derribarnos a tierra, a veces el amor de Dios nos golpea, porque es la única forma de salir de nuestro propio error.
Después viene la revelación de Dios, Pablo era un conocedor de la biblia, un religioso, celoso de las cosas de Dios, pero aún así no conocía a ese Dios que adoraba, él aprendió de otros lo que sabía de Dios, pero nunca tuvo un encuentro con el Señor. Según el criterio religioso de Pablo Jesús no se ajustaba a las cosas de Dios, y por eso lo rechazaba y perseguía a la iglesia, él creía que estaba sirviendo a Dios, pero en realidad se convirtió en enemigo del Dios que adoraba.
Es una lección para nosotros, saber que debemos aprender a entender su palabra, oír a los maestros, los Profetas y pastores que Dios puso para nuestra instrucción, pero debemos buscar su presencia, ir al encuentro con el Señor cada día, Jesús se manifestará a nosotros.
Cuando tenemos una relación con Jesús, viene la tercera pregunta ¿Señor qué quieres que haga? Esto significa que ya estamos listos para servir al Señor, entonces se nos dirá cuál es nuestra asignación.
Jesús nos conoce, pero es necesario que nosotros le conozcamos a él, solo así le veremos tal cual es, y estaremos en condiciones de ser siervos y siervas del Señor. En este día el desafío de esta palabra contiene dos preguntas que debes hacerte: ¿Conozco al Señor? ¿Estoy haciendo lo que él quiere que haga? 
Si todavía no encontraste respuesta, hoy déjate derribar por Dios, humíllate ante el Señor y dile: ¿Señor qué quieres que yo haga?


P. Aldo