Somos Luz


Mateo 5:14

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 


La luz no puede esconderse,  somos como una ciudad en la cima de un monte. Esto significa que nuestra vida en Cristo está expuesta, no se puede esconder, la luz de Cristo debe manifestarse en nosotros, de lo contrario algo no está bien.

Jesus quiere mostrarse al mundo por medio nuestro, por eso somos la luz del mundo, por su presencia que vive en nosotros. Esto tiene un sentido evangelístico, es necesario que se vea la luz de Jesús para que aquellos que están en oscuridad, vean la luz y vengan a ella. El sentido de nuestra nueva vida en Cristo es ser luz, debemos ser evangelistas en potencia, y nuestra voz más fuerte es nuestra propia vida impregnada por la presencia del Señor, que lo ilumina todo. No escondas la luz, no podrás vivir tratando de esconder la presencia de Dios en tí. Si haces esto serás infeliz, y no disfrutaras de las bendiciones de Dios, no puedes ir contra la naturaleza de la luz. Pero si dejas que la naturaleza de Dios en tí se vea, la luz brillará tan fuerte que librará a los que están en tinieblas, y cegara a los enemigos.

Deja que la luz de Jesús brille en tí.

Caminar en su presencia



Éxodo 23:20-22

 20  He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. 

 21  Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.

 22  Pero si en verdad oyeras su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligirás a los que te afligieron.


El ángel que Dios envió para guíar al pueblo de Israel, es su misma presencia, así como Jesús prometió enviar  a uno igual a él para guíar a la iglesia después de su resurrección (Juan 16: 7-13)

Hay tres aspectos del Ángel que son semejantes a la misión del Espíritu Santo, es enviado para guíar, exige obediencia plena, y actúa como defensor de la iglesia.

El día de Pentecostés, la presencia del Espíritu Santo llenó la iglesia, cada discípulo estaba lleno de la presencia de Dios, allí comenzó la era del Espíritu Santo. Cuando Ananías y su Esposa mintieron a Pedro, cayeron muertos, por no respetar al Espíritu santo. El Espíritu Santo guió a los Apóstoles, en la tarea de la extensión del Reino, en todo momento y hasta el día de hoy, su obra continúa.

Hay un aspecto de esta palabra que tiene un énfasis en el respeto y la obediencia, en el versículo 21, si al Ángel del Señor que estaba frente al pueblo de Israel, se le debía obediencia, santidad y reverencia, cuanto más la iglesia, portadora del Espíritu Santo debe andar en el temor de Dios?

Nosotros tenemos dentro del corazón, la presencia del Espíritu Santo, él nos guía y también nos protege, él habla a nuestro corazón, pero ¿qué tan obedientes a su voz somos? ¿Tenemos temor de ofender al Espíritu Santo? Efesios 4:30 dice: no contristéis al Espíritu Santo.

Al leer este texto del libro de Éxodo, podemos ver lo tremendo que es caminar con Dios, ellos guiados por el Ángel del Señor, tenían que andar en total reverencia, hoy la iglesia es portadora de la misma presencia de Dios, y debemos andar delante de él en reverencia y obedecer a su voz para que su propósito se cumpla en nosotros, Jesús nos guía a la victoria! 


Dios los bendiga!

P. Aldo

Dios no olvida

Isaías 40:27-31

27  Oh Jacob, ¿cómo puedes decir que el SEÑOR no ve tus dificultades? Oh Israel, ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos? 

28  ¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido? El SEÑOR es el Dios eterno, el Creador de toda la tierra. Él nunca se debilita ni se cansa; nadie puede medir la profundidad de su entendimiento.

 29  Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles.

 30  Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan, y los hombres jóvenes caen exhaustos.

 31  En cambio, los que confían en el SEÑOR encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán.


El pueblo de Israel se quejaba diciendo que Dios no veía sus dificultades, ni cuidaba sus derechos, esa era la excusa que tenían para abandonar a Dios, y buscar ayuda en otros dioses. Cuando los problemas abundan y sufrimos injusticias, ¿qué actitud tomamos?.

El creador controla todo, lo sabe todo y su sabiduría supera todo, ¿en quién más podemos confíar? Las fuerzas humanas junto con la sabiduría del hombre, la tecnología, y todo lo que la humanidad alcanzó en estos últimos años, es limitado nada de lo que proviene del hombre es perfecto, infalible o autosuficiente. Pero Dios es la fuente de todo ¿A donde iremos con nuestros problemas? ¿Quién defiende nuestra causa? 

