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Las cosas de arriba

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Colosenses 3:2


Que difícil es acostumbrarse a vivir con la mirada puesta fuera de este mundo, asumir nuestra nueva naturaleza y posición en Jesús. Aunque es un regalo de Dios, pero debemos tomarlo y practicarlo, tenemos capacidad de decidir cómo seguir, mirando hacia abajo, o mirando hacia arriba.

La palabra de Dios nos dice que pongamos atención a las cosas de arriba, esto quiere decir que debemos cambiar nuestra perspectiva, valores, formas de pensar, dejar lo antiguo y caminar en lo nuevo de Dios, las cosas de arriba son la fe, la salvación, el amor, la vida eterna que nos espera en Jesús; arriba está el Padre Celestial, está Cristo, y las mansiones celestiales que Jesús fue a preparar para nosotros. Mira arriba tiene que ver con dejar las religiones humanas, creencias, y tradiciones culturales que nada tienen que ver con nuestra nueva naturaleza. Nuestro centro es Jesús, a él adoramos, él es nuestro modelo a seguir, él es el rey, y mientras estamos aquí en la tierra, miramos arriba, guardando su palabra y esperando su regreso. 

Nuestra esperanza, y seguridad ahora están en las cosas de arriba, no estamos confiando en otras cosas, y eso nos da firmeza y paz.

Es tiempo de levantar la cabeza, dejar de mirar el suelo, tristes, agobiados, sin esperanza, Jesús te hizo libre, levanta tu mirada, porque tú bendición viene de arriba, como la lluvia así vendrá sobre tí.


P. Aldo Daniel Monegal

El pan de vida

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.

Juan 6:53


Jesús es el pan de vida, los seres humanos trabajamos cada día por el pan que alimenta nuestro cuerpo, el hambre y la sed son las necesidades básicas más urgentes que tiene la humanidad, sin alimento ni agua, nuestros días están contados. Desde la antigüedad, la humanidad priorizó el alimento, y por causa del agua y de los medio para producir alimentos, tierras fértiles para siembra y cría de ganado, se desataron guerras entre los pueblos, las religiones antiguas giraban en torno a la cosecha y el clima, así como el sacrificio de animales.

Cuando Jesús declaró está palabra, de Juan 6:53, no era algo tan descabellado para la gente de la época, dicen los estudiosos que el paganismo, tenía por costumbre sacrificar un animal en ofrenda a los dioses paganos, parte de la carne era para los sacerdotes, parte se quemaba por completo, y el resto se devolvía al ofrendante, para hacer un gran banquete con su familia y amigos, y comer de esa carne ofrecida a los dioses, hacer esto significaba, incorporar la deidad en su cuerpo, al comer la carne sacrificada creían que se fundían con su dios. Pero para la audiencia judía,  era una abominación comer carne humana y beber sangre. La declaración de Jesús confronto a la audiencia, y provocó diferentes reacciones, rechazo, enojo, y división, muchos de sus seguidores volvieron atrás y dejaron de ser sus discípulos.

Pero los doce apóstoles, aunque no entendían del todo lo que Jesús decía, confiaron en Él, creyeron a su palabra y frente a la pregunta de Jesús: ¿Acaso ustedes también quieren irse? Ellos respondieron: a dónde iremos, sólo tú tienes palabras de vida eterna.

Comer la carne de Jesús, es alimentarse de su humanidad, Dios se hizo hombre, y se idéntico con nosotros, sufrió los dolores humanos, la tristeza, la soledad, todas las debilidades humanas, su persona sus obras, son alimento para nuestro espíritu, saber que Dios vivió lo mismo que nosotros, que nos comprende y tiene el poder de darnos la victoria, es alimentarnos de su carne.

Beber su sangre es, incorporar su vida en nosotros, para el judaísmo la sangre contiene la vida de todo ser viviente, beber la sangre de Jesús es llenarnos de su vida, es declarar como el Apóstol Pablo: ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí.

Como hijos de Dios cada día debemos alimentarnos de la carne y de la sangre de Jesús, su humanidad y su deidad en nosotros, nos hace permanecer en Él, y en el Padre Eterno. Esto es tener vida en nosotros mismos, ya no dependemos de un hombre, no de otra cosa externa, con Jesús el pan de vida, tenemos vida en nosotros mismos. Si te sentías sin fuerzas, para seguir, si sentís que hay algo que no está bien en tu vida, alimentate del pan que descendió del cielo, Jesús tiene todo lo que necesites, y no está afuera de ti, Él habita en tu corazón. Y si nunca lo recibiste hoy es el día, abre tu corazón a Jesús, y recibirás lo que necesites para vivir en esta vida y vida eterna para disfrutar y compartir.


Pastor Aldo D Monegal.

