La historia continúa

13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

 14  anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz (Colosenses 2:13-14)


Estos dos versículos contienen el centro del mensaje del Evangelio, y deberíamos aprenderlos de memoria, recitarlos con voz audible para no olvidar lo que fuimos y lo que somos ahora, que tenemos a Jesús.

Estábamos muertos literalmente, en el espíritu, condenados a muerte, con una sentencia que no podía revertirse. Con la misma acción de una condena judicial, teníamos que pagar con nuestra vida, por un delito, como cualquier delincuente común, si, así como lo lees, estar sin Cristo es ir directo a la muerte, "Y vosotros, estando muertos en pecados..." Por este motivo nos urge predicar el Evangelio a la gente, porque no saben que están condenados a muerte, que la sentencia pesa sobre sus vidas, pero tampoco saben, que hay una salida.

Jesús vino a este mundo, para decirnos que el Padre nos ama, y que tiene una salida para todo aquel que acude a Él, Jesús dejó su gloria, dejó su lugar en la casa del Padre, para hacerse hombre y acercarse a nosotros, los condenados a muerte.

Jesús mismo es la salida, él se ofreció como nuestro sustituto, para morir en lugar de nosotros, y pagar la deuda, el nos dió vida ofreciendo su propia vida, en la cruz.

El mismo tomó, nuestra condena en sí mismo, y la llevó a la cruz, "anulando el acta (legal) de los decretos que había contra nosotros" esto significa que la deuda fue pagada, que ya no hay condena para los hijos de Dios, la carga fue retirada de los hombros, gracias a Jesús. Y ese decreto de muerte fue "clavado en la cruz" con el sello de "pagado" y fue exhibido para que todos lo vean, tanto la humanidad, como el mundo espiritual, por lo cual los demonios, y el mismo satanás, no puede tocar a los hijos de Dios, porque la deuda fue pagada en aquella cruz. Debes entender, que ahora no puedes volver atrás, ya no eres esclavo, ya no estás condenado, ahora eres libre y tienes un propósito, la posibilidad de volver a empezar tomado de la mano de Jesús, nuestro abogado, nuestro Rey, que vive para siempre! La historia continúa...


P. Aldo Daniel Monegal

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