Dios es nuestra fuente de provisión inagotable, si confiamos en Dios todos sus recursos están a nuestra disposición, no hay problema, injusticia, o adversidad que Dios no pueda cambiar en bendición. En algún sentido Dios apela a la lógica, y dice porque buscan en otro lado, si yo soy el creador, el sustentador y Todopoderoso. Vivimos ansioso y preocupados, teniendo a nuestra mano, todo lo que necesitamos en el Padre Celestial, por medio de Jesús, debemos darnos cuenta y volver a depositar toda nuestra confianza, fe y esperanza en aquel que tiene cuidado de nosotros. Entonces correremos sin cansarnos, volaremos alto, como las águilas, descansaremos en Díos. ¿Qué estás esperando? Vuelve a Dios, confía en el Señor, y él hará.

Jesús esta a tu lado


Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. (Juan 4:10)

Hay gente que piensa que Dios está muy lejos como para que él escuche sus oraciones o se interese en su necesidad. Pero la verdad es que Dios está cerca de nosotros, muy cerca, y somos nosotros los que tomamos distancia de él. Dios está tan cerca de nosotros, que se hizo como uno de nosotros, por eso es necesario estar atentos, porque puede ser que la persona que está a tu lado venga de parte de Dios, o sea portadora de la misma presencia del Señor, pero pase desapercibido para tí. La verdad es que cada día podemos encontrarnos con Dios, como en este relato bíblico del evangelio de Juan capítulo cuatro, la mujer samaritana salió a sus labores cotidianas, y cuando fue a buscar agua encontró a un hombre cerca del pozo, él era Jesús que la estaba esperando para darle agua viva. En éste encuentro, no fue la mujer la que busco al Señor, fue el Señor que estaba esperándola, es más Jesús fue el primero que le habló. Dios está buscándonos.

Vivimos tan abrumados por las cosas de esta vida, que perdemos la capacidad de prestar atención a las señales que Dios nos envía, podemos estar al lado de Jesús, y no darnos cuenta. Somos tan incapaces de percibir la presencia de Dios, que él puede estar hablando con nosotros, sin darnos cuenta. Dios camina por las calles de tu ciudad, está en los lugares que frecuentas, y en ocasiones pasa por tu casa. Jesús, puede ser la persona que viaja a tu lado, puede ser esa persona que conociste y te hace sentir tanta paz. Jesus le dijo a la samaritana,  si conocieras el regalo que Dios tiene reservado para vos, y supieras quien habla contigo; Jesús se estaba revelando a esa mujer, en el lugar donde ella estaba buscando saciar su sed, con el agua de la religión, de los antepasados familiares, con un agua que sólo sacia por un momento, pero no trae satisfacción real, ni vida eterna. "Dios es espíritu" le dijo Jesús a la samaritana, entonces porque buscar a Dios en las cosas materiales, porque buscarlo en cosas humanas, religiones, ideologías, filosofías, sabiduría terrenal, ocultismo, si Dios está esperando que nos demos cuenta que él está muy cerca nuestro, y también  nos dejó una carta escrita para que leamos, la biblia. Pide a Dios que abra tus ojos, y veraz que él está más cerca de lo que piensas.


El espejo


Pero nosotros todos, con rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, vamos siendo transfigurados por el Espíritu, de gloria en gloria, en la imagen misma del Señor. (2 de Corintios 3:18 BTX)

Moisés se reunía con el Señor en la cumbre de una montaña, y al pasar tiempo en su presencia, la gloria de Dios se pegaba a la piel de su rostro, así que cuando volvía de estar con Dios, su rostro resplandecía.

Pablo usa este ejemplo para decirnos que nosotros debemos reflejar la Gloria de Dios al estar expuestos a su presencia, al vivir viendo su gloria como en un espejo. Los espejos en la época de Pablo no eran como los espejos que conocemos hoy, en la antigüedad se usaban láminas metálicas lustradas que no reflejaban con claridad los rostros, así vemos la gloria de Dios, todavía no la vemos en todo su esplendor, pero al contemplar su gloria, estando en su presencia somos transformados. El propósito de Dios es que al nacer de nuevo en Cristo, lleguemos a parecernos a Él. Por eso es importante pasar tiempo en la presencia de Dios, buscarlo en el secreto, contemplar su gloria, por medio de la oración, la adoración, su palabra, viviendo cada día según sus enseñanzas, predicando a los demás con nuestra propia vida. Nosotros también somos espejos, dónde la gente puede ver la gloria de Dios, no claramente, pero si miran atentamente puede ver algo de Dios en nuestra vida. Dejemos que el espíritu Santo nos lustre lo suficiente como para ser espejos bien claros, la transformación que Dios produce en nosotros a veces es un proceso doloroso, pero los resultados son gloriosos. Dejemos que Dios nos transforme de gloria en gloria en su presencia, miremos a cara descubierta  como en un espejo, la gloria de Dios, y así poder reflejar su gloria en este mundo.

