Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros.
(Levítico 26:9)
Está promesa es la base del pacto que Dios hace con nosotros, y es la más importante de todas. Significa volver a estar conectados a la fuente, el orígen de la vida, a nuestro Creador, fuimos creados para vivir en Dios. Este es nuestro propósito, si no tenemos unión con Dios, estamos perdidos, a la deriva, sin dirección y sin propósito en la vida, con todo lo que eso implica.
No basta con creer en Dios, tampoco basta con ir de vez en cuando a la iglesia o dedicarle un tiempo de vez en cuando, el ser humano no puede por sí mismo llegar a Dios, el hombre cree que puede hacerse a Dios cuando y como él quiera, pero la verdad es que hay una gran brecha entre Dios y los hombres, y es imposible de cruzar para las personas.
Por eso Dios dice: "me volveré a vosotros"; si Dios no se acerca a nosotros es imposible llegar a Dios. Jesús es el puente provisto por Dios para cruzar a su presencia, no hay otro camino. La raíz de todos los problemas de la humanidad, es su distanciamiento de Dios, esa brecha imposible de cruzar se llama: pecado. El pecado es una mancha, que la humanidad no puede quitarse, es una marca grabada a fuego en los hombres, y eso separa a la gente de Dios. Pero lo que es imposible para los hombres es posible para Dios, así que el Señor se acercó a nosotros y proveyó la solución, solo por amor. Su deseo es que vivamos con él, como un Padre con sus hijos quiere vernos crecer y multiplicarnos, por eso hace un pacto que solo tenemos que aceptar para entrar en él, y disfrutar todos sus beneficios.
Hoy es el día en que Dios se vuelve a tí, él va a buscarte, déjate atrapar por Jesús.
(Levítico 26:9)
Está promesa es la base del pacto que Dios hace con nosotros, y es la más importante de todas. Significa volver a estar conectados a la fuente, el orígen de la vida, a nuestro Creador, fuimos creados para vivir en Dios. Este es nuestro propósito, si no tenemos unión con Dios, estamos perdidos, a la deriva, sin dirección y sin propósito en la vida, con todo lo que eso implica.
No basta con creer en Dios, tampoco basta con ir de vez en cuando a la iglesia o dedicarle un tiempo de vez en cuando, el ser humano no puede por sí mismo llegar a Dios, el hombre cree que puede hacerse a Dios cuando y como él quiera, pero la verdad es que hay una gran brecha entre Dios y los hombres, y es imposible de cruzar para las personas.
Por eso Dios dice: "me volveré a vosotros"; si Dios no se acerca a nosotros es imposible llegar a Dios. Jesús es el puente provisto por Dios para cruzar a su presencia, no hay otro camino. La raíz de todos los problemas de la humanidad, es su distanciamiento de Dios, esa brecha imposible de cruzar se llama: pecado. El pecado es una mancha, que la humanidad no puede quitarse, es una marca grabada a fuego en los hombres, y eso separa a la gente de Dios. Pero lo que es imposible para los hombres es posible para Dios, así que el Señor se acercó a nosotros y proveyó la solución, solo por amor. Su deseo es que vivamos con él, como un Padre con sus hijos quiere vernos crecer y multiplicarnos, por eso hace un pacto que solo tenemos que aceptar para entrar en él, y disfrutar todos sus beneficios.
Hoy es el día en que Dios se vuelve a tí, él va a buscarte, déjate atrapar por Jesús.