Entre el pasado y el futuro


Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3: 13b - 14

La vida del cristiano está en continuo movimiento, no podemos detenernos Dios es dinámico está en movimiento constante, continuamente creando y emanando su gracia como un río de Bendición. Hay dos cosas que suelen detener  a los hijos de Dios, la primera es el pasado, cuando vivimos mirando hacia atrás casi siempre resaltamos los malos momentos, la equivocaciones o las oportunidades perdidas. Con solo escuchar hablar a una persona atada al pasado uno se da cuenta de su estado, de diez palabra que pronuncia ocho hacen referencia a su pasado, casi siempre a lo malo, pero también viven estancados los que recuerdan lo bueno, con un sentimiento de nostalgia, es como Israel cuando peregrinaba en el desierto rumbo a la tierra prometida, por estar atado a su pasado no veía su meta futura, y vivía quejándose de su presente, deseando volver atrás, a la esclavitud de Egipto. El segundo obstáculo es el temor al futuro, la inseguridad que representa no saber lo que vendrá mañana, despierta el sentimiento de ansiedad y temor que paraliza y angustia a las personas, otra vez comparando a Israel en el desierto vemos que tenían temor de entrar en la tierra prometida, tenían miedo inseguridad de alcanzar la paz, el bienestar y la libertad que Dios les prometió. Esto pasa a los hijos de Dios, cuanto más a los que viven sin Dios.
El Ap Pablo nos declara la actitud que debemos tener los hijos de Dios, primero olvidemos el pasado, sea bueno o malo ya no volverá, y las fórmulas que nos dieron éxito en el pasado no tienen porqué funcionar ahora, Dios hace cosas nuevas todo el tiempo. Lo segundo es confiar en las promesas de Dios que nos aseguran un futuro glorioso! Dejemos nuestro futuro en sus manos, ya que no tenemos poder sobre el futuro.
Nuestro poder están en el presente, en el ahora, tenemos la oportunidad de ser felices, disfrutar los momento es sabio, cada momento presente es un tesoro que Dios nos regala. No tenemos control del pasado ni del futuro, pero el ahora es nuestro !
Olvida el pasado, y avanza en el ahora, se feliz, cree en el Señor en sus promesas y prosigue hacia adelante sin temor.
Hay un llamado de Dios para vos, abre tu corazón a Jesús y sigue sus pisadas él te asegura que tu vida no se estancara, tu presente será bendito y tu futuro glorioso.

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