Las Cosas de arriba

Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Colosenses 3:1-3

La palabra de Dios nos desafía a examinar nuestros corazones y comprobar si realmente resucitamos con Cristo a una nueva vida, el Apóstol Pablo dice en otras palabras : "si es cierto, que resucitaron con Cristo"; es un llamado a ser genuinos hijos de Dios, no es posible tener una doble vida, el desafío de Dios es tomar la decisión de seguir a Jesús y abandonar por completo la antigua vida.
Una vez más la palabra pone el contraste entre el antes y el después de Jesús en nuestra vida, solo lo que tuvieron un encuentro personal con Cristo, pueden ver este antes y después.
La vida no puede ser la misma después de un encuentro con Dios.
La gente que vivió experiencias fuertes cambiaron sus vidas, como por ejemplo, los sobrevivientes de una catástrofe, los que pasaron enfermedades que los llevó al borde de la muerte, los que vivieron una guerra, son personas que experimentaron un antes y un después en sus vidas, por eso son: sobrevivientes, excombatientes, y más.
Son gente que vivió experiencias fuertes que cambiaron sus vidas para siempre.
Así debe ser nuestro encuentro con el Creador, un evento que cambie nuestra vida para siempre.
Buscad la cosas de arriba.. significa que todas nuestras prioridades, pensamientos y hechos deben ser cambiados. El cielo y la tierra son diferentes y están separados, no se puede estar en los dos sitios a la vez, o estamos en la tierra o en el cielo, es nuestra decisión.
Si somos hijos de Dios, buscamos las cosas de arriba porque Dios es de arriba, y nuestro Señor está sentado a la derecha de Dios en un lugar de honor, en el está escondida nuestra nueva vida.
Jesús dijo: en el mundo tendréis aflicción..
Pero aunque estemos en el mundo, no somos del mundo, somos ciudadanos del reino de Dios, con todo lo que esto implica.
Somos peregrinos aquí, y no debemos apegarnos a lo terrenal, estamos muertos para el mundo, por lo tanto los problemas las presiones, todo lo malo que pasa en el mundo no nos afecta porque "estamos muertos". Pero estamos vivos para Dios, así que la vida de Jesús se manifiesta en el ahora en nosotros.
Vivimos amando, perdonando, dando paz, gozo, aliento, damos esperanza, y hablamos de nuestro hogar celestial, promovemos la unidad entre nuestros hermanos y las buenas intenciones.
Desechamos, los malos pensamientos, el odio, la falta de perdón, el egoísmo, la avaricia, la idolatría, el pecado, la maldad, el chisme, la murmuración, la ira, las peleas, las divisiones, la soberbia, y todo lo que no viene de nuestros Padre Celestial, porque fuimos cambiados por Jesús, las cosas viejas pasaron y ahora tenemos una nueva vida en El.
Memoriza está palabra, si habéis resucitado con Cristo buscad las cosas de arriba..
Y apartir de hoy decide cambiar, santificate, deja que el Espíritu Santo actúe en tu vida, porque el ocuparse de la carne trae aflicción pero ocuparse del espíritu trae vida y paz.

A.D.Monegal

Grandes Promesas de Dios

Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
2 Corintios 7:1

Cuando recibimos al Señor como nuestro salvador en nuestro corazón entramos en un proceso de santificación, es una trasformación de nuestro carácter y todo nuestro ser es transformado. Este proceso no tiene que ver con los estudios bíblicos, o con graduarse en un seminario, que es muy bueno, tampoco tiene que ver con obtener títulos o posiciones jerárquicas. La santificación se produce en nuestras vidas por el poder del Espíritu Santo, que nos guía y nos hace aprobar lo mejor y desechar lo malo. Pero nosotros también tenemos que aportar nuestro esfuerzo en obedecer y aceptar esa transformación, Dios nos cambia, pero nosotros también tenemos que hacer cambios en nuestras vidas, de acuerdo a lo que profesamos y según sea nuestro crecimiento en el Señor.
En esta Palabra que el Ap. Pablo escribe a los corintios, les Dice que recuerden que tenemos promesas de Dios que son fieles, promesas de bendiciones en todas las áreas de nuestras vidas, la biblia contiene más de tres mil quinientas promesas para nosotros los creyentes, y que debemos hacer entonces limpiarnos, cambiar dejar de hacer lo que a Dios no le agrada, cambiar en nuestra vida lo que es responsabilidad nuestra cambiar, lo demás lo hace Dios.
Demostrar nuestro amor a Dios obedeciéndole haciendo cambios en nuestra manera de vivir y de actuar, esa es nuestra parte, Dios hace el resto. Dios no obliga a nadie, él es Señor pero nos dio la capacidad de decidir seguirlo por amor, o hacer nuestra propia voluntad y caminar de espaldas a Él.
Evaluemos nuestras vidas, como estamos actuando con Dios, y con nuestro prójimo, cual es nuestra manera de hablar, de vestir, de actuar, de comportarnos frente a los demás y frente a nuestro círculo íntimo. No podemos tener una doble vida, el hijo de Dios maduro es genuino, tiene una sola cara y es la que todos ven, y Dios conoce. Santidad significa apartarse para Dios, si hacemos esto Dios derramara su bendición hasta que sobre y abunde en nosotros, limpiémonos de toda contaminación, pidamos perdón a Dios y la sangre de Jesús nos limpiara, el poder de Espíritu Santo nos restaurara, y capacitara para vivir bajo la bendición de Dios obedeciendo a su Palabra.
Que grandes son sus promesas! Aprovecha el regalo de Dios!




Un mensaje directo del Cielo

Hoy tuve una visión relámpago del Espíritu al despertar, fue en una abrir y cerrar de ojos. Me vi sentado en una montaña muy alta, rodeada de nubes blancas que lo cubrían todo, generando una tranquilidad impresionante en mí.

De inmediato oí la VOZ del Señor que decía para nosotros: "Diles que lo hagan todo con calma hoy, que se muevan bajo mi PAZ.

Dile a mis hijos que por cuanto escrito está: "La Paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo os la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo", es que pueden caminar y vivir diferente los demás mortales.

Declárales que hoy les envolverá el MANTO DE MI PAZ, para capacitarlos para enfrentar sus circunstancias y sus luchas con calma y en total control de sus decisiones.

Hoy es un buen día para sentir y caminar en mi perfecta PAZ, dice el Señor".

¡Amén!

Ap. Ronny Chaves

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