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Encargo de Dios

Este es un mandato para toda la iglesia, para los hermanos y las hermanas, aunque el subtítulo dice:  "Encargo de Pablo a Timoteo" para nosotros es Palabra de Dios, y el Espíritu Santo nos habla por medio de ella, directamente a cada uno de nosotros. 


11 Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad. 
12  Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos. (1 Timoteo 6:11-12 NVI)



De que tiene que huir Timoteo? La respuesta está en los versículos anteriores de este capítulo. Timoteo debe huir de la avaricia y el deseo de este mundo, de alcanzar el éxito social, el amor al dinero, pero también debe huir de las pasiones humanas, los deseos sexuales incorrectos, la corrupción, el engaño, la maldad,  y las doctrinas falsas, en Gálatas capítulo 5 Pablo enseña sobre los frutos de la carne. Nosotros también en este tiempo estamos expuestos a estos peligros, el pecado, la avaricia, y las falsas doctrinas, y todo lo malo que esto acarrea, y  todo lo que atenta contra nuestra fe. La palabra nos dice que debemos correr tras la Justicia, la paz, la fe, el amor, y la humildad, es una pelea que libramos cada día, con la fe puesta en el Señor Jesús que nos da la victoria. Pelea la buena batalla de la fe! Tu también debes combatir con fe, haciendo lo buenos y agradable a Dios, cambiando tu vida y la vida de los que te rodean por medio del poder de Jesucristo que vive en vos. Atrapa la vida eterna, y no la sueltes! Dios te la dió como un regalo, pero hay peligro de perderla si nos descuidamos. El llamado de Dios es para vos, fuiste escogido para alcanzar la vida eterna, ahora tienes que luchar contra todo lo que pueda poner en peligro ese regalo del Padre. Recuerda que un día, dijiste: "Recibo al Señor Jesús como mi Señor y salvador personal" delante de muchos testigos, ahora tu vida debe ser una confesión de fe, delante del mundo entero. Las distracciones, los rumores, las noticias, la información, neutralizan la fe, adormecen el espíritu. Tenemos que pelear la batalla de la fe, cada día volviendo a enfocar nuestro corazón en Cristo, porque en Él tenemos todo lo que necesitamos, la paz, la bendición de ser hijos de Dios no tiene precio, persevera, sigue la justicia no hagas nada injusto, sigue el amor deja atrás el odio y la falta de perdón, sigue la fe en Jesús que es el proveedor de todas las cosas por medio del Padre, guarda la doctrina que aprendiste por la palabra de Dios. La constancia, la piedad, buscando cada día a Dios, dedicando tiempo a estar en su presencia, y la humildad que es lo contrario a la soberbia, recuerda que "Dios mira de lejos al altivo" pero "da gracia a los humildes". 


P. Aldo D Monegal

Una buena noticia

Ahora, porque no has creído lo que te dije, lo cual será cumplido a su debido tiempo, estarás en silencio, sin poder hablar, hasta el día que estas cosas tomen lugar."
Lucas 1:20 (Kadosh)

Uno de los obstáculos más grandes que tienen los hijos de Dios para recibir sus bendiciones es la incredulidad, la duda la falta de fe, la Biblia dice : "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." Hebreos 11:6.
Cuando dejamos de creer y confiar en la palabra de Dios nos volvemos sordos y mudos, como Zacarías el padre de Juan el Bautista, que un ángel se le apareció y le dijo que tendría un hijo que sería un mensajero de Dios, pero Zacarías era viejo y su esposa era estéril, para él fue más fuerte la imposibilidad que la promesa de Dios, y no podía creer, la sentencia fue que quedaría mudo hasta que se cumpliera la palabra, el Señor es misericordioso.
Aveces por medio de circunstancias adversas el Señor quita de nosotros la incredulidad, somos llevados al desierto para aprender que solo dependemos de Dios y su palabra. Zacarías fue enmudecido por causa de su incredulidad, pero además para que no confiese lo negativo, el plan de Dios ya estaba en marcha para el y su esposa pero si él no creía plenamente podía ser un estorbo para el propósito de Dios, cuando no creemos en las promesas de Dios nuestro hablar se vuelve negativo, en el lenguaje de un hijo de Dios no pueden prevalecer palabras como: no puedo, esto es imposible, no lo voy a lograr, todo me sale mal, siempre estaré enfermo, etc.
Nuestro hablar debe ser de fe en Dios, de confiemos en sus promesas, para Dios nada es imposible por lo tanto debemos excluir esa palabra de nuestro léxico.
Es tiempo de creer en lo que Dios nos dice, la buena nueva de Dios para nosotros, la promesa de Dios es más fuerte y real que cualquier circunstancia negativa, cuando Jesús resucitó los discípulos lo vieron y creyeron pero uno de ellos no estaba presente, Tomás no pudo creer cuando sus hermanos le contaron lo que vieron y escucharon, y dijo si no lo viera con mis ojos y tocaré sus llagas y su costado no creeré, cuando Jesús se le apareció cayó postrado a sus pies, y Jesús le dijo porque me has visto crees? Benditos los que sin ver creyeron. Tenemos que creer en el Señor sin condiciones, creer en su palabra, creer en Jesús, creer en sus profetas, no dejemos que la incredulidad nos robe la bendición, no dejemos que la duda detenga el propósito del Señor para nosotros y nuestra familia, hay miles de promesa en la Biblia y son para nosotros un tesoro del cielo guardado en la palabra de Dios para los que creen.
En este día el ángel del Señor viene con una respuesta para vos, cree solamente y verás su poder manifestado a favor de tu vida.

Aldo Daniel Monegal