Comprados por precio


Génesis 47:18-20

18  Acabado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubrimos a nuestro señor que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya de nuestro señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y nuestra tierra. 19  ¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra siervos de Faraón; y danos semilla para que vivamos y no muramos, y no sea asolada la tierra. 20  Entonces compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; pues los egipcios vendieron cada uno sus tierras, porque se agravó el hambre sobre ellos; y la tierra vino a ser de Faraón.

Este relato bíblico es parte de la historia de Israel, las promesas que Dios hizo a Abraham, Isaac y Jacob, este último fue el padre de José y los hermanos de José, que son la base de la nación de Israel, las doce tribus o familias. Esto fue escrito para que sepamos que las promesas y  propósitos de Dios se cumplen. Dios cumplió la promesa de salvación a Jacob, por medio de su hijo José y todo lo que vivieron tanto Jacob como José fue profético. En estos versículos leemos un momento de la historia bíblica, dónde el hambre fue tan extremo en toda la tierra, que ya no quedaba dinero, la gente no tenía con qué comprar alimento, José el hijo de Jacob fue posicionado por Dios en un lugar estratégico, administraba las riquezas de Egipto, que él mismo había acumulado con la sabiduría que Dios le dió. Ahora todo el mundo estaba a los pies de José, porque él tenía alimento para suplir el hambre, entonces toda la gente de la tierra vino a pedirle a José que los comprara a ellos mismos para poder seguir viviendo. En la palabra de Dios encontramos tipos y an-tipos de Cristo, José fue un tipo de Jesús, toda su vida tiene una similitud tremenda con la vida y obra de Jesús. 

En estos versículos, vemos a José el proveedor de la vida, en ese momento, como Señor dueño de todo, la única salida para vivir era José, ya el dinero y las posesiones no alcanzaban, lo único que podían hacer para vivir era darse ellos mismos, entregarse a José. Hoy la humanidad no tiene otra salida, las riquezas, el dinero, no puede comprar la salvación, la única salida es entregarse a Jesús, hoy deberíamos decirle a Jesús: cómpranos a nosotros, para que vivamos !  Y el Señor nos dará semilla, para sembrar nuestra tierra, ya no tendremos hambre, ni sed, no nos preocuparemos porque Jesús es nuestro proveedor, el Señor de todas las cosas! 

"Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia" 2 Corintios 9:10

Pensamientos


Isaías 55:8-9
 8  Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
 9  Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Cuando nos acercamos a Dios buscando su favor, con una actitud correcta, es decir sabiendo que el Señor, es Rey la suprema autoridad sobre todo lo creado, y nosotros no somos merecedores de nada, solo somos sus esclavos, en esa actitud nos vamos a encontrar con una dura realidad y es que debemos abandonar nuestra manera de pensar, centrada en nosotros mismos, dejar de pensar como piensa el sistema en el que nacimos y crecimos. No es fácil aceptar que estamos equivocados, no es fácil entender que Dios no está a nuestro servicio, sino que nosotros somos su propiedad somos sus esclavos, comprados por la sangre de su amado hijo Jesús. Allí comienza un largo camino de transformación, superando obstáculos espirituales y humanos, luchando con nuestra propia naturaleza caída, que aún persiste en nosotros. Duele pensar que estamos equivocados, y aceptar la voluntad de Dios, abandonar lo que nos da placer, dejar de lado lo que creemos que está bien, cuando va contra la voluntad de Dios. Jesús dijo: "el que no es conmigo es contra mi.." esto quiere decir que no hay concesiones, cuando decidimos servir a Dios, no hay grises, solo hay obediencia o reveldia. Cuando permanecemos en nuestras actitudes equivocadas, nos hacemos daño a nosotros mismos y los que nos rodean, y no es culpa de Dios, es nuestra propia culpa, por eso Dios nos da su palabra, para hacernos ver que el no es como nosotros. No podemos acceder a sus beneficios, sin aceptar sus demandas, no podemos pretender vivir bajo su bendición, sin estar de acuerdo con Dios. Jesús dijo: "si no se hacen como ninos no podrán ver el Reino de Dios" un niño es como una hoja en blanco, así debemos ser nosotros, abandonar pensamientos, ideologías, conceptos, hábitos, emociones negativas, para ser como Dios dice que debemos ser. 
Por eso seguir a Cristo no es fácil, hay que ir por el camino de la humillación, como él, hay que tomar la cruz que el mundo usará para crucificarte, como él, hay que desprenderse de todo lo que consideramos valioso según nuestra propia opinión, como él, ir contra el mundo, y aceptar las consecuencias. 
Está palabra es dura, pero hay sanidad para el alma y el espíritu en ella, porque la voluntad de Dios es que seamos salvos, y vivamos para siempre junto a él.

Dios los bendiga.
P. Aldo