Efesios 6:10 "Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza."
Buscar estar fuertes en el Señor es una necesidad de cada hijo de Dios, como en todas las actividades humanas si no logramos estar bien fuertes en lo que hacemos y profesamos, corremos peligro de caer o fracasar. La palabra de Dios da ejemplos, comparando la carrera de la fe con la de un deportista, (2 Timoteo 2:5) que si no entrena para competir, puede fracasar.
Es un entrenamiento constante mantener la fe fuerte, nuestra devoción a Dios, los ejercicios que fortalecen el hombre interior son la oración, el ayuno, la lectura y estudió de la palabra, y llevar una vida que glorifique a Dios en todo, nuestra apariencia, nuestros actos, y palabras, deben manifestar lo que hay en nuestro corazón, si está Cristo en nosotros, entonces debemos dejar que se vea a través nosotros. Descuidar al hombre, o la mujer interior, debilita la fe, la persona se vuelve apática a las cosas de Dios, a tal punto de apartarse por completo, corriendo peligro de perderse para siempre.
Por está causa el Apóstol Pablo oró al Señor, pidiendo que los creyentes sean fortalecidos con poder en el hombre interior, "para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu"(Efesios 3:16) Dios nos da la posibilidad de ser fortalecidos en el interior, esto es en el espíritu, ahora nosotros debemos buscar está fortaleza que viene de parte de Dios por su gracia, la oración el ayuno son el ejercicio, pero el que da la fortaleza, la fuente de todo poder es Dios. No permitas que la debilidad, el desaliento, el engaño mentiroso del enemigo, el rencor, la amargura, o alguna herida te debilite hasta terminar con tu vida espiritual, el mandato de Dios es fortalecerse en el interior, con su poder en el nombre de Jesús.
P. Aldo Daniel Monegal
Buscar estar fuertes en el Señor es una necesidad de cada hijo de Dios, como en todas las actividades humanas si no logramos estar bien fuertes en lo que hacemos y profesamos, corremos peligro de caer o fracasar. La palabra de Dios da ejemplos, comparando la carrera de la fe con la de un deportista, (2 Timoteo 2:5) que si no entrena para competir, puede fracasar.
Es un entrenamiento constante mantener la fe fuerte, nuestra devoción a Dios, los ejercicios que fortalecen el hombre interior son la oración, el ayuno, la lectura y estudió de la palabra, y llevar una vida que glorifique a Dios en todo, nuestra apariencia, nuestros actos, y palabras, deben manifestar lo que hay en nuestro corazón, si está Cristo en nosotros, entonces debemos dejar que se vea a través nosotros. Descuidar al hombre, o la mujer interior, debilita la fe, la persona se vuelve apática a las cosas de Dios, a tal punto de apartarse por completo, corriendo peligro de perderse para siempre.
Por está causa el Apóstol Pablo oró al Señor, pidiendo que los creyentes sean fortalecidos con poder en el hombre interior, "para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu"(Efesios 3:16) Dios nos da la posibilidad de ser fortalecidos en el interior, esto es en el espíritu, ahora nosotros debemos buscar está fortaleza que viene de parte de Dios por su gracia, la oración el ayuno son el ejercicio, pero el que da la fortaleza, la fuente de todo poder es Dios. No permitas que la debilidad, el desaliento, el engaño mentiroso del enemigo, el rencor, la amargura, o alguna herida te debilite hasta terminar con tu vida espiritual, el mandato de Dios es fortalecerse en el interior, con su poder en el nombre de Jesús.
P. Aldo Daniel Monegal
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