1 Pedro 2:4-5
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Somos parte de un todo
El Apóstol Pedro compara a cada hijo de Dios como una “piedra viva” en el edificio, que es su iglesia. Una pared no se construye con un solo ladrillo ni con dos, se construye con muchos ladrillos unidos, pegados entre si. Pero una piedra también es símbolo de estabilidad de firmeza, además tiene que encajar bien con las demás piedras para poder unirse y formar una pared solida. Si somos piedras vivas en el templo de Dios nuestras cualidades deben ser:
Firmeza de carácter.
Capacidad de unión.
Identidad
Somos el Templo de Dios
Efesios 2: 20-22
20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
Somos la morada de Dios, tenemos que ser santos porque El habita en nosotros y entre nosotros, somos casa de Dios:
2 Corintios 6:16 a 18
¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.
Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré,
Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
Sacerdotes de Dios
.. sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. (1 Pedro 2:5 b)
Somos sacerdotes de Dios y nuestra tarea es ofrecer sacrificios a Dios por medio de Yeshua. Presentando nuestros cuerpos en sacrificio vivo. Romanos 12:1.
Los sacerdotes están delante del altar de Dios ministrando, intercediendo por el necesitado. Y también para discernir entre lo santo y lo profano, Levitico 10:10.
En este periodo de la dispensación de la gracia en el que vivimos, cada creyente es tempo de Dios y es parte del edificio espiritual de la iglesia,
Somos el tempo
Somos sacerdotes
Somos hijos
Somos piedras vivas
Somos el altar de Dios
Para que se desate un avivamiento y caiga el fuego el Espíritu tenemos que recomponer el altar. Cada uno de nosotros somos una piedra en el altar de Dios, si recomponemos el altar uniendo y edificando, y ofrecemos en el sacrificio, Dios mandara fuego y el corazón de muchos se volverá al Dios verdadero.
1 Reyes 18:30-32a
Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado. Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre,
edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová.
A.D. Monegal
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Somos parte de un todo
El Apóstol Pedro compara a cada hijo de Dios como una “piedra viva” en el edificio, que es su iglesia. Una pared no se construye con un solo ladrillo ni con dos, se construye con muchos ladrillos unidos, pegados entre si. Pero una piedra también es símbolo de estabilidad de firmeza, además tiene que encajar bien con las demás piedras para poder unirse y formar una pared solida. Si somos piedras vivas en el templo de Dios nuestras cualidades deben ser:
Firmeza de carácter.
Capacidad de unión.
Identidad
Somos el Templo de Dios
Efesios 2: 20-22
20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
Somos la morada de Dios, tenemos que ser santos porque El habita en nosotros y entre nosotros, somos casa de Dios:
2 Corintios 6:16 a 18
¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.
Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré,
Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
Sacerdotes de Dios
.. sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. (1 Pedro 2:5 b)
Somos sacerdotes de Dios y nuestra tarea es ofrecer sacrificios a Dios por medio de Yeshua. Presentando nuestros cuerpos en sacrificio vivo. Romanos 12:1.
Los sacerdotes están delante del altar de Dios ministrando, intercediendo por el necesitado. Y también para discernir entre lo santo y lo profano, Levitico 10:10.
En este periodo de la dispensación de la gracia en el que vivimos, cada creyente es tempo de Dios y es parte del edificio espiritual de la iglesia,
Somos el tempo
Somos sacerdotes
Somos hijos
Somos piedras vivas
Somos el altar de Dios
Para que se desate un avivamiento y caiga el fuego el Espíritu tenemos que recomponer el altar. Cada uno de nosotros somos una piedra en el altar de Dios, si recomponemos el altar uniendo y edificando, y ofrecemos en el sacrificio, Dios mandara fuego y el corazón de muchos se volverá al Dios verdadero.
1 Reyes 18:30-32a
Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado. Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre,
edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová.
A.D. Monegal
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